Ejemplos con insignificantes

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

¿Has estado en Valldemosa? Toni sabía ya su viaje, gracias a la facilidad con que circulan las más insignificantes noticias en el ambiente monótono y calmoso de una ciudad provinciana ávida de curiosidades.
También debía haberlos despreciado el comisario por insignificantes.
Después, cuando el gobierno fué empujando los indios hacia las fronteras y puso en venta los territorios sin dueñoapreciando como una abnegación patriótica que alguien quisiera adquirirlos, Madariaga compró y compró a precios insignificantes y con larguísimos plazos.
¿Qué decía aquel hombre? Cosas insignificantes para evitar el silencio, pero a él le parecieron observaciones de profunda sabiduría.
La inmensa masa acuáticatres veces más salada que al nacer el planeta, a causa de una evaporación milenaria que había disminuido el líquido sin absorber sus componentesguardaba, revueltos con sus cloruros, el cobre, el níquel, el hierro, el cinc, el plomo, y hasta el oro procedente de los filones que la ebullición planetaria aglomeró en el fondo oceánico, y de cuya masa no son mas que insignificantes tentáculos los filones de las montañas, con sus arenas auríferas arrastradas por los ríos.
Los filamentos de los árboles carnívoros eran guirnaldas de lámparas, los ojos de los animales cazadores, globos eléctricos, las insignificantes bacterias, glándulas fotógenas, y todos ellos abrían o cerraban sus conmutadores fosforescentes según la necesidad del momento, unas veces para perseguir y devorar, otras para mantenerse disimulados en las tinieblas.
Jamás se describieron con tal lujo de pormenores cosas en rigor muy insignificantes.
Y perdóname, lector benigno, que a tan ilustres personajes haya traído de los cabellos con ocasión de mis insignificantes escritos.
Y en las esquinas de la habitación, en caballetes negros, sin ornamentos dorados, ostentaban su rica encuadernación cuatro grandes volúmenes: de Edgar Poe, el Cuervo desgarrador y fatídico, con láminas de Gustavo Doré, que se llevan la mente por los espacios vagos en alas de caballos sin freno: el el poema persa, el poema del vino moderado y las rosas frescas, con los dibujos apodícticos del norteamericano Elihu Vedder, un rico ejemplar manuscrito, empastado en seda lila, de , de Alfredo de Musset, y un el libro de Mignon, cuya pasta original, recargada de arabescos insignificantes, había hecho reemplazar Juan, en París, por una de tafilete negro mate embutido con piedras preciosas: topacios tan claros como el alma de la niña, turquesas, azules como sus ojos, no esmeraldas, porque no hubo en aquella vaporosa vida, ópalos, como sus sueños, y un rubí grande y saliente, como su corazón hinchado y roto.
Colocado se encontraba el señor Viondi en ventajosas condiciones para ello: amigo íntimo de Martí, lo había tratado durante largo tiempo y de la manera más estrecha y podía referirnos rasgos, de esos que parecen insignificantes, pero que mejor que ninguna otra cosa indican el temperamento y la condición peculiar de un personaje.
Se incorporaron a las partidas insignificantes que corrían la Mancha, y pasaron después a Valencia y Cataluña, ganosos de empresas más importantes para a causa de Dios y el rey que robar muías e imponer contribuciones a los ricos.
Se injiere en todas las cosas de los humanos, desde las grandes a las insignificantes, interviene en la vida pública y en la íntima, bautiza al que viene al mundo, acompaña al niño a la escuela, monopoliza el amor, declarándolo vergonzoso y abominable cuando no se somete a su bendición, y divide la tierra en dos categorías: la sagrada para el que muere en su seno, y el estercolero al aire libre para el hereje.
Acercósele, pues, el inocente Villamelón, preocupado por su idea, y después de algunas palabras insignificantes que dieron tiempo a Diógenes para vaciar por dos veces la copa, soltó al fin la pregunta misteriosa mirando a todas partes con cuidado:.
Don Jaime Pimentel, sin abandonar la corte, sin escribir apenas carta alguna, con el mayor sosiego, tuvo el gusto de recibir su acta, casi limpia, pues sólo llevaba dos protestas insignificantes y mal fundadas.
Verdad es que, muy al contrario de la generalidad de las mujeres, daba ella poco valer a multitud de cosas con que otras llenan la memoria, sin descuidar ni borrar los pormenores al parecer más insignificantes.
Todos ellos eran insignificantes y poco divertidos, no eran ni malos ni buenos, y doña Luz hacía milagros de diplomacia para no tratarlos mucho y no enojarlos tampoco.
Sus rostros no eran gran cosa, hubieran resultado insignificantes a no ser por los ojos, unos verdaderos ojos valencianos que les comía gran parte de la cara, rasgados, luminosos, sin fondo, con curiosidad insolente algunas veces, lánguidos otras, y cercados por la ojera tenue y azul, aureola de pasión.
Rechazaba de su mente con tenaz repugnancia todo lo que no fuera obra de la razón y del cálculo, no desmintiendo esto ni en las cosas más insignificantes.
Sin que se interrumpiera la acción mecánica, el espíritu de la pobre mujer reproducía fielmente la escena aquella, con las palabras, los gestos y las inflexiones más insignificantes del diálogo.
El suyo era de esos que hacen de la servidumbre una profesión inteligente, y se adelantan a los más insignificantes deseos de sus amos para satisfacerlos.
Y sepa que intervengo en esto por pura humanidad, porque se me ha ocurrido no morirme sin dejar tras de mí una buena acción, ya que en la cuenta de mi vida tengo tantas malas o insignificantes.
Al amanecer, inquieta y rebelde al sueño, oíales hablar y reconocía hasta los gestos más insignificantes que modelaban la personalidad de cada uno.
Miraba todo con la curiosidad alborozada que las cosas más insignificantes inspiran a la persona salida de un largo cautiverio.
Era como el buen médico que le pide al enfermo las noticias más insignificantes del mal que padece y de su historia para saber cómo ha de curarle.
Los más insignificantes gestos de su esposo, las inflexiones de su voz, todo lo observaba con disimulo, sonriendo cuando más atenta estaba, escondiendo con mil zalamerías su vigilancia, como los naturalistas esconden y disimulan el lente con que examinan el trabajo de las abejas.
A veces parecía que sus insignificantes e inseguras revelaciones querían ocultar la verdad antes que esclarecerla.
Dijo esto el marqués con aquella entonación vehemente y sombría que adoptaba al tratar de sus propios asuntos, por insignificantes que fuesen, y mientras hablaba, entretenía las manos ciñendo su collar de cascabeles a la Chula, con la cual iba a salir a matar unas codornices.
En dos o tres ocasiones le pareció notar unas puntas de ironía, y acaso no se equivocase, pues en las ciudades pequeñas, donde ningún suceso se olvida ni borra, donde gira perpetuamente la conversación sobre los mismos asuntos, donde se abulta lo nimio y lo grave adquiere proporciones épicas, a menudo tiene una muchacha perdida la fama antes que la honra, y ligerezas insignificantes, glosadas y censuradas años y años, llevan a su autora con palma al sepulcro.
—Fíjese, pues, el lector en lo que esos coristas hablen, sin parar mientes en sus insignificantes personas, y se ahorrará muchos quebraderos de cabeza.
Las lágrimas, así como la dulce voz de la hermana de su padre, no podían ser fenómenos insignificantes para el alma del matemático.

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