Ejemplos con insensato

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Su prefacio-estudio del Diálogo con el insensato es la referencia técnica, fundamental.
El líder británico considera insensato convocar la consulta si no cambian las circunstancias.
La mayoría de nosotros creen que somos inteligentes y racionales, y la idea de hacer algo insensato y auto-destructivo causa la disonancia.
Hablo de ese sacrílego, que todo, sagrado y profano, lo llevaba por igual, de ese ateo que quemaba y echaba por el suelo las estatuas de los dioses, de ese insensato que al mar mismo mandó azotar y le arrojó unos grillos.
No deseaba sobre todo, pues la amistad obliga, contribuir a la ruina de don Nicanor Arce, padre de aquel mozo emprendedor aunque no por sensible menos insensato y que era quien, en definitiva, corría con la financiación inicial del proyecto.
Incluido en San Anselmo y el insensato y otros estudios de filosofía.
Todo su comportamiento anterior y posterior demostró que no era más que un insensato.
Por un momento tuvo el médico la desatinada idea de suponer que el marino llevaba a la muchacha en su compañía, pasó como un rayo por su imaginación febril la posible realización de un rapto o de una fuga, y, mirando a su rival a un paso de distancia, le preguntó con insensato afán:.
Peregriné mucho, derramé el corazón y la vida a manos llenas, pero no fuí tan insensato que llegara a empobrecerme.
Y aquel infame Belarmino, sabía Dios merced a qué socaliñas y malas artes, le hurtaba, sin dejar una migaja siquiera, el aplauso y atención que a él en justicia se le debían, puesto que Belarmino era insensato charlatán y prevaricador de la lezna y el cerote, en tanto él, Apolonio, por don natural, componía los más primorosos artificios, así zapateriles como poéticos.
Como Belarmino, aunque el Padre Alesón le reputase insensato, era un hombre muy sensato, se dió cuenta del daño irreparable que le amenazaba, y era, elevarse tanto, que un día se extraviase más allá de las nubes y no pudiera volver al comercio y relación con los demás hombres.
El sapo desnuda el tetraedro , Belarmino se oprimió las sienes con las manos, echó hacia atrás la cabeza, sacudiéndola con insensato y contenido entusiasmo, y murmuró entre dientes, mordiendo las palabras: ¡Qué razón tiene! ¡Qué razón tiene!.
Y algo peor: yo he contribuído, con mi aturdimiento insensato, a hacer desgraciada a Angustias, quizás a don Pedrito, y, desde luego, a ustedes.
Pero Simón, que no era tan insensato como su mujer, guardaba estos sentimientos en el fondo del pecho, y, entretanto, iba ocupándose en adquirir alas con que volar.
La civilización de un pueblo adquiere su carácter, no de las manifestaciones de su prosperidad o de su grandeza material, sino de las superiores maneras de pensar y de sentir que dentro de ellas son posibles, y ya observaba Comte, para mostrar cómo en cuestiones de intelectualidad, de moralidad, de sentimiento, sería insensato pretender que la calidad pueda ser substituída en ningún caso por el número, que ni de la acumulación de muchos espíritus vulgares se obtendrá jamás el equivalente de un cerebro de genio, ni de la acumulación de muchas virtudes mediocres el equivalente de un rasgo de abnegación o de heroísmo.
Siendo, pues, insensato pensar, como Renán, en obtener una consagración más positiva de todas las superioridades morales, la realidad de una razonada jerarquía, el dominio eficiente de las altas dotes de la inteligencia y de la voluntad, por la de la igualdad democrática, sólo cabe pensar en la de la democracia y su reforma.
Desconocer sus defectos no me parecería tan insensato como negar sus cualidades.
, señor, ¿quién sería el insensato que se atreviese, no digo a esgrimir su espada contra ellos, pero ni aun a dejar de adorarlos? ¡Oh, señor! yo soy lo que el clero llama un hereje, un impío, un , pero yo aquí digo a Vd.
Lo de llevar al teatro un niño de dos años, le pareció insensato, pero era el pretexto: y además, los padres llevan a sus hijos demasiado pronto al teatro, porque se hacen la ilusión de que entienden lo que ven.
Pero veía la enérgica y elocuente gesticulación de uno de los sacerdotes, veía sus inspirados y santos ademanes, la noble llama que brotaba de sus ojos, las tiernas caricias que hacía al insensato reo.
No sería yo como el insensato pródigo que vive en perpetuo escándalo, pagando comilonas a vagos y parásitos que se ríen de él y lo arruinan.
Estaba el hombre que no sabía lo que le pasaba, creía soñar se daba pellizcos a ver si estaba despierto, anduvo algún tiempo por la calle como un insensato se reía solo le dieron ganas de comprar un revólver para ponerse a disparar tiros al aire ¡Ah!, lo que debía hacer era meterle un par de balas en el cuerpo a doña Lupe sí, por mala, por tacaña Pero no, no, perdonar a todo el mundo La vida es hermosa, y gobernar un pedazo de país es el mayor de los deleites.
Barbarita I había concebido el loco proyecto de casar a Moreno con esta sobrina suya, que era muy mona, y comunicado el pensamiento a Jacinta, esta lo encontró de lo más insensato que se le podría ocurrir a nadie.
Tenía su semblante expresión seráfica, sus modales eran suaves y más parecía un iluminado antiguo, cuya demencia se elaboraba en la soledad claustral, que el insensato de estos tiempos, educado para el manicomio en los febriles apetitos de la sociedad presente.
Volvió a sentir el insensato anhelo de entrar en la casa, y dio tres o cuatro pasos hacia ella, pero retrocedió por segunda vez.
Dejándose llevar de su insensato recelo, interrogó a la criada, tratando de averiguar por ella.
El insensato lleva tres dias sin comer ni dormir, y sus fuerzas no pueden ménos de tener límite, como todas.
—¡Que se lleven a ese vil enjendro de la traicion y la mentira!—gritó el insensato, sin volverse, ni apartarse de la pared.
La anciana dió un agudo chillido, creyéndose muerta, y, como no pudiese escapar, volvió a caer de rodillas, y se abrazó a los piés del insensato.
Figurábase que su padre maldeciria desde el cielo aquel amor inventado por el demonio para dejar inultas la ruina y la muerte del mejor de los caballeros, y hacía esfuerzos inauditos por arrancarse del alma el nombre de Soledad, por no ver la cariñosa luz de sus ojos, por no oir el eco de su dulce voz, por no envidiar el regalo de su sonrisa, por matar, en fin, aquel insensato deseo de ser amigo suyo, de serlo siempre, de serlo más que nadie, que precisamente habia nacido en su soberbio corazon de la misma imposibilidad de lograrlo.

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