Ejemplos con ingenios

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

En plena época de auge azucarero compró uno de los ingenios más importantes a la familia Méndez.
de Halo existe una gran variedad de vehículos de combate e ingenios de tecnología bélicos.
Es parte del organismo público de la comisión del Papaloapan, con una de las operación de los ingenios en la Cuenca del Papaloapan más importantes de Veracruz.
Ese mismo año, ante el inminente ataque del pirata Diego Ingenios, se reúne la comisión defensiva de la isla y Antón Jaén es encargado de comandar el pelotón que defienda la isla.
Este episodio constituye uno de los episodios más brillantes de los Tercios y supuso un alarde de ingeniería, y despliegue táctico, como refleja el cronista Faminiano Estrada: Nunca con más pesadas moles fueron enfrenados los ríos, ni los ingenios se armaron con más osadas invenciones, ni se peleó con gente de guerra que en más repetidos asaltos hiciese más provisión de destreza y coraje.
De la fundación de múltiples ingenios y colonias a la redacción de la Revista Franco-Brasileña.
Estableció por Ley el control y asistencia medica obligatorio en los ingenios azucareros de la Provincia, y se prohibió el trabajo nocturno en las panaderías y laboreos similares.
A su brillante gestión se debe la creación de buena parte de la red vial de la provincia de Tucumán, casi todos los ramales ferroviarios del sur tucumano y grandes obras civiles como el Palacio del Banco de Tucumán, el Palacio de Justicia, cinco hospitales públicos, decenas de escuelas y dispensarios médicos, la Oficina Química, el Leprosario, la Cárcel de Villa Urquiza, la red de irrigación provincial, más un sinnúmero de leyes sociales como la de asistencia médica obligatoria en los ingenios tucumanos, la prohibición del trabajo nocturno en las panaderías y la de atención financiera a las bibliotecas públicas.
Pero hoy, ¡loado sea Dios!, no tenemos ni que hacer sutiles razonamientos para apropiarnos lo que sólo a medias nos pertenece, ni que recoger las migajas de los autores de segundo orden, puesto que plugo a la Providencia concedernos simultáneamente dos ingenios peregrinos, bastante cualquiera de ellos para ilustrar una comarca menos reducida que la nuestra, montañeses ambos hasta los tuétanos, pero diversísimos entre sí, a tal punto que puede decirse que se completan.
Sí, sí, tiene más ingenios que ingeniopronunció Pilar repitiendo un chiste que todo el invierno había rodado por Madrid a propósito de las Amézagas.
“¡Salve, oh, tú, el más grande de los hombres, hijo predilecto de las Musas, foco de intensa luz que alumbrará a los mundos, salve! Loor a tu nombre, hermosa lumbrera, en cuyo derredor girarán en lo futuro mil inteligencias, admiradoras de tu gloria! ¡Salve, grandiosa obra de la mano del Potente, orgullo de las ESPAÑAS, flor la más hermosa que ciñe mis sienes, yo te saludo! ¡Tú eclipsarás las glorias de la antigüedad, tu nombre escrito en letras de oro en el templo de la Inmortalidad, será la desesperación de los demás ingenios! ¡Gigante poderoso, serás invencible! Colocado como soberbio monumento en medio de tu siglo, todas las miradas se encontrarán en tí.
Pero, como todos los ingenios superiores, si no la sabía, la adivinaba.
Los grandes ingenios españoles ignoraban o fingían ignorar lo que la revolución decía más allá dé las fronteras.
Ahora vivo la vida prosáica de quien no fía en humanos afectos, de quien llama las cosas por sus nombres, de quien sólo gusta de la poesía en teatros y academias, y no quiere que el mundo y la sociedad sean como los pintaban los novelistas de antaño, los soñadores lamartinianos, los grandes ingenios de la legión romántica.
Todos los ingenios mozos y viejos, conservadores y liberales, unidos por el amor a la belleza.
Y ahorasiguió Santa Cruz, muy bien empaquetado entre sus sábanas, despídete de tu novela, de esa grande invención de dos ingenios, Ido del Sagrario y José Izquierdo Vamos allá Lo último que te dije fue.
De todo lo que habia visto y oido, y de los ingenios de los jitanos quedó admirado Andres, y con propósito de seguir y conseguir su empresa, sin entremeterse nada en sus costumbres, o a lo ménos escusarlo por todas las vias que pudiese, pensando exentarse de la jurisdiccion de obedecerlos en las cosas injustas que le mandasen, a costa de su dinero.
Pues ¿qué es verlos censurar los unos a los otros? ¿qué diré del ladrar que hacen los cachorros y modernos a los mastinazos antiguos y graves? y ¿qué de los que murmuran de algunos ilustres y escelentes sujetos, donde resplandece la verdadera luz de la poesía, que tomándola por alivio y entretenimiento de sus muchas y graves ocupaciones, muestran la divinidad de sus ingenios y la alteza de sus conceptos, a despecho y pesar del circunspecto ignorante, que juzga de lo que no sabe y aborrece lo que no entiende? ¿y del que quiere que se estime y tenga en precio la necedad que se sienta debajo de doseles, y la ignorancia que se arrima a los sitiales?.
—¿Quién me lo ha de enseñar? respondió Preciosa, ¿no tengo yo mi alma en mi cuerpo? ¿no tengo ya quince años? No soy manca, ni ronca, ni estropeada del entendimiento: los ingenios de las jitanas van por otro norte que los de las demas gentes, siempre se adelantan a sus años, no hay jitano necio, ni jitana lerda, que como el sustentar su vida consiste en ser agudos, astutos y embusteros, despabilan el ingenio a cada paso, y no dejan que crie moho en ninguna manera.
Salió Preciosa rica de villancicos, de coplas, seguidillas y zarabandas y de otros versos, especialmente de romances, que los cantaba con especial donaire, porque su taimada abuela echó de ver que tales juguetes y gracias en los pocos años y en la mucha hermosura de su nieta habian de ser felicísimos atractivos é incentivos para acrecentar su caudal, y ansí se los procuró y buscó por todas las vias que pudo, y no faltó poeta que se los diese, que tambien hay poetas que se acomodan con jitanos, y les venden sus obras, como los hay para ciegos, que les fingen milagros, y van a la parte de la ganancia: de todo hay en el mundo, y esto de la hambre tal vez hace arrojar los ingenios a cosas que no están en el mapa.
Pues, ¿qué si venimos a las comedias divinas?: ¡qué de milagros falsos fingen en ellas, qué de cosas apócrifas y mal entendidas, atribuyendo a un santo los milagros de otro! Y aun en las humanas se atreven a hacer milagros, sin más respeto ni consideración que parecerles que allí estará bien el tal milagro y apariencia, como ellos llaman, para que gente ignorante se admire y venga a la comedia, que todo esto es en perjuicio de la verdad y en menoscabo de las historias, y aun en oprobrio de los ingenios españoles, porque los estranjeros, que con mucha puntualidad guardan las leyes de la comedia, nos tienen por bárbaros e ignorantes, viendo los absurdos y disparates de las que hacemos.
¡Qué de habilidades hay perdidas por ahí! ¡Qué de ingenios arrinconados! ¡Qué de virtudes menospreciadas! Pero, con todo esto, me parece que el traducir de una lengua en otra, como no sea de las reinas de las lenguas, griega y latina, es como quien mira los tapices flamencos por el revés, que, aunque se veen las figuras, son llenas de hilos que las escurecen, y no se veen con la lisura y tez de la haz, y el traducir de lenguas fáciles, ni arguye ingenio ni elocución, como no le arguye el que traslada ni el que copia un papel de otro papel.
Mirad, hermano tornó a decir el cura, que no hubo en el mundo Felixmarte de Hircania, ni don Cirongilio de Tracia, ni otros caballeros semejantes que los libros de caballerías cuentan, porque todo es compostura y ficción de ingenios ociosos, que los compusieron para el efeto que vos decís de entretener el tiempo, como lo entretienen leyéndolos vuestros segadores, porque realmente os juro que nunca tales caballeros fueron en el mundo, ni tales hazañas ni disparates acontecieron en él.
Bien es verdad que el segundo autor desta obra no quiso creer que tan curiosa historia estuviese entregada a las leyes del olvido, ni que hubiesen sido tan poco curiosos los ingenios de la Mancha que no tuviesen en sus archivos o en sus escritorios algunos papeles que deste famoso caballero tratasen, y así, con esta imaginación, no se desesperó de hallar el fin desta apacible historia, el cual, siéndole el cielo favorable, le halló del modo que se contará en la segunda parte.
Osaré yo jurar dijo don Quijote que no es vuesa merced conocido en el mundo, enemigo siempre de premiar los floridos ingenios ni los loables trabajos.
De que Sancho el bueno sea gracioso lo estimo yo en mucho, porque es señal que es discreto, que las gracias y los donaires, señor don Quijote, como vuesa merced bien sabe, no asientan sobre ingenios torpes, y, pues el buen Sancho es gracioso y donairoso, desde aquí le confirmo por discreto.
Los hombres famosos por sus ingenios, los grandes poetas, los ilustres historiadores, siempre, o las más veces, son envidiados de aquellos que tienen por gusto y por particular entretenimiento juzgar los escritos ajenos, sin haber dado algunos propios a la luz del mundo.
Decir gracias y escribir donaires es de grandes ingenios: la más discreta figura de la comedia es la del bobo, porque no lo ha de ser el que quiere dar a entender que es simple.
Un Viriato tuvo Lusitania, un César, Roma, un Anibal, Cartago, un Alejandro, Grecia, un conde Fernán González, Castilla, un Cid, Valencia, un Gonzalo Fernández, Andalucía, un Diego García de Paredes, Estremadura, un Garci Pérez de Vargas, Jerez, un Garcilaso, Toledo, un don Manuel de León, Sevilla, cuya leción de sus valerosos hechos puede entretener, enseñar, deleitar y admirar a los más altos ingenios que los leyeren.
Y aun tienen tanto atrevimiento, que se atreven a turbar los ingenios de los discretos y bien nacidos hidalgos, como se echa bien de ver por lo que con vuestra merced han hecho, pues le han traído a términos que sea forzoso encerrarle en una jaula, y traerle sobre un carro de bueyes, como quien trae o lleva algún león o algún tigre, de lugar en lugar, para ganar con él dejando que le vean.

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