Ejemplos con indecorosas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Y el bautizado salía chorreando, sin otra preocupación que mantener las manos cruzadas sobre el vientre para evitar indecorosas transparencias, llevando en sus ropas las huellas obscuras de las manos de los negros, mientras éstos ostentaban en sus brazos desteñidos las manos blancas marcadas por el neófito durante la lucha.
Lo que he recogido de boca del chismoso tiene un hueco en estas páginas como documento vivo de cierta opinión insana que se proponía desprestigiar al Rey Amadeo, poniendo en circulación estas liviandades indecorosas y a veces ridículas.
Sus sospechas le llevaban a indagaciones indecorosas para mí.
Los morros de se extendían cuarta y media fuera de las líneas borriquiles de su rostro, y mi esclarecido nieto no hacía más que contrariar mis hábitos y rodearme de estrecheces indecorosas.
Tranquilo por esta parte Butrón, quiso, sin embargo, asegurar más y más al partido la alianza preciosa de Currita, porque hay ciertas políticas indecorosas y a la larga funestas, que, aun tendiendo a fines honestos, no saben prescindir de individualidades asquerosas.
Sin bastante conocimiento del mundo ni experiencia para explorar a Félix provocando atrevidamente explicaciones francas que pudieran ser indecorosas, sin coquetería que desconcertándole le hiciera venderse, Josefina sintió la falta de un alma amiga, leal, inteligente, franca, que aconsejara su incertidumbre y gobernara su timidez convirtiendo la misma debilidad en arma poderosa.
Carlos Garrote, cuya cólera hirviente, cuyas palabras amenazantes encerraban un gran fondo de rectitud, porque anunciaban su odio a las intrigas y a las transacciones indecorosas, tuvo que abandonar parte de sus armas en Regina Cœli.
Con su pluma estos diablillos pinchaban, martirizando lentamente, pero más allá, en otras salas más negras, más indecorosas y más ahumadas con el hálito brumoso de la curia, los demonios mayores descuartizaban como carniceros.
Gabriel, estas estampas de Dafne y Apolo, de Júpiter y Europa son indecorosas, y hemos encargado a Sevilla una colección de santos para sustituirlas.
Pero éste, que parece el más fuerte, es sumamente débil, porque también Epaminondas, que nadie ignora haberse criado y haber vivido en suma pobreza, y Platón el filósofo, dieron unos coros que merecieron aprecio: el uno de flautistas, y el otro, de jóvenes llamados cíclicos, suministrando a éste para el gasto Dión de Siracusa, y a Epaminondas, Pelópidas, no estando los hombres de bien reñidos en implacable e irreconciliable guerra con las dádivas de los amigos, sino que teniendo por indecorosas y bajas las que se reciben por avaricia, no desechan aquellas que no se toman por lucro, sino para cosas de honor y lucimiento.
Entonces Catón dijo a las mujeres de su casa que había sido preciso tomar parte y mezclarse en aquellas indecorosas negociaciones si se hubiera unido por afinidad a Pompeyo, en lo que, convinieron ellas, diciendo que lo había pensado mejor negándose a la pretensión.
Cuéntase que cuando todavía estaba a corta distancia de la ciudad notó que le seguían algunos ciudadanos del partido contrario, y quiso ocultarse, mas aquellos, llamándole por su nombre y llegándose cerca, le rogaron recibiera para el viaje las cantidades que le llevaban, pues para esto las habían tomado en casa, y éste era el motivo de haberle seguido, al mismo tiempo le exhortaron a tener buen ánimo y a no abatirse por lo sucedido, con lo cual todavía crecieron más los lamentos de Demóstenes, y prorrumpió en esta expresión: “¿Cómo no lo he de llevar con pesadumbre, dejando una ciudad donde los enemigos son tales cuales no suelen ser en otras los amigos?” Mostró en este destierro un ánimo apocado, deteniéndose lo más del tiempo en Egina y Trecene, y mirando al Ática con lágrimas en los ojos, se refiere haber proferido voces indecorosas y poco conformes a los elevados sentimientos que había manifestado en el gobierno, pues se dice que al perder de vista a la ciudad, tendiendo las manos hacia el alcázar, exclamó: “Reina, y señora de Atenas, ¿por qué te complaces en tres terribles fieras: la lechuza, el dragón y el pueblo?”, y que a los jóvenes que iban a verle y permanecían algún tiempo con él los retraía de tomar parte en el gobierno, diciéndoles que si al principio se le hubieran mostrado dos caminos, el uno que condujese a la tribuna y a la junta pública, y el otro opuesto a la sepultura, sabiendo ya los males que acompañan al gobierno, los temores, las envidias, las calumnias y las rencillas, sin detenerse se habría arrojado a la que más presto le condujese a la muerte.
En esta ocupación fantástica le encontró Irene cuando volvió hecha un brazo de mar, convertida en una muñeca como aquellas que la niña tenía y yacían por el suelo en posturas indecorosas y no todas en la perfecta integridad de su individuo.
La embriaguez se desvaneció como por ensalmo en la cabeza del brigadier, quien habría dado toda la sangre de sus venas por recoger las palabras indecorosas que sin deliberado propósito de agravio y arrastrado sólo por los malos hábitos de la vida de cuartel se escaparon de su boca.
El auxiliar del banquero en los garitos, el que acompaña al rico sirviéndole en comisiones indecorosas.
Para entrar, pues, hacían todo lo imaginable, sacrificaban todo, servían de todo, se humillaban ante todos, valíanse de medios violentos y vedados, realizaban las más indecorosas intrigas.
Eran ya cerca de las cuatro cuando se abrió la puerta y entró en la habitación un mozo de caballos, con aspecto de borracho, desaseado, de puntillas largas, cara abotagada y ropas indecorosas.
Mi salud no necesita de semejantes indecencias: y lo que ustedes hacen con tamañas blasfemias indecorosas es la causa, el caldo gordo del clero, porque tenga usted entendido, joven inexperto y procaz, que por el mundo han pasado muchas religiones positivas, y hoy se ha creído esto y mañana lo otro, pero de lo que nunca han prescindido los pueblos cultos, ni ahora, ni en la antigüedad, es de la buena crianza, y del respeto que nos debemos todos.
Y si dijésemos que el teatro inglés gusta de horrores, de cosas indecorosas, de maravillas, porque Shakespeare y otros las han usado en sus piezas, todo el mundo entendería la reunión de composiciones dramáticas que se representan en los teatros de Inglaterra, y no las tablas donde representó Shakespeare.

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