Ejemplos con incendiario

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Olaf es un conocido incendiario, y los Baudelaire secretamente creen que él es responsable de todos sus problemas pero cuando finalmente es confrontado, Olaf lo niega, diciendo que ellos no saben nada.
Así mismo, los sitiados también disparaban flechas contra la torre y material incendiario que al caer sobre la estructura de madera podía destruirla rápidamente y matar a todos los hombres que llevaba en su interior.
Un artefacto incendiario fue arrojado a los muros de una sinagoga , mientras que los bomberos fueron atacados cuando intentaban ayudar a una persona herida en Meaux.
En ese momento Critolao pidió la palabra y pronunció un incendiario discurso.
Un informe incendiario para derrotar al Presidente circula por la Casa Blanca.
Shane oye que algo se mueve arriba y se da cuenta de que el bombero viejo, es el incendiario, de la estación.
Ante la inminente caída de Sujumi y el ataque incendiario contra el hotel donde estaba residiendo y del que se salvó casi milagrosamente, Shevardnadze debió huir de la ciudad en un buque ruso.
Para ello deja flotando y ardiendo paja húmeda con el fin de crear un densa nube de humo que ocultase los navíos españoles, pero además carga sus cañones con unos casquetes de armazón delgada con material incendiario dentro, que, al ser disparados prenden fuego a los buques británicos.
Su horror le otorgaría con el paso de los siglos nuevo poder, concediéndole la fulminante mirada de un incendiario Sol, y el marchito tacto de una cruel Luna.
La teoría aceptada es que el accidente fue causado por la acumulación de hielo en las principales superficies de las alas, pero el debate y la especulación que todavía causa estragos del accidente puede tener el resultado de algún tipo de dispositivo incendiario colocado en el avión.
Los delitos que han golpeado a los fascistas tras la Liberación, también en los casos en los que fueron actos de justicia sumaria, no son justificables, pero son -en cualquier caso- explicables por todo lo que sucedió antes ypor el clima incendiario de la época.
En casi todos los países a excepción de la Gran Bretaña, un incendiario es culpable de homicidio si alguna persona muere como resultado de su acción, aun cuando el delincuente no haya tenido la intención de matar.
En la película Llamaradas de Ron Howard, los personajes de Robert De Niro y William Baldwin están tras la pista de un incendiario, pero no tiene suficiente penetración en el perpetrado hasta que visitan a un incendiario que está en prisión.
Debido a la dificultad de encender la termita de hierro estándar, unida al hecho de que arde prácticamente sin llama y a su pequeño radio de acción, es raramente usada en sí misma como un compuesto incendiario.
Mientras tanto el Embajador español Duque de Alburquerque intentaba por todos los medios frenar la publicación, destinada según él, a revolucionar a los americanos, por su carácter incendiario, subversivo y contrario al buen orden, la tranquilidad y la unión que debía reinar en las Américas, por eso se prohibió terminantemente su circulación en las colonias.
Belarmino, con el tecnicismo de su inventiva, había dicho, traducido al pie de la letra: Fuera de la zapatería, e inscripto en el círculo de mi ortodoxia, que así puede llamarse círculo como cuadrado, puesto que la ortodoxia es la conciliación de los contrarios, soy fanático, y aún más, incendiario violento, pero fuera de mi centro propio y dentro de la zapatería, soy indiferente.
Nubes de color de hulla reflejaban en el mar su lento arrastre, lluvias azotantes se derramaban sobre la cubierta, seguidas de un sol incendiario que a los pocos minutos era borrado por un nuevo aguacero.
Las puertas sólo habían sido chamuscadas: la presencia de la autoridad había disuelto el grupo incendiario, extinguiendo el fuego.
Rodrigo Venegas, y que si éste murió por salvar sus vales y entregarlos a su acreedor, tambien se libró con ello de la ignominiosa imputacion de incendiario y petardista que seguia pesando sobre los demas, y alcanzó de camino una nueva gloria, cuyo mérito consistia cabalmente en que aquella valerosa accion pareció tan como espontánea, nobilísimo carácter que hubiera perdido desde el momento en que, por premio de ella, D.
Y con burlona sonrisa me decía: «¿Hasta cuándo hemos de mantener inútilmente a este incendiario?».
Peregrino trajo en el alma el mal del incendiario de Efeso: la vana codicia de la fama.
Este vocablo nació con los excesos de la Comuna, en Francia, y nadie rehúye pronunciarlo o escribirlo, pues la voz incendiario no tiene por completo la significación de petrolero.
No soy un ladrón, no soy un asesino, tampoco soy un incendiario, venero la religión, amo la familia, respeto la propiedad, sois más bien vosotros quienes despreciáis todas estas cosas.
Lo veo venir con la llama en el ojo, la espuma en los labios, los puños cerrados como un rey del foro, como un héroe del boxeo, que acusa a su gusto y con una perversidad brutal a un adversario desarmado contra el cual lo puede todo y del cual no tiene nada, absolutamente nada que temer, tratándolo de ladrón, de asesino, de incendiario.
-¿Por qué siendo buenos los dos, vivimos como criminales? No hemos faltado a la ley de Dios, y sin embargo huimos, como el incendiario que ha pegado fuego al techo del rico.
Para que ninguno de los inflamados pretendientes se quejase, Lucila rechazó también, no sin gratitud, los obsequios y finas proposiciones de un labrador muy rico de aquellas tierras, viudo y entrado en años, que de ella se prendó con amor incendiario, y en una misma frase expuso su petición de afecto y su oferta de inmediato matrimonio.
Aun los que están dispuestos a discutirlo todo admiten mal la discusión en este terreno, parece que en él no se puede encender una luz sin incurrir en la nota de incendiario, que todo llamamiento es somatén, y que el orden ha de establecerse necesariamente en silencio y a tientas.
Este es el filibustero incendiario de Centro América, el que gustaba de quemar a las familias, encerradas en sus casas.
y en algún otro, pues no debe olvidarse que el arrechucho gordo de don Alejandro Bermúdez Peleches nació de haberla visto, de súbito, vestida de mujer, con unos fulgores y unos centelleos y un poder incendiario que le metían miedo, y hay que dejar bien declarado, hasta por obra de justicia, que no había en la naturaleza física de Nieves el menor detalle que no estuviera en cabal armonía con el sosegado equilibrio y la honrada disciplina de su conciencia moral.

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