Ejemplos con hermoso

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Renegrido ,- sucio ,- aún hermoso.
¿Lo absurdo es lo hermoso? ¿Qué diría de esa opinión un griego, para quien la belleza era el resultado más meticuloso y fino de la lógica? El mundo es hermoso, pulcro, porque es lógico.
con una sonrisilla y un retintín que acabaron de emborrachar a don Simón, retintín y sonrisa que en aquel personaje y en aquella ocasión venían a significar un pensamiento que podía traducirse en estas palabras:¡Qué hermoso !.
Era la primera vez que Pereda abandonaba aquel su huerto hermoso, bien regado, bien cultivado, oreado por aromáticas y salubres auras campestres , como dijo de perlas Emilia Pardo Bazán.
Lo uno es más fácil, y es campo abierto a todos, lo otro es para pocos, y quien lo alcanza se acerca a las primitivas y sagradas fuentes de la poesía humana, crecida y arrullada con los halagos de la madre Naturaleza, y con verlo todo más sencillo, lo ve más próximo a su raíz, más íntegro y más hermoso, y se levanta enormemente sobre todo este conjunto de estériles complicaciones, de interiores ahumados, de figuras lacias, de sentimientos retorcidos y de psicologías pueriles, de que vive en gran parte la novela moderna.
Para personificar una plaga social, buscó un tipo insignificante, un , egoísta, vulgar, sin ninguna cualidad dominante buena ni mala, que no es sabio ni tonto, ni hermoso ni feo, ni rico ni pobre, ni muy viejo ni muy joven, sin aficiones políticas ni literarias, un ser por excelencia prosaico, envuelto en las más ruines y mezquinas contradicciones de la vida.
Entonces yo mismo fui al mercado y compré un salmón magnífico por sesenta pesetas, y yo envié el hermoso pez a mi casa, como si él fuese un regalo de la parte de un amigo, al contrario, si ella sabe que yo lo habré comprado, mi mujer me hace una terrible camorra.
Me apetecía, y yo le apetecíagritó Felicita, desbaratando el peinado y dando suelta al cabello, caudaloso y negro, lo único joven y hermoso que poseía.
El alocado don Pedrito tiene por delante un hermoso porvenir.
El dibujo no puede ser más hermoso.
Ya te he dicho que el mundo es hermoso, es pulcro, porque es lógico, eso quiere decir la voz mundo, , si no me equivoco.
Entre un mancebo apolíneo y un vejete horrendo, de verrugosa nariz, el pintor elige el segundo y disputa de buena fe que es más hermoso pictóricamente.
Aquel hermoso corazón, tan trabajado por el amor contenido, no quería seguir rigiendo.
Formando severo contraste está SATURNO, acurrucado y mirando desde léjos tan hermoso grupo.
¡Miradlo! ¡Si parecía dormido! ¡Tan hermoso! ¡tan sonrosado! Jamás se había visto un como este.
Nunca la muerte pasó sobre la tierra con disfraz tan hermoso.
Y al tener de repente la visión clara de su desgracia, al pensar en el pobre Pascualet, que a tales horas estaba aplastado por una masa de tierra húmeda y hedionda, rozando su blanca envoltura con la corrupción de otros cuerpos, acechado por el gusano inmundo, él, tan hermoso, con aquella piel fina por la que resbalaba su callosa mano, con sus pelos rubios que tantas veces había acariciado, sintió como una oleada de plomo que subía y subía desde el estómago a su garganta.
Paréceme que estoy viendo aquel rostro moreno, tipo hermoso de la raza indígena, afinado por el cruzamiento en dos o tres generaciones: obscuro, muy obscuro del color, estrecha la frente, alto el cráneo, salientes los pómulos, la barba escasa, escasísima, los ojos pequeñitos, negros, negros y vivos, la mirada franca, el aire resuelto, como en todo aquel que no tiene en su vida acción que le avergüence, que a nadie teme y de nadie es temido, que así se enternece a la vista de ajenos dolores como rechaza sereno, con dura franqueza, con valerosa resolución, a quien le ofende o desconfía de él.
Con ésta, sobre todo, que era para ella lo más hermoso de la poesía moderna.
¡Qué panorama tan hermoso! A mis pies las primeras calles de la ciudad, como extendidas en una alfombra de felpa amarillenta, la alameda de Santa Catalina, los edificios apiñándose a proporción que se acercaban a la Plaza, el poblado dividido por el río, y a orillas de éste el convento franciscano, lúgubre y sombrío, desolado y triste, como si llorara la ausencia de sus mendigos.
Tenía agua corriente, y un gran patio, que mis tías habían convertido en hermoso jardín, donde se producían hermosas flores y magníficas frutas, naranjas de China, como almíbar de dulces, aguacates, muy afamados en Villaverde, chinenes, blancos como la leche y sin una hebra, jinicuiles riquísimos, anchos, aromáticos, carnudos, guayabas-manzanas deliciosas.
El buey de la izquierda, un hermoso buey sardo permanecía inmóvil, el otro, blanco, manchado de negro, se azotaba el lomo con la cola para espantar las moscas que le hostigaban.
Id entonces al Escobillar, subid a la cercana colina, y gozaréis del más hermoso panorama, trepad a lo más alto, y tendréis ocasión de admirar la fecunda vega del Pedregoso, celebrada mil y mil veces por los poetas de Villaverde, y cantada en exámetros latinos y en liras arcaicas por el.
Presentía yo hermoso día, uno de esos inolvidables días que dan a las almas de los niños festivo buen humor, uno de esos días que convidan, a sacudir el yugo escolar para irse por los campos a tenderse bajo los álamos del río, cabe las ondas murmurantes, cerca de las piedras cubiertas de musgo, lejos del dómino cetrino e irrascible, lejos de las coplas del Iriarte, de las discusiones del Foro y de las catilinarias terríficas, día de los más bellos para.
Subiríamos al campanario para mirar desde allí el magnífico panorama de Villaverde, tan hermoso, tan bello para mí, que otros, tal vez mejores, no me le hicieran olvidar.
Fondo de aquel hermoso cuadro, graciosa cordillera, valles conocidos y amados, un cielo límpido y puro, por el cual ascendía la creciente luna semivelada en un celaje.
Pero también sonaban por allí palabras de amor, que a ello convidaban la apacible hora y el hermoso lugar.
¡Qué hermoso cuarto es este! Me parece que he vivido en él toda mi vida.
Su persona bien podía pasar por un hermoso y acabado símbolo, y si fuera estatua, el escultor habría grabado en el pedestal estas palabras:.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba