Ejemplos con haz

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

No digo que hayan existido en carne mortal sobre el haz de la tierra, han existido por mí y para mí.
Si cantase, el rayo único de su voz hubiera penetrado en el alma penumbrosa de Belarmino, como penetra un solo haz de los rayos del sol a través de la ojiva en una iglesia.
Belarmino permanecía baja la testa, de precoz calvicie, un haz de luz venía al soslayo a clavarse en ella, como una espada en la cabeza de un mártir.
La Iglesia Primada era para él la segunda casa de Dios, después de San Pedro de Roma, y las ciencias eclesiásticas un haz de rayos de la divina sabiduría que le cegaban, adorándolos con el respeto profundo del ignorante.
Hablaba con la jardinera, mostrándola escandalizado un haz de espigas con una cinta roja.
¿A qué conduce esto? ¿Qué significa este haz? ¡Si al menos fuese una carretada de gavillas, como en los buenos tiempos del diezmo!.
Llevaba en los brazos un enorme haz de flores y hojas, que esparció sobre el lecho.
¿Quién responde, quién, de que Gabriela, es decir, tu esposa , no piense algunas veces en Ernesto? El otro día le viste escribir una letra ¡y sentiste celos, celos horribles! ¿Me pides consejo? Haz lo que quieras, pero antes consulta con tu conciencia.
Cruzó el espacio un silbido rápido, estridente, un ruido semejante al desgarro de inmensa sábana, y en lo más alto del cielo, después de una detonación de lejano cañonazo, esparcióse un haz de puntos luminosos de diversos colores, que descendieron lentamente, dejando tras sí culebrillas de fuego.
Cuando Angelina hizo el último nudo y cortó el haz de pita floja, y lió el tallo con una tirilla de papel de China, alargó el brazo para observar a la distancia el efecto del ramillete.
¡Cómo me río ahora, al copiar estas páginas, de mis romanticismos de entonces! ¡Cómo me burlo de aquellos raptos amorosos, de aquellos éxtasis quijotescos! Pero ¡ay! no lo hago impunemente, que me hiero en el pecho, me desgarro el corazón como si me arrastrara yo sobre él un haz de espinas.
De pronto, como si aquella conversación le fuese penosa, varió de asunto y deteniéndose al pie de un árbol se puso a contemplar, entre el follaje las últimas luces del día, el cielo dorado, sobre el cual se dibujaban, límpidas y claras las ramas de un gran, fresno desnudo, mientras yo ataba un haz de violetas.
Destrenzados, sueltos, atados con una cinta de seda, se me antojaban un haz de mies madura.
Ella se adelantó a mis deseos, y una tarde, sentada al pie del naranjo, mientras disponía sobre sus rodillas un haz de violetas, separando las que estaban marchitas y comidas de gusanos, cercenándoles el tallo y hacinándolas en grupos, me dijo:.

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