Ejemplos con haraganería

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Manuscrito de Ayala: Los necios preciados de nobles se entregan a la haraganería y superstición, y cierran con candados su entendimiento, mientras los alimenta groseramente la ignorancia.
Se le conoce también como gandulería, flojera, flojeritis aguditis, haraganería, holgazanería, entre otros términos que pueden incluso llegar a ser peyorativos.
Diole esto gran importancia a Velarde, y agarrado a las faldas de Currita y a los faldones de Villamelón, fuese introduciendo en todos los salones de la corte, mientras se preparaba a entrar con algún brillante destino en aquel Palacio real que tenía delante, prefiriendo su vanidad y su haraganería la vida aparatosa del palaciego a la vida activa del político.
Agréguese a esto que la prodigalidad del ''señor de'' don Silvestre, como llamaban en el pueblo al de la corte, había corrido de cocina en cocina por todo el vecindario, y que, por lo mismo, no hubo en él una sola persona que no se creyese con derecho a pedirle dinero, pretextando necesidades, unas veces ciertas y justificadas, otras fingidas e indignas de la largueza y caridad del forastero, de suerte, que ni siquiera le quedó el placer que experimentaba aliviando la desgracia, pues temía equivocarla con las consecuencias de la haraganería, y contribuir al fomento de más de un vicio, procurando socorrer la verdadera miseria.
Iba descendiendo por grados, esquivaba a sus antiguos camaradas y experimentaba una vergüenza punzadora al darse cuenta de su falsa posición y de su haraganería, hasta cierto punto obligada, porque habiendo su familia avanzado en rango, los empleos humildes le estaban vedados por la religión de las preocupaciones.
-¡Para el demonio que te escuchara entonces! Desengáñate, Pablo: por muchas vueltas que des a esas pinturas, no pasan de hojarasca, y, en substancia, haraganería pura.
Entonces el maghrebín se encaró con Aladino, y le dijo: ¡Ah! ¡oh hijo de mi hermano! ¡en verdad que no sabía yo todo eso que a ti se refiere! ¿Por qué marchas por esa senda de haraganería? ¡Qué vergüenza para ti, Aladino! ¡Eso no está bien en hombres como tú! ¡Te hallas dotado de razón, hijo mío, y eres un vástago de buena familia! ¿No es para ti una deshonra dejar así que tu pobre madre, una mujer vieja, tenga que mantenerte, siendo tú un hombre con edad para tener una ocupación con que pudierais manteneros ambos.
Al día siguiente, al despertarse, empezaron por besarse mucho, y Aladino dijo a su madre que su aventura le había corregido para siempre de la travesura y haraganería, y que en lo sucesivo buscaría trabajo como un hombre.
Odio al naipe, a la vigüela que manca, al cimarrón, charquito de haraganería, donde chupan tantos varones rudos.
El un final, es onomatopéyico, redondea la palabra de modo sonoro, le da categoría de adjetivo definitivo, y el modo grave squena dritta se convierte en esta antítesis, en un jovial squenun, que expresando la misma haraganería la endulza de jovialidad particular.
En cambio, esos individuos que podrían tomarse por solemnes vagos, y que puede ser que lo sean, a la sombra de los árboles empollaban su haraganería y florecían en meditaciones de manera envidiable.
Y estos hijos están deseando que reviente el padre para malgastar en un año de haraganería la fortuna que él acumuló en cincuenta de trabajo odioso, implacable, tacaño.

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