Ejemplos con grosero

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Frecuentemente, la gente entiende mal el significado del término porque éste es un adjetivo que también significa indecente o grosero.
Julie Newmar replicó que ella era la víctima de un arrogante y grosero James Belushi.
Kamui es uno de los pocos protagonistas poco convencionales se presenta como un chico grosero, de carácter difícil, explosivo y algo neurótico, pero puede ser realmente muy dulce con sus amigos sobre todo con Subaru con quien comparte su tragedia.
Una teoría de por qué Grigsby no fue ascendido es que fue debido a su lenguaje grosero.
John se pone grosero y los echa a ambos.
La línea de Marge Cuando conocí a tu padre, era grosero y descortés.
En algún momento de la colonización de Marte, Abel Nightroad, líder de los colonizadores humanos en el Planeta Rojo, comenzó a ganarse el odio de la gente bajo su mando, debido a que Abel era un hombre prepotente, déspota, grosero y tirano con su gente, siempre hostil, cruel, inhumano con todos los que le rodeaban.
¡Qué grosero materialismo! ¡Qué cabeza tan atormentadas y lúbricas debéis de tener las personas puras y religiosas! Parecerá uno de esos reservados que hay en las barracas de feria, con figuras de cera, para hombres solos.
Un pie juanetudo denota un espíritu grosero.
Desde este punto de vista, la poética de los románticos más exaltados era fundamentalmente realista, mucho más realista que el grosero mecanismo que hoy usurpa ese nombre.
En buena justicia, ¿qué más había de pedir éste al hidalgo, sin ser un grosero? Acostóse, pues, sin saber lo que deseaba, durmióse al cabo y amaneció el nuevo día, tan frío, tan lluvioso y tan desagradable como el anterior.
Los de abajo, que se consuelan de sus humillaciones con un grosero materialismo, gritan a estas horas: ¡A París! ¡Vamos a beber champañ gratis! La burguesía pietista, capaz de todo por alcanzar un nuevo honor, y la aristocracia que ha dado al mundo los mayores escándalos de los últimos años, gritan igualmente: ¡A París! París es la Babilonia del pecado, la ciudad del y los restoranes de Montmartre, únicos lugares que ellos conocen Y mis camaradas de la Social-Democracia también gritan, pero a éstos les han enseñado otro cántico: ¡A Moscou! ¡A Petersburgo! ¡Hay que aplastar la tiranía rusa, peligro de la civilización! El kaiser manejando la tiranía de otro país como un espantajo para su pueblo ¡qué risa!.
A veces el favorecido sonreía cortésmente, dando las gracias con palabras reveladoras de un origen superior, y pasaba el regalo a otros compañeros que vestían un capote tan grosero y mal cortado como el suyo.
Y como viese al empleado furioso, dispuesto a interpelar a Lucía con grosero ademán, añadió:.
Además, le molestaba el libertinaje grosero, ruidoso, con publicidad, como un alarde de riqueza.
Le dolía el recuerdo del día anterior, viéndose ridículo y grosero.
Eso es para otras ¡Atrás, si no quiere que le tenga por un grosero!.
Hasta entonces no conocía de tal pasión más que el aspecto material y grosero, las relaciones fugaces y tristes de las mujeres que le abocaban por la noche en las calles de Londres y París.
La indignación contra el grosero interruptor creció a tal punto con estas humildes palabras, que se oyen gritos amenazadores y muchos agitan los puños frente al sitio de donde había partido la voz.
Él conocía un poquito de la ciencia moderna, para apreciar su grosero materialismo, incompatible con todo ideal, é instrumento de toda desmoralización.
El sofisma religioso, tolerando en la tierra la injusticia sin más consuelo que la esperanza en un mundo mejor, era demasiado grosero para las inteligencias modernas.
En el lado opuesto, el misterioso pastor de las Navas que enseñó a los cristianos el camino de la victoria, desapareciendo después como un enviado divino: imagen de mísero villano, con el rostro achatado cubierto por un grosero capuchón.
Era por aquel tiempo el marqués, sin ser derrochador, bastante libertino, pero no con aquel aristocrático libertinaje de los Lauzun y los Frousac, señoriles hasta en sus vicios, caballerescos hasta en la infamia, que sacudían de sí todo lo vulgar y grosero, con la misma elegante pulcritud con que sacudían el polvillo del perfumado tabaco de sus chorreras de encaje.
Y si por acaso te maravilla que siendo yo quien soy me entre con tanta frescura por terrenos tan peligrosos, has de tener en cuenta que, aunque parezco, soy sólo , y así como en otros tiempos subía un fraile sobre una mesa en cualquier plaza pública y predicaba desde allí rudas verdades a los distraídos que no iban al templo, hablándoles, para que bien lo entendieran, su mismo grosero lenguaje, así también armo yo mi tinglado en las páginas de una novela, y desde allí predico a los que de otro modo no habían de escucharme, y les digo en su propia lengua verdades claras y necesarias que no podrían jamás pronunciarse bajo las bóvedas de un templo.
Debía ser la Virgen rodeada de ángeles: una obra del arte grosero y cándido de la Edad Media, algún voto de los tiempos de la conquista, pero unas generaciones picando la piedra para marcar mejor las figuras borradas por los años, y otras blanqueándola con escrúpulos de bárbara curiosidad, habían dejado la losa de tal modo que sólo se distinguía un bulto informe de mujer, la reina , que daba su nombre a la fuente: reina de los moros , como forzosamente han de serlo todas en los cuentos del campo.
Era un egoísta, un grosero, un hombre sin educación.
Lo único que sentía era compasión por sus desgracias, y no era floja la de vivir con aquel bárbaro, un tiote grosero que la trataba muy mal y no la dejaba ni respirar.
En el esconce de la cocina, una mesa de roble denegrida por el uso mostraba extendido un mantel grosero, manchado de vino y grasa.
Más de mil azotes, si yo no he contado mal, te has dado: bastan por agora, que el asno, hablando a lo grosero, sufre la carga, mas no la sobrecarga.
¿No adviertes, angustiado de ti, y malaventurado de mí, que si veen que tú eres un grosero villano, o un mentecato gracioso, pensarán que yo soy algún echacuervos, o algún caballero de mohatra? No, no, Sancho amigo, huye, huye destos inconvinientes, que quien tropieza en hablador y en gracioso, al primer puntapié cae y da en truhán desgraciado.

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