Ejemplos con gravedad

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Van del brazo, por el jardín de asfodelos, envueltos en la niebla dorada del sol, que produce una ilusión evanescente, como si aligerase la gravedad de las cosas materiales.
Este es mi dictamen, meditado con mucha gravedad e ilustrado con el parecer de autorizados teólogos.
Algunos días después vió el vecindario dos carros a la puerta de la abacería, luego vió cargar en uno de ellos las aceiteras, los barriles, los cacharros, las chucherías de la tienda, ¡hasta los estantes y el mostrador!, vió en seguida cómo en el otro carro se colocaron los colchones, las camas desarmadas, la batería de cocina, todo el ajuar de la casa de Simón, cómo se acomodaron en un hueco dejado al efecto sobre los colchones, Juana y su niña, después de haberse restregado la primera los zapatos contra el suelo repetidísimas veces, mirando al mismo tiempo a todas partes, cual si quisiera, con alarde tan necio, dar a entender que hasta el polvo de aquel suelo la ofendía, vió la gente también cómo, después de sacar hasta la escoba, cerró Simón la puerta y se guardó la llave en el bolsillo, y luego ponerse en movimiento los carros, a los cuales seguía Simón, saludando con gravedad a cuantas personas le despedían desde lejos con un movimiento de cabeza, no vió una sola vez asomar la de Juana fuera del toldo bajo el cual iba, y vió, por último, que los dos carros y Simón, que marchaba siempre junto a ellos, después de atravesar la plaza, tomaron el camino de la villa y desaparecieron en él.
¿Se comprende ahora por qué al principio he confesado mi incompetencia para juzgar a Pereda? Porque yo no admiro sólo en él lo que todo el mundo ve y admira: el extraordinario poder con que se asimila lo real y lo transforma, el buen sentido omnipotente y macizo, la maestría del diálogo, por ningún otro alcanzada después de Cervantes, el poder de arrancar tipos humanos de la gran cantera de la realidad, la frase viva, palpitante y densa, la singular energía y precisión en las descripciones, el color y el relieve, los músculos y la sangre, el profundo sentido de las más ocultas armonías de la naturaleza no reveladas al vulgo profano, la gravedad del magisterio moral, la vena cómica, tan nacional y tan inagotable, y, por último, aquel torrente de lengua no aprendida en los libros, sino sorprendida y arrancada de labios de las gentes, lengua verdaderamente patricia y de legítimo solar y cepa castellana, que no es la lengua de segunda o de tercera conquista, la lengua de Toledo o de Sevilla, sino otra de más intacta prosapia todavía, dura unas veces como la indómita espalda de nuestros montes, y otras veces húmeda y , lengua que, educada en graves tristezas, conserva cierta amargura y austeridad aun en las burlas.
Miraba al espacio luminoso con gravedad sacerdotal, mientras hablaba en voz queda al oído de la joven:.
Sabía un poco de todo, y no se le ocultaba la gravedad de su mal.
Gabriel traducía fielmente la explicación del , recalcándola muchas veces con irónica gravedad, mientras los canónigos que escoltaban la caravana de forasteros alejábanse algunos pasos con aire distraído para evitar preguntas.
Su gravedad taciturna, su pensamiento tardo y penetrante, no eran españoles: eran flamencos.
Hermanodijo Gabriel con gravedad, bien sabes que he respetado ese misterio de tu vida con el que me encontré al volver aquí.
En música, mucho hablar de gravedad , de unción , de tradiciones gregorianas , palabras huecas, sin sentido exacto, vaguedades que ocultan la falta de criterio artístico.
Desgracias de mayor gravedad traían preocupado al seminarista.
Toda su altivez, su gravedad moruna, desaparecieron de golpe, y arrodillóse ante el vejete pidiendo que no le abandonase, pues veía en él a su padre.
Al pasar él junto a ellos, callaban, hacían esfuerzos para conservar su gravedad, aunque les brillaba en los ojos la alegre malicia, pero según iba alejándose, estallaban a su espalda insolentes risas, y hasta oyó la voz de un mozalbete que, remedando el grave tono del presidente del tribunal, gritaba:.
Y cual trompeta gloriosa que anunciaba por anticipado el triunfo de , empezaron a sonar los ronquidos de el pequeño, caído de bruces sobre la mesa y próximo a desplomarse del taburete, como si todo el aguardiente que llevaba en el estómago buscase el suelo por ley de gravedad.
, cazador de pájaros con liga, enemigo del trabajo y terror de la contornada, no pudo conservar su gravedad impasible de gran señor ante tan inesperada noticia.
Y tras este saludo, cambiado con toda la gravedad propia de una gente que lleva en sus venas sangre moruna y sólo puede hablar de Dios con gesto solemne, se hacía el silencio si el que pasaba era un desconocido, y si era íntimo, se le encargaba la compra en Valencia de pequeños objetos para la mujer o para la casa.
Discutían con gravedad el precio y la clase de las telas, y tan grande era la simpatía, que si aquel grandullón de enormes barbas osaba decir una palabra un poco alegre, la beatita sonreía con toda su alma, mostrando una dentadura igual y brillante.
Arriba, en los balcones, la curiosidad señalaba con el dedo a los personajes conocidos que se mostraban a la luz de los cirios, y las cabezas erguidas de algunos invitados cruzaban saludos con las señoras, sin perder por esto el gesto de gravedad propio de las circunstancias.
Nelet, con la gravedad de un , muy circunspecto desde que veía en la mesa al tío millonario, sacó de la cocina el plato del día, la obra maestra de Visanteta, un pescado a la bayonesa que arrancó a todos un grito de admiración.
Allá fueron ellas, y al entrar vieron a Nelet el cochero en mangas de camisa, con un cuchillo en la mano, ocupado, con la gravedad de un sacrificador, en abrirle el gañote a un robusto capón que sostenía Visanteta por las patas.
Su primo Rafael había terminado la carrera, abandonando las locuras de estudiante para revestirse de la gravedad del doctor, y cuando ella esperaba de un momento a otro que formulase ante el padre sus pretensiones, una buena alma la hizo saber que aquel calavera ya no limitaba sus infidelidades a serenatas amorosas o pasiones del momento, sino que tenía cierto arreglo en el barrio del Carmen con carácter permanente, y hasta se susurraba si había una criatura de por medio.
En ella se arrellanaba el jurisperito con gravedad de obispo en misa pontifical.
¡Adiós, muchacho! Tengo por ahí un enfermo de suma gravedad, un ranchero, que va que vuela para el otro mundo.
¿Y quién me aseguraba que aquel sosiego no era síntoma de suma gravedad?.
Di , que es más bonito y atenúa un poco la gravedad de la falta.
La madre se alarmaba y fuera el tercer botón Nada, la cara y la mirada del nene siempre adustas, con una gravedad hermosa, que iba siendo terrible El cuarto botón, el quinto, todos los botones salieron de los ojales haciendo gemir la tela.
De la hija de mi mujer replicó con gravedad, echando una mirada de desdén al cuadro de las trenzas.
Sobre esto habló Barbarita a su marido con toda la gravedad discreta que el caso requería.
El Delfín afectaba una gravedad y un seso propios de su talento y reputación, pero acentuaba tanto la postura, que parecía querer olvidar con una conducta sensata las chiquilladas del periodo catarral.
La madre y la esposa se miraron con terror consultándose recíprocamente en silencio sobre la gravedad de aquellos síntomas Es mucho Madrid este.

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