Ejemplos con glorioso

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Cerrando el glorioso desfile, casi a ras de los muebles, estaban los últimos Febrer de principios del siglo XIX, oficiales de la Armada, de cortas patillas, rizos sobre la frente, alto cuello con anclas de oro y negro corbatín, que habían peleado en el cabo de San Vicente y en Trafalgar, y tras ellos el bisabuelo de Jaime, un viejo de ojos duros y boca desdeñosa, que al volver Fernando VII de su cautiverio en Francia se había embarcado para prosternarse a sus pies en Valencia, pidiendo con otros grandes señores que restableciese los usos antiguos y exterminase la naciente plaga del liberalismo.
Aunque su hermana se inclinase hacia otro, el agraciado tendría que vérselas luego con Pere, el bravo glorioso, quitándolo de en medio.
Luego, en otra tienda adquirió un cuchillo para Pepet, el más grande y pesado que encontró, un arma absurda, capaz de hacerle olvidar la de su glorioso abuelo.
Así lo hacía su glorioso abuelo.
Necesario es temer, por ejemplo, que ciudades cuyo nombre fué un glorioso símbolo en América, que tuvieron a Moreno, a Rivadavia, a Sarmiento, que llevaron la iniciativa de una inmortal Revolución, ciudades que hicieron dilatarse por toda la extensión de un continente, como en el armonioso desenvolvimiento de las ondas concéntricas que levanta el golpe de la piedra sobre el agua dormida, la gloria de sus héroes y la palabra de sus tribunos, puedan determinar en Sidón, en Tiro, en Cartago.
Pero no le busquemos ni en la realidad presente de aquel pueblo, ni en la perspectiva de sus evoluciones inmediatas, y renunciemos a ver el tipo de una civilización ejemplar donde sólo existe un boceto tosco y enorme, que aún pasará necesariamente por muchas rectificaciones sucesivas, antes de adquirir la serena y firme actitud con que los pueblos que han alcanzado un perfecto desenvolvimiento de su genio presiden al glorioso coronamiento de su obra, como en que Leconte de Lisle ha descrito con su soberbia majestad, terminando en olímpico sosiego la ascensión poderosa más arriba de la cumbre de la cordillera.
La obra mejor es la que se realiza sin las impaciencias del éxito inmediato, y el más glorioso esfuerzo es el que pone la esperanza más allá del horizonte visible, y la abnegación más pura es la que se niega en lo presente, no ya la compensación del lauro y el honor ruidoso, sino aun la voluptuosidad moral que se solaza en la contemplación de la obra consumada y el término seguro.
Enseñaba retórica y latín en el Instituto de Manresa, y hablaba de ser trasladado algún día a Barcelona, término glorioso de una carrera ilustre.
Ultima representante del glorioso Federico, ella y su sobrina Constanza transmitían a Pedro III los derechos sobre Sicilia, y el grave y tenaz monarca aragonés los reivindicaba años adelante, apoderándose de la isla luego de las famosas Vísperas Sicilianas.
Y fue nuevamente deportado a España, de donde se fugó al poco tiempo, pasando a París y de allí a New York, lugar en que siguió conspirando, conspiración que culminó con aquel desembarco en Cuba de Calixto García, el glorioso General de la frente horadada.
En esta carta dejó Martí mucho de su alma llena del himno glorioso de la naturaleza y de la íntima majestad de lo divino.
Fue entonces como su despertar glorioso.
Deseamos el pasado glorioso, los brillantes siglos de los Reyes Católicos, de don Carlos y de los dos Felipes, y a ellos nos dirigimos cuando hablamos de que España vuelva a sus buenos tiempos.
Hubo beatas que supusieron que el mismo Padre había anunciado con exactitud el día y la hora de su glorioso tránsito, y no pocas acreditaron que había muerto en olor de santidad y que don Acisclo debía tratar de canonizarle, enviando a Roma con este fin un expediente bien claveteado.
Y así como el alma ha de revestirse de cuerpo glorioso, así también resucitan todas las potencias que, para llegar al éxtasis divino, tal vez murieron.
, en sus días de murria, cuando no tenía un real, y se olvidaba de los grandes autores del siglo de Augusto, y renegaba de Villaverde, y no se le daba un ardite la susodicha empresa del glorioso blasón, me decía de sus paisanos:.
Sólo allí, de aquella puerta para adentro, se descubrían las trastadas, sólo ella, fundándose en datos negativos, podía destruir la aureola que el público y la familia ponían al glorioso Delfín.
El más glorioso conquistador no aventajaba en orgullo y satisfacción a Perucho en tales momentos, cuando juzgaba evidente que había salvado a la nené de la degollación segura y puéstola a buen recaudo, donde nadie daría con ella.
Era una la de comerse las obleas, que con su provocativa blancura y encendido rojo le estaban convidando desde un bote de hojalata, y aun cuando sería más glorioso para nuestro héroe vencer el goloso capricho, la sinceridad obliga a declarar que alargó el dedo humedecido en saliva, y fue pescando una, dos, tres, hasta zamparse cuantas encerraba el bote.
Seguía el relato de la mística noche nupcial, de la conversión de Valeriano, del ángel que velaba a Cecilia para guardar su pureza, con el desenlace glorioso y épico del martirio.

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