Ejemplos con festoneado

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Además se observa una gran cavidad o halo con un margen muy bien definido, de forma oval o ligeramente festoneado.
Las dos primeras arquivoltas están decoradas con motivos geométricos, dientes de sierra y festoneado, la tercera con ángeles músicos, la cuarta oficios u ocupaciones de la vida cotidiana, la quinta monstruos cuadrúpedos, la sexta temas historiados alternando con temas vegetales y la séptima escenas de la vida campestre y pastoril.
La utilización combinada de muescas puede dar a variaciones muy concretas como el borde denticulado o festoneado típico del Paleolítico Inferior y Medio, también el borde en sierra propio de los dientes o elementos de una hoz del Neolítico, al enfrentar dos muescas en la base de un útil se puede crear un pedúnculo o lengüeta de enmangue, etc.
El central presenta una identación no muy profunda en el ápice que lo divide a su vez en dos lóbulos, estando todo el borde festoneado y de color púrpura más intenso.
El labelo de forma en lengüeta presenta el borde festoneado con pequeñas identaciones.
El labelo de forma trapezoidal ligeramente festoneado presenta tres pequeñas identaciones.
Inicialmente se hace un afilado del margen gingival, después se crea un contorno marginal festoneado y se realiza un adelgazamiento de la encía insertada.
Su muro es festoneado por siete capillas, cada una de las cuales la forman tres planos, correspondientes a los tramos del ábside exterior.
Las radiografías de la falange distal muestran un pequeño defecto osteolítico festoneado con un borde escleroso.
El arco de entrada, festoneado en sus bordes con intradós cajeado y decorado, está enmarcado por doble alfiz.
Se compone de arco apuntado de cuatro arquivoltas con trasdós conopial festoneado con cardinas y rematado con un cogollo en.
Presenta una artística balaustrada a la que se adosan dos pequeños balconcillos semicirculares y un arco escarzano festoneado.
Esqueleto de muros despedazados, recompuestos y vueltos a despedazar por sucesivas guerras, era el tal castillo, festoneado de hiedras y jaramagos, y conservando en algunas de sus gastadas piedras cruces y escudos de San Jorge de Alfama.
A la mortecina luz del candilejo que alumbraba la anchurosa cuadra de negro techo festoneado de telarañas, apenas se distinguía el rostro del tal sujeto, pero el chico debía de conocerle y temerle, porque al verle pasar cerca, en dirección de una de las puertas, se tiró boca abajo sobre la paja, haciéndose el dormido.
No se confundan, pues, nunca las especies, y téngase siempre a la vista que estarán siendo simultáneo objeto de nuestras observaciones las ricas de las aldeas y las pobres de las ciudades, las mendigas de la capital y las petimetras de los cortijos, las elegantes huríes que bostezan en coche por la y las hechiceras que cimbrean su primoroso talle, vestido de limpia indiana, en un balconcillo de madera festoneado de flores, las terribles alcaldesas de monterilla, más tiesas que D.
Aquel río de morriones, pelucas, sables desnudos, entorchados, pompones y cabezas mil que se movían al compás de la marcha de tanto caballo festoneado y lleno de garambainas, la sucesión de tanto y tanto coche, semejante a canastillas hechas con todos los materiales posibles desde la concha y el marfil hasta el cobre y la madera, el estruendo solemne de la marcha real y todo lo demás que realza estas procesiones tenían tan absorto y embobado al pueblo madrileño, amante de estas cosas como ningún otro pueblo del mundo, que si la Corte hubiera estado pasando y repasando de aquella manera por espacio de tres meses seguidos, no faltarían ni un momento las grandes líneas de gente con la boca abierta a un lado y otro de la carrera.
Sin embargo, nada denunciaba al hombre ni al salvaje, como no ser este silencio festoneado en reflejos amarillos.
Luego como vieran la inutilidad de sus palabras, se decidieron todos a emplear la fuerza, apoderándose de Hassib y llevándole, a pesar de sus gritos terribles, al interior del hammam, donde le despojaron de su ropa, le echaron todos a la vez sobre el cuerpo el agua de veinte o treinta jofainas, le friccionaron, le dieron masaje, le enjabonaron, le secaron y le envolvieron el cuerpo en toallas calientes y le pusieron en la cabeza un pañuelo grande festoneado y bordado.
La tarde estaba hermosa, como tarde primaveral, el camino seco y ya festoneado de margaritas, esa microscópica flor, ornamento profuso de las praderas montañesas, la primera que brota en cuanto el invierno recoge su triste manto de escarchas y el sol aparece secando las pozas y encauzando los regatos vagabundos.
Y así iban, el uno delante de otro, con la cabeza baja, el andar cansino, el cuerpo sudoso, el estómago exhausto y los remos torpes, indiferentes a las bellezas del crepúsculo, al sublime espectáculo que ofrecían las nubes, cubriendo la muerte del sol con un sudario festoneado de oro, al rumor triste con que la tierra se despedía de la luz, al último aleteo de las aves y al primer beso de la noche.
En la noche glacial, sobre el escalón festoneado por la escarcha, dormía el chiquillo con la gorra embutida hasta las narices, las manos ocultas bajo las solapas de su desgarrada chaqueta y una de las piernas doblándose hacia la cruz de los pantalones para encubrir el pie desnudo.

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