Ejemplos con feraz

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Evocando a Virgilio, los escritores románticos y neoclásicos de los siglos siglo XVIII y XIX utilizaron la palabra Tempe, de forma retórica, como sinónimo de lugar bucólico, feraz y ameno.
Este antaño gran territorio de huerta feraz ha sido fagocitado por la expansión urbanística de la conurbación de Valencia, tal que en la actualidad muchos kilómetros de las acequias discurren bajo casas y avenidas y gran extensión de terrenos de huerta han sido ocupados por viviendas.
Bajo un sol que mirífico brilla en los flancos del ande feraz, te dilatas Feliz GUAITARILLA, arrullada por himnos de paz.
Las piezas de conchas son ligeramente ácidas, y frenan el crecimiento feraz de vegetación común.
En la tierra que había entre ellas, ardiente y feraz, crecían innumerables especies de flores silvestres de formas caprichosas, de aroma penetrante.
Años después, cuando desalojados de Candía regresaban a sus costas de origen, los aventureros valencianos creaban una población en un valle feraz, dándole el nombre de la isla lejana, que se transformaba en Gandía.
Y Batiste sentíase poseído de un dulce éxtasis al verse cultivador en la huerta feraz que tantas veces había envidiado cuando pasaba por la carretera de Valencia a Sagunto.
Menos de dos días duró el plácido viaje, pues habiendo salido de Salvatierra un sábado antes de mediodía, pasaban la sierra de Toloño al amanecer del lunes, y entraban en la feraz campiña de Paganos a punto de las ocho.
Y no pudiendo con todo el trabajo, dejaba improductiva y en barbecho la mitad de su tierra feraz, pretendiendo con el cultivo de la otra mantener a la familia y pagar al amo.
La Fuente-Castellana, con su dilatado horizonte de lontananzas espléndidas, con su diáfano, vastísimo cielo, con sus fantásticas perspectivas, en que se destacan a lo lejos las torres y las cúpulas de Madrid, con sus áridas cercanías donde proyectan largas sombras los endebles y desarropados árboles heridos por los rayos horizontales del sol poniente, no es un paraiso que digamos para los que nacimos en la feraz Andalucía, pero tiene—y esto nadie podrá negarlo—no sé qué belleza propia de las llanuras, no sé qué majestad, no sé qué embeleso, no sé qué melancolía peculiar del Desierto y del Océano, de las soledades del frío y de las soledades del calor, del Polo y del Africa, que me agrada soberanamente.
El valle ascendía en suave pendiente, extendiendo ante los Pazos toda la lozanía de su ladera más feraz.
La tierra es allí tan generosa y feraz, que no puede imaginarse el sinnúmero de flores y la masa de verdura que ciñen las márgenes de los arroyos, esparciendo grato y campestre aroma.
El atolondrado rapaz, lanzado a las filas de un ejército sin tener conocimiento alguno del mundo, con mucha imaginación, arrebatado temperamento y ningún criterio, igualmente fascinado por las ideas buenas y las malas con tal que fueran nuevas, pues todas echaban súbita raíz en su feraz cerebro, acogía con júbilo las lecciones del astuto amigo, y su lenguaje, su nervioso entusiasmo, sus planes entre abominables e inocentes, todo anunciaba que don Diego se disponía a cometer en el mundo mil disparates.
Entended, pues, espartanos, que ni encierra tanto oro en todas sus minas el globo entero de la tierra, ni cuenta entre todas sus regiones alguna ni tan bella, ni tan feraz, ni tan preciosa, a trueque de cuyo tesoro y de cuya provincia quisiéramos los atenienses pasarnos al medo con la infame esclavitud de la Grecia, que muy muchos son y muy poderosos los motivos que nos lo impidieran, aun cuando a ello nos sintiéramos tentados.
que abriga la feraz Sierra Morena!.
Te conozco desde que el viejo Túbal me trajo a la feraz Hesperia.
Aburridísimo estaba el buen Tarfe en la soledad de Chiva, villa triste habitada por carlistas, campo feraz de robusta vegetación media en que se dan la mano la manchega y la valenciana.
Santiago por el camino real que, bordeando la derecha margen del Ebro, enlaza la metrópoli de Aragón con la Ribera de Navarra y con la feraz Rioja.
Con pretextos más o menos ingeniosos, allá iba el criado casi todas las mañanas llevando al anticuario, para que lo probase y diera su opinión, bien la cesta de patatas nuevas, bien la ristra de cebollas, el montón de judías o la media docena de frescas lechugas, todo de nuestra feraz huerta.
El sitio era en verdad hermosísimo, y desde él se descubría en gran extensión la feraz vega por donde serpea el río Perales, huertas bien cultivadas, y preciosos viñedos.
Y por más que sea feraz la tierra que cultivan allí los Evesparitas, la cual cuando acierta la cosecha llega a rendir ciento por uno, no iguala con todo a la comarca de Cinipe, que puede dar trescientos por uno.
» Y de esto mismo con otros versos habla Homero en la Odisea: —«Tales, tan útiles y tan salubres medicinas poseyó la hija de Júpiter, las que le fueron dadas por la reina egipcia Potidamna, esposa de Ton, de allí donde el suelo feraz las brota en gran copia: al beberlas, unas dan la salud, y otras la muerte.
Pero en los frutos de Céres es tan abundante y feraz, que da siempre doscientos por uno, y en las cosechas extraordinarias suele llegar a trescientos.
Marchó Creso contra la Capadocia deseoso de añadir a sus dominios aquel feraz terreno, y más todavía de vengarse de Ciro, confiado en las promesas del oráculo.
Hacía mucho calor, y la deslumbradora llama del astro-sultán, si no abismaba todavía a la Naturaleza en los letargos febriles del estío alpujarreño, iluminaba tan enérgicamente casas, huertas, arenales y montes, que una vez más creímos encontrarnos, no en el Reino de Granada, sino en el Bajalato de Tafilete, en el Valle de la Orotava o en la feraz Isla de Cuba.
Entre norte y ocaso se divisaba un trozo de la cercana ribera del Sil lleno de árboles y verdura, más allá del cual se extendía el gran llano del Bierzo poblado entonces de monte y dehesas, y terminado por las montañas que forman aquel hermoso y feraz anfiteatro.
Sólo me estorba mucho la vegetación feraz y compacta, que me impide reconocer bien el terreno.
No es en el florecimiento de la Primavera, no es en el árbol más fecundo, no es en el huerto más feraz donde recordamos el perdido Paraíso: donde más nos maravillamos, bendiciéndolas, de la potencia del Altísimo y de su bondad infinita, es en aquel árbol que sirve como de solio al mismo Dios:.
Entre las jaras, tarajes, lentiscos y durillos, en la espesura de la fragosa sierra, á la sombra de los altos pinos y copudos alcornoques, discurren valerosos jabalíes y ligeros corzos y venados, por toda la feraz campiña abundan la liebre, el conejo, la perdiz y hasta el sisón corpulento, y toda clase de palomas, desde la torcaz hasta la zurita.
El residuo de los alimentos que ofrecía este suelo feraz a sus moradores, pasaba a alimentar las islas vecinas, y bajo las más sabias condiciones salían nuestros buques cargados de ganados, frutos y granos, para traer en retorno, instrumentos y brazos con que fomentar nuestra agricultura.

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