Ejemplos con felicidades

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Libro: Felicidades, humano, si has descifrado este código eres más inteligente que muchos de los de tu especie.
Sus obras más conocidas son: Felicidades, Por Tu Gracia Angelical, Al Pensar Que Me Querías , Ensueño De Claro Lunar, ,Mi Rosal De Amor, Paraguaya Rohayhu, Curubica De Amor, Lucero De Mi Camino, Por Tu Amor Mi Palomita, La Morena Karape, Dulce Melodía, Mañanitas Paraguayas, Soy Paraguaya, Entre Otras.
Felicidades, bien de mi vida, que tu destino te brinde siempre felicidades , cuando escuchamos esta conocida composición compuesta para brindar por alguien que esta de cumpleaños, deberíamos recordar siempre al autor y compositor de dicha canción, una de las más conocidas , difundidas y vigentes del repertorio musical nativo.
Don Cirilo R Zayas , hombre de letras y músico, al componer Felicidades ha dotado a nuestra música folclórico de una canción que describe el sentimiento de profundo cariño y respeto por quien esta de aniversario, haciéndole llegar un mensaje de buenos augurios subido al ritmo de una alegre polca canción paraguaya.
Ne porá che Paraguay, Bienvenido hermano extranjero, Mi retorno, Qué lindo está mi pueblo, Felicidades mi gran amigo, Señor turista, Paraguay tierra de amor, entre otras muchas composiciones de su autoría, tienen el sello de su pluma y su guitarra, pues rinden homenaje a la patria y a los amigos.
¡Lo que una mujer es capaz de descubrir! Sí, algo tenía del otro la frente pesada, los cabellos lacios, la nariz picuda y la barba saliente, que, andando los años, se inclinarían buscándose, para darle cierto perfil de bruja ¡Excelente y glorioso Ricardo! ¡Por dónde había venido a proporcionarle una de las mayores felicidades de su vida! ¡Qué hembra tan original aquélla!.
Le deseaba muchas felicidades en su nueva existencia.
Le daba la enhorabuena y lo mismo a su mamá y le deseaba toda suerte de felicidades.
¿No los expulsaría, indignado? Pues esto deseaba él para los enemigos de la vida, para los que maldecían como pecados las más gratas dulzuras de la existencia, para los que adoraban la castidad antipática de la virgen sobre la soberana fecundidad de la madre, y ensalzaban la pereza contemplativa, considerando el trabajo como un castigo, y hacían la apología de la vagancia y la miseria convirtiéndolas en el estado perfecto, y tenían el hambre como signo de santidad y apartaban a las gentes de las felicidades positivas de la tierra, haciéndolas dirigir las miradas a un cielo mentido, y anatematizaban el amor carnal como obra del demonio.
¡Ah, mísero Luzbel, ridículo pazguato que ofrecía con torpe malicia las cortas felicidades de la tierra a cambio de una eternidad de tan horrible fuego! La respuesta no era dudosa.
-No tanto, amiga mía, no tanto -dijo gravemente el manchego extendiendo su mano como para poner un dique al torrente de felicidades anunciado por la camarista-.
Venía de oír misa de San Juan, su querida parroquia, y cumpliendo la obligación de todos los años, quería saludar a Manuela y a las niñas, y desearles mil felicidades en el día del santo.
¿Qué interés podía guiarme? Te amé y te di mi corazón, me amaste, y al oír de tus labios que me amabas se disiparon las tinieblas de mi vida, se iluminó mi alma con los esplendores de la tuya, y anhelé ser bueno porque tú eras buena, quiso tener resignación como tú, y la tuve, y el que poco antes deseaba morir, amó la vida, y soñó con dichas y felicidades, no esas que tú supones, sino otras verdaderas, humildes un hogar modesto y tranquilo, ni envidiado ni envidioso, del cual tú fueras alegría.
Los recién llegados, después de saludar a la mamá, deseándola felicidades y ensartando los lugares comunes propios del caso, sentáronse cerca de las dos niñas, que se mostraban complacidas y ruborosas.
—¡Ay! ¡guardo allá en el alma tales memorias de no sé qué felicidades perdidas!.
Anímese, señora, para que haga un regalo a su sobrina, el día de mañana, que así sea el de todas las felicidades.
—Tu presencia en este pueblo sólo puede dar lugar a desventuras para todos, y de manera alguna a felicidades para tí ni para ella.
Concluida esta filípica, me abrazó deseándome mil felicidades, y haciéndome jurar que le enteraría puntualmente de la situación de Inés.
Todos nos ruegan que les contemos algo de las felicidades pasadas para edificación de la edad presente, y sin hacerse de rogar cuenta D.
¿Qué estado puede igualarse por su dignidad y nobleza al estado de la esposa, de cuya solicitud penden tantas felicidades, la vida de tantos seres?.
Esta es la mayor de las felicidades.
Daré, sin embargo, la mitad a mi prima y a mi tía, y si me acusan de no haberlo mostrado antes, les diré que a no haberlo conservado me sería hoy imposible labrar las felicidades que pienso labrar, y dar a mi vida y a la vida de otros la expresión que necesitan.
Su vida había sido un tejido de felicidades, cuya brillantez empañaba solamente con negra sombra de dolor la temprana muerte de la señora reina, persona muy cabal y hermosa, a quien Su Majestad había querido con todo su corazón.
Ni ruegos ni dones la ablandaron, y con la espuela de la dificultad, Floraldo se exaltó, disparatado y loco, y llegó al extremo de poner a disposición de la bohemia, cual si arrojase un cequí sobre la alfombra que zarandeaban sus pies, fortuna, nombre, cuanto ofrecer puede un sediento de felicidades que la fantasía agiganta, a la mujer que se ha hecho dueña de sus potencias y sentidos.
»¿Y son éstos, son éstos los que esperan mi aprobación para cantar con aullido disonante las felicidades de la nación española en la jura de su querido príncipe? Tan grande asunto, digno de mi cítara, digno de que todo el coro de las Musas le celebre, ¿habrá de caer en manos de esa turba infeliz? No, no lo pretendan, y si es la lealtad y el amor quien los estimula a hacerlo, unan sus votos a los de toda la monarquía.
Y todo lo tuvo, porque el oro proporciona a manos llenas sonidos, sabores, aromas, formas y matices divinos, de los que hermosean artificialmente el cuadro de la creación, y le envidiaron los que no podían comprar esas felicidades, no porque Edgard las ostentase con alarde de mal gusto, sino porque justamente, al esconderlas con celoso cuidado, las hacía suponer infinitas, misteriosas y distintas de la Tierra.
Recuerdos de lo pasado y horizontes de lo venidero, ritornelos de felicidades que hacían llorar y esperanzas de bienes que hacían sufrir, perspectivas y lontananzas azules y diamantinas, o envueltas en brumas tenebrosas, se aparecían al dueño de la cabeza destornillada, quemándole la sangre y sometiéndole a una serie de emociones y sobresaltos que no le dejaban vivir, porque le traían fatigado y caviloso entre las reminiscencias del ayer y las probabilidades inciertas del mañana.
La señora, a la que habia servido tantas veces, besábale las manos con devoción y le llamaba don Vicente, deseándole muchas felicidades después de sus misticas bodas con la Iglesia.
y de felicidades que nunca han sido mías,.

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