Ejemplos con fea
Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.
Vivía con él su sobrina Mariquita, una fea, de facciones hombrunas y frescas carnes, venida de las montañas para cuidar al tío, de cuya riqueza y poder en la Primada se hacían lenguas en la aldea parientes y amigos.
¡Que le oyesen don Antolín y su sobrina! ¿Y qué? En las Claverías ya estaban hartos de las rapacidades de aquel tío y los aires de gran señora que se daba la fea.
Don Antolín le consultaba antes de tomar una disposición, y la fea de su sobrina sonreía a Gabriel como podrían sonreír a un héroe triunfador las hijas de los vencidos ofreciéndose.
¡Un hombre como tú descendiendo hasta mí, fea y enferma para siempre! No, no me hables del otro.
Siempre tan compuesta la tía fea.
Pero cuando con las dos estrellas en la manga se va a un regimiento, lo primero que sale a recibirles en la puerta del cuartel, casi antes que el saludo del centinela, es la realidad fea y antipática.
Y rápidamente se vió otra vez con todos sus muebles sobre el carro, errante por los caminos, en busca de lo desconocido, para crearse otra existencia, llevando como tétrica escolta la fea hambre, que iría pisándole los talones.
¡Y era fea, doña Manuela, muy fea! Huesos y pellejo nada más, pero con unos ojos de desvergonzada, que es sin duda lo que les gusta a los hombres.
¿Fea? ¡Nada de eso! ¿Quién ha dicho que es usted fea? No lo digo yo, ni lo dice nadie, y menos Ricardo Tejeda.
Acudió a él su amante esposa, muy asustada de verle así y de oír los ayes lastimeros que de sus labios se escapaban, junto con una expresión fea que se perdona fácilmente a los hombres que padecen.
Y siguió relatando con rapidez aquella página fea, deseando concluirla pronto.
No hay cosa más fea que ver el suelo lleno de colillas de cigarro.