Ejemplos con exuberancia

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

¿Pero cómo saber cuando la exuberancia irracional ha escalado excesivamente los activos productivos, que entonces se convierten en el sujeto de contracciones inesperadas y prolongadas como ha pasado en japón en la última década?.
Tabasco recibe el mote de el Edén de México, por la exuberancia de su flora, la variedad de su fauna y su cantidad de bellezas naturales, aunque la sobreexplotación de los recursos y los vertidos de petróleo amenazan con acabar esta fama.
La potencia de los poemas de Ginsberg, sus largos versos y su exuberancia del Nuevo Mundo reflejaban la continuidad de la inspiración que reclamaba.
La vegetación es de bosque tropical con la mayor exuberancia en la sierra y más escaso en la llanura costera donde predomina el bosque tropical espinoso.
Éste se configura, por tanto, como una galería de pasadizos cubiertos y cerrados, que se diferencia, deliberadamente, del resto del edificio, donde predomina la exuberancia de formas.
Tanto por sus dimensiones monumentales, como por la exuberancia arquitectónica, es uno de los elementos más singulares de la capital del Anoia.
Las crónicas de aquel tiempo narran que Alfonso I para satisfacer su exuberancia contrató a una concubina Laura Dianti, hija de un fabricante de sombreros de Ferrara, con la que se casó poco tiempo antes de morir y a la cual donó la residencia de la Delizia del Verginese asignando a su hijo Alfonso el territorio de Montecchio, elevado a marquesado por el emperador Fernando III.
Entre bosques y yacimientos de mármol, el río asciende hasta alcanzar la Huasteca en San Luis Potosí: allí, en la zona denominada Las Pozas, en Xilitla, la obra del artista inglés Edward James complementa la belleza y exuberancia propias del lugar.
Su exuberancia bordea frecuentemente en la niñez, pero es indudablemente creativa.
Por esa virtud y exuberancia física que los caracterizaban y porque las estádísticas lo afirman.
Es una alternativa al estilo andrógino y rectilíneo de Giorgio Armani y también a la exuberancia más atrevida de Karl Lagerfeld, John Galliano, Jean-Paul Gaultier y otros diseñadores más rompedores.
gomeros y higueras, Epífitas, numerosas orquídeas, diversas bromelias, Tillandsia, begonias y diversas plantas arbustivas que dan una sensación de exuberancia.
Además, durante los cuatro meses escasos que fue ministro, en una época en que la indisciplina -secuela de tres guerras civiles- florecía en España con su característica exuberancia, en tan breve lapso, consiguió Pedregal entregar a Guerra Y Marina quinientos millones imprescindibles para hacer frente a la rebelión de Cuba, y a la vez logró normalizar la administración pública sin contraer nuevas deudas para el Estado, y aún tuvo tiempo de preparar una redical reforma del Ministerio de Hacienda, que pensaba dividir en dos Direcciones generales: una de gastos y otra de ingresos.
Sus primeros pasos vacilantes se dirigen al estudio de Emilio Sala, cuya precisión en el dibujo y exuberancia en el color influirán en sus primeras composiciones.
La exuberancia sensual de la mujer, la flora y la fauna combinadas con premoniciones de muerte.
Exuberancia irracional es una frase usada por el antiguo presidente de la Reserva Federal de EE.
Cuenta con la exuberancia de la selva amazónica y toda su biodiversidad de flora y fauna.
Su exuberancia ornamental es de estilo barroco salomónico y estípite.
Al lado de la gran escalera que sube al tercer nivel se encuentra un busto de Dionisio, dios del vino y la exuberancia.
La basílica fue construida bajo los parámetros del estilo neorrománico, una reinterpretación del estilo románico, llevado a cabo en el templo de forma sobria y sencilla, careciendo de la exuberancia de las grandes catedrales.
¡El mar! Pensaba, sin saber por qué, en los más remotos ascendientes de la humanidad, en los primeros hombres, miserables, apenas salidos del animalismo original, martirizados y repelidos de todas partes por una Naturaleza hostil en su exuberancia, como el cuerpo joven y vigoroso anula o aleja los parásitos que se empeñan en vivir a costa de su organismo.
La isla, sedienta y empolvada durante gran parte del año, parecía repeler por todos sus poros esta exuberancia de lluvia invernal, como un enfermo repele el medicamento enérgico y tardío de difícil asimilación.
Valls no tenía más que una heredera, y además estaba enfermo: la exuberancia prolífica de su raza se había desmentido en él.
Por manera espontánea, se producía con exuberancia y énfasis.
Apolonio se hubiera despeñado en la negra desesperación, a no estorbárselo, de una parte, la compañía habitual del señor Novillo, con que se distraía de los sombríos pensamientos y se le deparaba coyuntura de explayar la exuberancia del lastimado pecho, y de otra parte, más principalmente, el amor a la duquesa de Somavia, un amor cada día más exaltado, más puro, más imposible, más delicioso y novelesco.
Y con su exuberancia meridional, la abrazó y la levantó, apartando de su frente los bucles de la cabellera, que se había deshecho, acariciándola como a una niña enferma, bebiendo sus lágrimas con besos interminables.
Un vestido estrecho como una funda moldeaba la exuberancia de su formas.
En este paraíso oceánico, de aguas nutritivas y luminosas cargadas de bacterias y alimentos microscópicos, se desarrollaba la vida con exuberancia.
Doña Manolita había ya visto el cuadro otras varias veces, pero nunca le hizo más honda impresión que en aquel momento, cuando se unieron la lozanía de la mocedad, la exuberancia de la vida y la hermosura briosa de doña Luz con tal fiel trasunto del dolor y de la muerte.
Viéndoles juntos, se observaba extraordinario parecido entre el señor de la Lage y su sobrino carnal: la misma estatura prócer, las mismas proporciones amplias, la misma abundancia de hueso y fibra, la misma barba fuerte y copiosa, pero lo que en el sobrino era armonía de complexión titánica, fortalecida por el aire libre y los ejercicios corporales, en el tío era exuberancia y plétora, condenado a una vida sedentaria, se advertía que le sobraba sangre y carne, de la cual no sabía qué hacer, sin ser lo que se llama obeso, su humanidad se desbordaba por todos lados, cada pie suyo parecía una lancha, cada mano un mazo de carpintero.

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