Ejemplos con extraordinariamente

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Aparte del pulido y abrillantado de joyas el electropulido resulta muy eficaz en el acero inoxidable debido a la composición química del acero inoxidable, logrando unas superficies extraordinariamente finas y brillantes y más endurecidas, aptas para la fabricación de material sanitario por ausencia total de ralladuras que impiden la acumulación de sustancias nocivas en las mismas.
Ocupando esta sede episcopal, visita todos los pueblos de la islas, reforma el Seminario Diocesano, del cual nombra rector a Antonio María de Lugo, acusado de jansenista, erige su biblioteca, y se preocupa extraordinariamente, de la formación del clero.
Luego de retirarse de la práctica de la medicina y vivir a expensas de la familia por un tiempo extraordinariamente largo, el doctor se traslada a dos casas de distancia con Meme, la empleada indígena que vivía con la familia en ese entonces.
Hombre activísimo, resuelto, emprendedor hasta la temeridad, de trato extraordinariamente encantador y ameno, dejaba entrever en ocasiones la sombra de una suave y profunda melancolía, que no es difícil observar en el fondo de sus composiciones poéticas.
Un simple repaso de los resultados electorales pone de relieve que los albiñanistas crecieron extraordinariamente a lo largo de su segunda legislatura en muchísimos pueblos de la provincia de Burgos.
El universo de alto copete y refinado en el cual evolucionaba Manet, propio del París del siglo XIX está extraordinariamente reflejado en este cuadro, que pinta un concierto dado en el jardín de las Tullerías.
He ahí por qué me interesa extraordinariamente la orientación moral de vuestro espíritu.
En las dársenas, los vapores se mostraban extraordinariamente agrandados.
La luz se había mermado extraordinariamente.
Los tres amigos parecían extraordinariamente contentos, con una alegría nerviosa que les hacía empujarse y reír.
La buena educación, las leyes rígidas del decoro, las que se designan con el nombre o frase francesa de , no consienten que un galán se jacte de sus pasadas conquistas ante la mujer honrada a quien pretende o a quien ya enamora y posee, pero estas conquistas, no reveladas por él y sabidas por ella, contribuyen extraordinariamente a que el amor de ella suba de punto.
Y al decirlo, se conmovió extraordinariamente, velándosele la voz.
Plácido, acercándose a contemplarla, se asustó extraordinariamente.
El lenguaje de Segunda no desmerecía del de su hermano por la finura ni por lo escogido de las voces, lo que desagradaba extraordinariamente a Ido.
¿Y aquello qué era sino celos? Pues cuando ella tuviera un chico, no permitiría a nadie ni siquiera mirarle Recorrió el espacio desde la calle de las Hileras a la de Pontejos, extraordinariamente excitada, sin ver a nadie.
Viendo que nada conseguía, se puso serio, tan extraordinariamente serio que parecía un hombre.
Y aquí paz Vino después un viejo que le daba mucho dinero y la llevó a París donde se engalanó y afinó extraordinariamente su gusto para vestirse.
Le amargaba extraordinariamente la boca, y su voz ahilada salía de la garganta con interrupciones y síncopas como la de un asmático.
Los lazos de afecto que unían a Fortunata con Mauricia eran muy extraños, porque a la primera le inspiraba terror su amiga cuando estaba en el , enojábanla sus audacias, y sin embargo, algún poder diabólico debía de tener la Dura para conquistar corazones, pues la otra simpatizaba con ella más que con las demás y gustaba extraordinariamente de su conversación íntima.
Y al decirlo, sus miradas chocaron con las de Sor Facunda, que se acercaba con semblante extraordinariamente afligido.
Fortunata tenía la boca extraordinariamente amarga, cual si estuviera mascando palitos de quina.
Esto se dijo Pedernero, cuyo amor propio de teólogo contrabandista se picó extraordinariamente.
Las fórmulas de cariño que con su tía y su mujer usaba eran extraordinariamente suaves y hasta empalagosas, se afligía cuando causaba alguna molestia, y agradeciendo mucho los cuidados que se le prodigaban, los rehuía como pudiera.
Se sentía muy mal, y las palabras de la Delfina le excitaban extraordinariamente.
A todo decía que sí, y mientras comían, notó que el enfermo se animaba extraordinariamente, llegando hasta mostrarse alegre, locuaz y poniendo un singular calor en sus proyectos de apostolado.
¿Quién sería? Miraron los tres, y apareció José Izquierdo, quien al ver a doña Guillermina, se sobresaltó extraordinariamente y miró para abajo, como si se quisiera tirar de cabeza.
Repetimos que nuestro rapaz de trece años no se habia dado cuenta de casi ninguna de estas emociones: no hacía más que mirar estúpidamente a aquella encantadora niña, cuyos negros y expresivos ojos, rizados cabellos castaños, preciosísima boca, rosada tez y garboso talle prometian al mundo una mujer extraordinariamente bella.
Segun acababa de advertir al imberbe amante su disculpable presuncion, aquella hermosura que tan famoso lo hiciera de niño, habíase aumentado extraordinariamente en la crísis de la pubertad.
Semejante devocion, muy en consonancia con los principios religiosos que le inculcara el difunto caballero, habia ido mucho más allá de lo natural y de lo humano, áun tratándose de personas extraordinariamente místicas.
Quisiera yo, señor duque respondió don Quijote, que estuviera aquí presente aquel bendito religioso que a la mesa el otro día mostró tener tan mal talante y tan mala ojeriza contra los caballeros andantes, para que viera por vista de ojos si los tales caballeros son necesarios en el mundo: tocara, por lo menos, con la mano que los extraordinariamente afligidos y desconsolados, en casos grandes y en desdichas inormes no van a buscar su remedio a las casas de los letrados, ni a la de los sacristanes de las aldeas, ni al caballero que nunca ha acertado a salir de los términos de su lugar, ni al perezoso cortesano que antes busca nuevas para referirlas y contarlas, que procura hacer obras y hazañas para que otros las cuenten y las escriban, el remedio de las cuitas, el socorro de las necesidades, el amparo de las doncellas, el consuelo de las viudas, en ninguna suerte de personas se halla mejor que en los caballeros andantes, y de serlo yo doy infinitas gracias al cielo, y doy por muy bien empleado cualquier desmán y trabajo que en este tan honroso ejercicio pueda sucederme.

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