Ejemplos con exterior

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Porque Pereda, el más montañés de todos los montañeses, identificado con la tierra natal, de la cual no se aparta un punto y de cuyo contacto recibe fuerzas, como el Anteo de la fábula, apacentando sin cesar sus ojos con el espectáculo de esta naturaleza dulcemente melancólica, y descubriendo sagazmente cuanto queda de poético en nuestras costumbres rústicas, ha traído a sus libros la Montaña entera, no ya con su aspecto exterior, sino con algo más profundo e íntimo, que no se ve, y, sin embargo, penetra el alma, con eso que el autor y sus paisanos llamamos , encanto misterioso, producidor de eterna en los numerosos hijos de este pueblo cosmopolita, separados de su patria por largo camino de montes y de mares.
Angustias, ésa sí que existía, como que la había concebido y creado él, era la hija de su alma y de sus entrañas: ¿no había de existir? Existía y estaba, por libérrima y unánime voluntad, suya y de su padre, recoleta en las Carmelitas, adonde la habían conducido el desprecio del mundo exterior y aparente, en el cual ella tampoco creía, y el ansia de una absoluta y perfecta serenidad.
Ahuyentaría o ignoraría los espectros recónditos, que, de vez en cuando, se entrometen a perturbar el buen concierto de las potencias del alma y anublar la cálida luz del corazón, esos espectros que, aunque ofuscaciones de la imaginación, se proyectan sobre el mundo exterior en forma de figuras odiosas y agresivas, como si de veras existiesen en carne y hueso, y son sólo alucinaciones.
Belarmino, entonces, resolvió poner en orden de paz y hermosura su mundo interior, y, por lo tanto, el mundo exterior, que no es sino eco o imagen sensible del otro.
Las órdenes religiosas conservan la clausura, ese fuero interno de paz egoísta, muro defensivo, inexpugnable fortaleza, gozaron un tiempo el sagrado derecho de asilo, que era como el foso exterior de la clausura, universalmente respetado, y no se resignan a reconocer que lo han perdido, que ya no son inviolables cuantos se acogen a su protección y amparo.
Cada vez que le sacudían de sus divagaciones y le sacaban del ensimismamiento oratorio, exigiéndole atención hacia el mundo exterior, se le hacía más violencia que si le metiesen las manos en los bolsillos y se los dejasen vacíos y vueltos del revés.
Venido al mundo en la mala época, cuando flaquea la fe y la Iglesia no puede imponerse por la violencia, el buen don Antolín había quedado obscurecido en la baja administración de la catedral, ayudando al canónigo Obrero en la partición y señalamiento de las pesetas que el Estado daba a la Primada, dedicando una larga meditación a cada puñado de céntimos, y esforzándose por que la santa casa, como las familias arruinadas, conservase su buen exterior, sin revelar la miseria.
Era el caparazón de piedra de un animal en otros tiempos poderoso y fuerte, pero que había muerto hacía más de un siglo, deshaciéndose su cuerpo, evaporándose su alma, sin dejar otro vestigio que aquella envoltura exterior, semejante a las conchas que encuentran los geólogos en los yacimientos prehistóricos, y que por su estructura dejan adivinar las partes blandas del ser extinguido.
En el exterior del templo, la capilla de los Luna alzaba sus torreones almenados, formando una fortaleza aislada dentro de la catedral.
En el exterior, los contrafuertes y botareles, así como los arbotantes que como puentes se extienden entre ellos, son de piedra berroqueña durísima, formando un caparazón dorado, obscurecido por los siglos, que protege y sustenta las aéreas delicadezas del interior.
El , siguiendo el coro por su parte exterior, condujo a Gabriel al testero, enfrente de la puerta del Perdón.
Avanzaron algunos pasos hacia la puerta grande de la catedral, para abarcar mejor con la vista todo el testero exterior del coro.
Al templo se iba a orar un poco a Dios y a divertirse, olvidando las guerras, violencias y tropelías del exterior.
Del que aún alcanzamos nosotros, sólo quedan los famosos tapices que se colocan en el exterior de la catedral.
Las expulsiones de judíos y moriscos por la intolerancia religiosa, la Inquisición con el miedo que inspiraba, las continuas guerras en el exterior, la emigración a América con la esperanza de enriquecerse sin trabajo, el hambre, la falta de higiene, el abandono de los campos, habían realizado esta rápida despoblación.
La transformación ha sido más exterior que interna.
Pero él lo consideraba de distinto modo: dentro del carro eucarístico representaría la duda y la negación ocultas en el interior de un culto esplendoroso por su pompa exterior, pero vacío de fe y de ideales.
¡Atención! ¡Marchen!dijo Gabriel, obedeciendo a una señal exterior.
Los gobiernos no quieren ejército: saben que es inútil para la defensa exterior de la nación, pues la fortuna nacional no permite su mantenimiento, y les basta con una organización embrionaria, que vive en pleno desorden, agitada por incesantes y contradictorias reformas, copiando los adelantos extranjeros, como una muchacha pobre imita las galas de la gran señora.
La cubierta de paja de la barraca apareció de pronto enderezada, las costillas de la techumbre, carcomidas por las lluvias, fueron reforzadas unas y sustituídas otras, una capa de paja nueva cubrió los dos planos pendientes del exterior.
Su exterior grave delataba al niño que, acostumbrado a luchar con la miseria, es un hombre a la edad en que otros juegan.
Iba al despacho del poderoso Morte, a aquella Meca de la fortuna, y sentía una inmensa extrañeza al ver que la gente no mostraba la menor impresión, que el cielo estaba azul, que todo se hallaba como siempre y no surgía la más leve señal exterior para hacer saber al mundo que el gran genio se había equivocado por primera vez aconsejando la baja.
La industria de la seda iba arruinándose con la competencia que la hacían los franceses, uno tras otro se cerraban los talleres montados a la antigua que durante un siglo habían sostenido la supremacía industrial de Valencia, y don Manuel, que a pesar de su buen sentido comercial tenía empeño en mantener testarudamente la lucha con el exterior, sufrió grandes pérdidas y murió de un berrinche antes que la ruina viniese a coronar su desesperada resistencia.
Sentíase impregnado del indefinible perfume de la joven, y andaba con timidez, como si se hubiese adherido a su exterior algo precioso y frágil que podía desprenderse al acelerar su marcha.
Un día se fijó en que Manolita tenía unas hermosas mejillas de melocotón con ligera película, más fina que el terciopelo de a cuatro duros vara, otro, hizo la observación de que sus ojos eran ardientes ascuas , imagen del dominio común de todos los novelistas por él conocidos, una noche hasta llegó a pensar, revolviéndose en su menguada cama de dependiente, que la hija de don Manuel estaría admirablemente formada, a juzgar por su exterior escultural otra frase cien veces leída, y el resultado de estas y otras observaciones fue confesarse a sí mismo que era esclavo de Manolita y la amaría hasta la muerte.
Él era informal, ligero, casquivano, tenía novias en los cuatro distritos de la ciudad, salía de noche para dar serenatas amorosas, y ella, bajo su exterior abobado de muchacha tímida y devota, ocultaba un carácter varonil, un genio insufrible, el mismo estallido de nerviosidad iracunda y atronadora que se manifestaba en el cuando le salía mal un negocio o un deudor se negaba a pagarle.
Doña Manuela detúvose al llegar frente a la tienda y abarcó su exterior con una ojeada.

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