Ejemplos con expiación

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La Divina Misericordia es una devoción cristiana enfocada en la misericordia de Dios y su poder, particularmente como una acción de gracias propia por la expiación.
De la expiación de los santos, surge así un tesoro de méritos, que aprovecha a todos y que puede ser administrado por la Iglesia bajo ciertas condiciones, por ejemplo como penitencia general.
Cubierto por un paño de color rojo-púrpura, sólo podía entrar en él el Sumo Sacerdote una vez al año durante el aniversario Yom Kippur, para ofrecer incienso en el ritual de la expiación y decir el Tetragramma sagrado, cuya voz, tiene que ir interpolando cuatro consonantes, y sólo eran conocidos por el Sumo Sacerdote, o por su siguiente sucesor.
Por último, se detalla el encuentro que tuvo con Sherem, un anticristo y como mediante la fe y el testimonio de la expiación de Jesucristo que tenía le hizo frente.
Esta tiene una gran influencia sobre ellos, les induce a la necesidad de expiación, y usa su fascinación y personalidad para llevar a sus espíritus, convicciones y principios desagradables para ellos.
Para la época de la Semana Santa, los misioneros del templo y jóvenes de las congregaciones circunvecinas arman una espectáculo teátrico llamado Jesús el Cristo y celebra el nacimiento, enseñanzas, la expiación y resurrección de Jesucristo.
No obstante, su juramento en expiación por uxoricidio de no casarse jamás, sus padres trataron de casarlo de nuevo para ver si una mujer podía frenar su vida disoluta.
En realidad, no existe una sola parte en la La divina comedia que hable de Radamathys -o Radamanto-, Dante solo coloca como Juez a Minos, omitiendo por completo a Eaco y Radamanto, sin embargo, Virgilio en la Eneida, en el libro VI, hará una breve descripción de las funciones de Radamanthys como Juez de las sombras: El cretense Radamanto ejerce aquí un imperio durísimo, Indaga y castiga los fraudes y obliga a los hombres a confesar las culpas cometidas y que vanamente se complacían en guardar secretas, fiando su expiación al tardío momento de la muerte.
En el fondo recóndito de su alma aspira a que en su hijo se logre la expiación de la culpa de su madre, artista devota de su libertad, que los ha abandonado a ambos.
La Mishná dice con relación al día de la Expiación Anual: Los sacerdotes y pueblo estaban en el atrio y cuando oían el Nombre que pronunciaba claramente el Sumo Sacerdote, se arrodillaban, se postraban con el rostro en tierra y decían: Bendito el Nombre de la gloria de su Reino por siempre jamás.
en Cristo, están en condiciones de recibir los beneficios de la expiación, luego del cual Jesús regresará a la tierra.
El sentido ascensional desde la cripta, pasando por el templo hasta la escultura, refleja la ascensión y la purificación de la condición humana por medio del sacrificio y la expiación.
Según testimonio del escribano Juan Quincoces de la Llana, al pronunciarse la sentencia, Carvajal toma la palabra y se dirigió a las autoridades diciendo que solo él era responsable de la muerte de Hutten, de Bartolomé Welser y de sus tres compañeros, y que no se culpase a nadie más, reconociendo además haber ofendido al rey y a la Divina Majestad, por cuyos motivos imploraba el perdón y aceptaba con paciencia y resignación la muerte en expiación de sus culpas.
Para Koeep, el filme se convirtió entonces en una historia de culpa y expiación.
Le pareció que todo lo que sufría era una expiación, por la falta cometida en su juventud.
Era verdad, ¿y el otro? Enardecida por su sacrificio, que representaba una expiación, había olvidado al hombre que tenía delante.
Antes de dejar estos lugares, que ya no volveré a ver nunca, antes de que la expiación se cumpla, pido a usted como una gracia que me diga una palabra.
Aquí no hablamos de penitencia, de expiación, de castigo de la culpa.
Las razones teológicas tienen que ver con la penitencia, con la expiación, con el perdón, con la gloria o el infierno, allá en el otro mundo, y en esto para nada tienes tú que meterte ahora.
Señor, ¿qué expiación es esta? ¿Qué pecado hemos cometido?.
Y alzando los ojos hacia la Eterna Clemencia, encontró la eterna Justicia, que, abarcando los ámbitos del cielo, severa, inexorable pedía la hostia de expiación.
La muerte será tal vez un suplicio, pero no una expiación.
Mis deudores sucumbirán, no hay remedio, pero ¡no será sin que les deje pan para comer! Antes pensaba de otro modo, mas ahora voy creyendo que sería demasiada expiación hacer que esos usurpadores de mi hacienda tuviesen que ver a su anciana madre morirse de hambre y trabajar como una criada.
Yo recuerdo la situación de los alumnos que me devoraban el almuerzo, situación tan semejante en el fondo a la de los apostrofados así por el país, y tengo mi juicio formado acerca de la significación de esa ''mano'' y de ese ojo que van pegados a la situación como la sombra al cuerpo, como el delito a la expiación.
¡Ah, si las ejecuciones hubieran sido en la Calabria, y los ejecutados procedentes de Nápoles o de Roma, hubieran atentado contra la vida, por ejemplo, del ''patricio'' Liborio Romano!, entonces, ¡santo Dios!, ¿qué expiación más justa, más merecida que ella?.
Acostúmbrate a vivir entre ellos y convéncete de que están en el mundo para expiación de nuestras culpas, como las chinches, las moscas y las verrugas.
Ya he tenido el honor de decir a usted varias veces que, para expiación de mis pecados, tocóme ser por ahora, al lado de ustedes, el representante de aquella santa mujer, tan celosa del bien de las almas de sus hijas.
El padre sacrifica a su hija a su despecho, víctima del honor, bien diferente en aquel siglo del que en el día se usa, la madre sacrifica a su hija, no ya por sí, sino para salvar la honra y la tranquilidad de su esposo, su larga expiación lava su culpa, Isabel sacrifica su mano por salvar a su madre, en holocausto a su familia y a la gratitud, Azagra mismo y la mora enamorada sacrifican la dicha de los amantes, porque ellos también aman, y el amor es el sentimiento más egoísta.
La templanza, la justicia y la misma sabiduría no son más que purificaciones y hay buen motivo para creer que quienes establecieron las purificaciones distaban muy mucho de ser unas personas despreciables, sino grandes genios que ya desde los primeros tiempos quisieron hacernos comprender bajo estos enigmas que aquel que llegara a los infiernos sin estar iniciado ni purificado será precipitado al cieno, y aquel que llegara después de haber cumplido la expiación será recibido entre los dioses, porque, como dicen los que presiden los misterios: muchos llevan el tirso, pero pocos son los poseídos del dios.
Porque Lucía, hija al fin de los Amadei, no había nacido para la mortificación y el dolor, sino para agotar las alegrías de la vida, para recrearse en el grato sonido del bandolín, en el armonioso ritmo de las estancias de los poetas, en la magia del color, en la dulce y misteriosa calma de los jardines, donde sonreía la eterna hermosura de las estatuas griegas y sólo el peso de ajenas culpas y el anhelo de la expiación la habían arrojado palpitante de angustia y de terror al pie de los altares, donde a cada minuto recordaba involuntariamente el mundo y sus goces.

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