Ejemplos con exasperación

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Ya en el arte helenístico, la innovación de las ideas introducidas por Lisipo y otros como Praxíteles, Escopas o Apeles, llegaron a una exasperación de los temas y sujetos a esculpir.
Durante años, ésta ha sido una celosa guardiana de la correspondencia y otros documentos del autor de Cuatro cuartetos, para exasperación de los biógrafos y analistas de su obra.
En su exasperación, una ocasión, los Sonorenses siguieron secretamente a algunas tribus a sus campamentos alrededor de Janos, y cuando aparecieron para divider el botin bajaron sobre ellos, matando más que cien hombres, y llevándose casi tantas mujeres y niños.
Su exasperación con la respuesta negativa del Vaticano de hacerla reina también la persuadió a promover una nueva alternativa a Enrique.
Las deformaciones de rostros y cuerpos llegan a la exasperación superlativa: por ejemplo en El descendimiento, un anciano situado sobre lo alto de la cruz tiene el rictus semejante al de una máscara trágica, la disposición asimétrica de las escalas y proporciones parecen escapar a todo canon y de tal modo generan una dinámica violenta que se encuentra acentuada -por entre otros recursos la incertidumbre de los apoyos para los personajes que están descendiendo el cuerpo de Cristo mientras que las figuradas luces inciden violentamente desde la derecha de la composición creando un, más que contrastante, chocante claroscuro.
A pesar de que su aquiescencia resulte aún hoy inexplicable, la decisión final fue de Rundstedt, a quien concedió plenos poderes, ante la exasperación de Franz Halder.
Don Ciriaco muchas veces me decía, con una exasperación alegre que le era característica:.
Se debía haber continuado el sistema de conciliación inaugurado por don Jaime el Conquistador, y se tomaron medidas humillantes y vejatorias, que dieron por resultado la exasperación de los ánimos, las situaciones violentas y, por fin, la expulsión, que se realizó de la manera más cruel, pues muchos murieron de hambre y de sufrimientos en los desiertos de África, si es que no eran robados y muertos en el camino.
Apelaron a todos los medios para tranquilizarla: medicinas, recreos, pláticas de clérigos más o menos elocuentes, sin obtener más que la exasperación de su mal, y, por último, no tuvieron más remedio que llevársela a la ferrería de Lupardo, y encerrarla allí, bajo la vigilancia de su tía Prudencia y de José María Arratia, el mayor de los tres hermanos, que casó hace poco con la chica de Busturia.
Pero por fortuna, agregó en su lenguaje peculiar, los incisivos de la fiera no han interesado lo bastante para romper ningún vaso principal y no hay temor de hematosis, aunque se ha presentado la hemalopia consiguiente a la exasperación física y moral, bajo la cual viene laborando hace tiempo el enfermo.
Mas no era lo mismo con el padre Andrés, cuya naturaleza altiva, posición independiente, fanatismo exclusivo, y carácter rebelde, producían una continua exasperación en el ánimo del Virrey.
Pero lo que me tenía en la exasperación, era que por extranjero yo debía ser más prudente, más medido que los hijos del país.
Un día la exasperación tocó en el delirio, estaba frenético, demente, y concebí la idea sublime de desacierto de castigar a Chile entero, de declararlo ingrato, vil, infame.
Nora, previendo la fuerte sacudida que había de producir la vista de la desgraciada anciana, víctima de su infortunio, quiso replicar, pero la condesa reiteró la orden con tal exasperación, que fue preciso obedecer.
-Me dijo, además, el doctor que si no nos decidíamos a dar este paso, estuviésemos prevenidos, porque podría en un momento de exasperación cometer algún acto violento.
¡Ah! cuando se veía así crujía de exasperación y maldecía de la vida.
-No me preguntéis, señorita, porque yo soy muy mal juez en esta causa y mi egoísmo me cegaría -respondió Morrel, cuya voz sorda y puños apretados anunciaban una creciente exasperación.
-¡Veneno!, yo no he dicho eso, pero estudiaremos la exasperación del sistema, reconoceremos la asfixia patente, incontestable, y os diremos: querido Villefort, si ha sido por descuido, vigilad a vuestros criados, si ha sido por odio, vigilad a vuestros enemigos.
Y exaltada por el vértigo de la cólera y de la impotencia, excitada por la fiebre de sus rencores, hollado su orgullo por aquella resistencia tenaz, sublevábanse más y más los instintos culpables de la joven, inflamábase más su deseo, que adquiría desde luego un grado de exasperación indecible.
La sangre afluyó a su cerebro, y, por un momento, la cólera le puso fuera de sí, acudió entonces a los bríos de su ánimo indomable, y consiguió refrenar su exasperación, alzó la cabeza y dijo a Patricio con voz entera:.
El asesinato alevoso cometido en la persona de Illán Suárez puso colmo a la exasperación pública, y por todas partes brotaron las chispas que debían producir para el virrey la catástrofe de Iñaquito.
Muchachuelas de ojos vivaces, tempranamente cínicos, muestran en los rostros malhumorados la exasperación que causa el brusco salto de la libertad a la obediencia, al lado de otras ya resignadas y pasivas, que se mueven como autómatas, con los ojos embelesados y las manos puestas sobre el vientre, cerca de las compañeras más normales que bordan en silencio, haciendo proyectos más serenos para el porvenir, o se aturden moviendo los pedales de las máquinas de coser.
Una exasperación violenta se apoderó de Felipe, una ola de ira le inundó el cerebro, quitándole la razón.
Mientras Rosario se arrojaba a la sima cerrando los ojos, Felipe María pasaba de la sorpresa a la extrañeza, de la extrañeza a la ansiedad y de la ansiedad a una exasperación furiosa.
Esto explica bien naturalmente la exasperación de mi amor propio.
El estado de exasperación en que se hallaba la pobre joven no admitía razonamientos y tuve que ofrecerla mi cooperación a su plan.
Como quiera, el tiempo que todo lo mina, la riqueza que ensoberbece aun a los humildes, la fragilidad de la naturaleza humana que al cabo se cansa de los esfuerzos sobrenaturales y sobre todo la exasperación causada en los templarios por los desastres de la Tierra Santa, y las rencillas y desavenencias con los hospitalarios de San Juan, llegaron a manchar las páginas de la historia del Temple, limpias y resplandecientes al principio.

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