Ejemplos con estudiado

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Es un género pobremente estudiado, descubriéndose que poseen inteligencia.
Comenzó curtiéndose en las calles de Madrid trabajando en lo que le caía y haciendo música para ganarse la vida porque era lo que desde pequeño había estudiado.
Incluso se llegó a redactar un texto llamado Regula Communis especialmente estudiado para este tipo de monasterios.
Estos tuvieron una diócesis propia con sus peculiaridades, esta era la Diócesis de Britonia de la que conocemos además sus parroquias gracias al Parochiales Suevum que fue estudiado por David.
La ciudad de Pamplona es donde se han estudiado mejor los cementerios, sobre todo José María Lacarra y de Miguel, que diferencia los cementerios visigodas de los hispanorromanos.
Abbadie ha estudiado paganismo y neopaganismo.
Podía reconocerlas porque las había estudiado, porque estaban guardadas en una habitación inmediata, en el archivo, como esas flores secas que se conservan aplastadas entre las hojas de un libro viejo.
¡Hombre!, estudiado precisamenterepuso don Simón un tanto resentido.
Con la misma paciencia que empleaba en la solución de sus problemas industriales, la había estudiado día tras día, sin que pudiese adivinar esta vigilancia en su rostro impasible.
Todo estaba previsto y estudiado de larga fecha, con el minucioso método germánico.
No se dan cuenta de lo que es la guerra moderna, ignoran que nuestros generales han estudiado el arte de reducir al enemigo rápidamente y que lo emplearán con un método implacable.
Jóvenes cuya distinción entusiasmaba a doña Elena prorrumpían en apóstrofes contra las corrupciones de París, corrupciones que habían estudiado a fondo velando hasta la salida del sol en las virtuosas escuelas de Montmartre.
En cambio, ¿quién sobre el globo terráqueo, y aun sobre los otros globos que navegan por el espacio, compite con ellas en ponerse el rico mantón de la China floreado, anudándolo a la cintura por detrás? ¿Quién deja caer con más gracia, ni siquiera con tanta, los rizos del pelo por la frente en estudiado desgaire? ¿Quién se mueve con más garbo dentro de la giraldilla ni da con más elegancia un al señorito que se desmanda, diciendo al mismo tiempo entre risueña y enojada? ¿Cristiano, usted es tonto, o se hace? ¡Mire que se va a pinchar! ¿Quién es capaz de cantar con más sentimiento y menos oído a la vuelta de una romería aquello de.
Don Jerónimo de la Fuente, maestro de primeras letras de la villa, que había estudiado por los métodos modernos y sabía algo de Froebel y Pestalozzi, hombre ilustrado, que había escrito un prontuario de los verbos irregulares y tenía un telescopio en el balcón de su casa siempre apuntando al cielo, se levanta de la butaca, y sonriendo con mucha lástima dice:.
Belinchón no había estudiado la gramática, sino por un diminuto epítome allá en la infancia.
Porque como desde que los imagino hasta que los acabo voy poniendo en ellos tanto de mi alma, al fin ya no llegan a ser telas, sino mi alma misma, y me da vergüenza de que me la vean, y me parece que he pecado con atreverme a asuntos que están mejor para nube que para colores, y como solo yo sé cuánta paloma arrulla, y cuánta violeta se abre, y cuánta estrella lucen lo que pinto, como yo sola siento cómo me duele el corazón, o se me llena todo el pecho de lágrimas o me laten las sienes, como si me las azotasen alas, cuando estoy pintando, como nadie más que yo sabe que esos pedazos de lienzo, por desdichados que me salgan, son pedazos de entrañas mías en que he puesto con mi mejor voluntad lo mejor que hay en mí, ¡me da como una soberbia de pensar que si los enseño en público, uno de esos críticos sabios o cabalierines presuntuosos me diga, por lucir un nombre recién aprendido de pintor extranjero, o una linda frase, que esto que yo hago es de Chaplin o de Lefevre, o a mi cuadrito , que he descargado sobre él una escopeta llena de colores! ¿Te acuerdas? ¡como si no supiera yo que cada flor de aquellas es una persona que yo conozco, y no hubiera yo estudiado tres o cuatro personas de un mismo carácter, antes de simbolizar el carácter en una flor, como si no supiese yo quién es aquella rosa roja, altiva, con sombras negras, que se levanta por sobre todas las demás en su tallo sin hojas, y aquella otra flor azul que mira al cielo como si fuese a hacerse pájaro y a tender a él las alas, y aquel aguinaldo lindo que trepa humildemente, como un niño castigado, por el tallo de la rosa roja.
Despertaba en ellos cierto orgullo que el doctor Aresti, que había estudiado en el extranjero y del que hablaban en la villa con respeto, quisiera vivir entre ellos, en la sociedad primitiva y casi bárbara del distrito minero.
¡Hum, hum!tosió el jesuíta¿Dónde ha estudiado? En alguna de esas escuelas donde sólo enseñan lo que llaman ciencia y que no es más que puro materialismo, sin acordarse para nada de Dios.
Iba dando a conocer a Luna toda la música que había estudiado durante su ausencia.
Somos clérigos como los canónigos, llegamos a beneficiados por oposición, hemos estudiado como ellos las ciencias religiosas, y además somos músicos, pues a pesar de esto, cobramos casi la mitad del sueldo de un canónigo, y para recordarnos a todas horas nuestra ínfima condición, nos hacen sentar en la sillería baja.
Tenían para ganarse el pan un arte estudiado concienzudamente, y se colocaron en seguida en las catedrales como organistas y maestros de capilla.
Ya que el señor ha estudiado en el Seminariodijo el maestro de capilla, conocerá algo de música.
Los periódicos ministeriales de la tarde guardaban un estudiado silencio sobre la visita de la policía al palacio de Villamelón, como si obedeciesen todos a una misma consigna.
Era como los médicos que han estudiado el cuerpo humano en un atlas de Anatomía.
Verdad que entre col y col le soltaba ciertas frescuras, pero esto era muy estudiado para que Maxi no viera el juego.
Y no era posible explicarse más, porque la tertulia se enzarzó y vinieron otros amigos que empezaron a reír y a bromear, tomándole el pelo a Federico Ruiz con aquello de los castillos y preguntándole con seriedad si los había estudiado todos sin que se le escapase alguno en la cuenta.
Oyendo esto Sancho, se arrimó sobre el espaldar de la silla y miró de hito en hito al tal médico, y con voz grave le preguntó cómo se llamaba y dónde había estudiado.
Yo, señores, por mis pecados, he estudiado Cánones en Salamanca, y pícome algún tanto de decir mi razón con palabras claras, llanas y significantes.
No se apunte vuestra merced conmigo respondió Sancho, pues sabe que no me he criado en la Corte, ni he estudiado en Salamanca, para saber si añado o quito alguna letra a mis vocablos.
¡Válate el diablo por villano dijo don Quijote, y qué de discreciones dices a las veces! No parece sino que has estudiado.

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