Ejemplos con estribo

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

El muro de contención, que se prolonga en su estribo derecho unos cincuenta metros, está construido de mampostería protegida con tierra.
Se trataba de cuadrúpedos algo mayores que los existentes hasta el momento, con el cráneo más evolucionado en el que aparece ya el estribo articulado con el cuadrado, situado junto al tímpano, las fosas nasales se abren más cercanas al extremo del hocico, el cuerpo aún sigue manifestando la depresión dorsoventral típica de sus ancestros.
Para entonces ya se habían solventado los problemas que habían surgido con el asentamiento del estribo derecho y las dudas sobre el aforo de las aportaciones.
Fundamentalmente de la obra original se conserva el estribo izquierdo completo, así como las hiladas de sillería del estribo derecho, y las impostas atizonadas de ambos.
El estribo izquierdo se apoya sobre un lecho de cimentación formado por sillarejos regulares, mientras que el derecho se asienta directamente sobre el cauce, aprovechando en parte un afloramiento rocoso.
Con el tiempo el pie de este estribo se sustituyó así como la primera hilada de sillarejo por un cimiento de mampostería.
En el muro de mampostería, estribo derecho, se localiza una compuerta que funciona como aliviadero del embalse.
Después saltó él, sin casi apoyarse en el estribo, arrojando antes el puro a medio fumar.
Era el momento en que tornaba de sus expediciones campestres la gente de Vichy y los bañistas, y abundaban los jinetes, llevando sus monturas al paso, luciendo los pantalones de punto y las abrochadas polainas, sobre las cuales relucía la nota brillante del estribo y del espolín.
En lontananza brillaba a veces el acero de un estribo, el color de un traje o de una librea, el rápido girar de los barnizados rayos de una rueda.
De pie en el estribo del vagón, las vió alejarse, tal como las había visto aparecer en una calle de Pompeya.
Cuando al ir a montar acudían los hijos de Karl, que eran ya unos grandullones, para tenerle el estribo, los repelía con bufidos de indignación.
Y los soldados descendían de los automóviles en el mismo margen de la batalla, haciendo fuego así que saltaban del estribo.
Quiso lanzarse al estribo, pero al tocarle fue despedido a la vía con gran violencia, y cayó, sintiendo agudo y repentino dolor en el pie derecho.
Titubeó un momento al poner el pie en el estribo, y acabó por retroceder.
Al poner el pie en el estribo, limitóse a decir el viajero en francés muy bien acentuado:.
Otra pequeñita, oculta bajo un guante oscuro, asomó entonces por la portezuela, posóse en la de Villamelón, y sin tocar casi en el estribo, viose saltar en tierra la elegante figura de la marquesa de Valdivieso.
Cuando puse el pie en el estribo sonrió maliciosamente.
¿Cómo no le has traído a la señorita la borrica?preguntó don Pedro, deteniéndose antes de montar, con un pie en el estribo y una mano asida a las crines de la yegua, y mirando al cazador con desconfianza.
De la fuente de Argales, puesto ya el pié en el estribo para caminar a Flándes.
Cinco leguas de la ciudad de Sevilla está un lugar que se llama Castilblanco, y en uno de muchos mesones que tiene, a la hora que anochecia entró un caminante sobre un hermoso cuartago estranjero: no traia criado alguno, y sin esperar que le tuviesen el estribo, se arrojó de la silla con gran lijereza.
Y dando el estribo a un mozo de mulas que con él venia, se apeó, y hizo que le diesen luego de cenar, y así fué hecho.
Y, diciendo esto, fue a tener el estribo a don Quijote, el cual se apeó con mucha dificultad y trabajo, como aquel que en todo aquel día no se había desayunado.
Viendo, pues, ya acabada la pendencia, y que su amo volvía a subir sobre Rocinante, llegó a tenerle el estribo, y antes que subiese se hincó de rodillas delante dél, y, asiéndole de la mano, se la besó y le dijo:.
Atentísimo estuvo Sancho a la relación de la vida y entretenimientos del hidalgo, y, pareciéndole buena y santa y que quien la hacía debía de hacer milagros, se arrojó del rucio, y con gran priesa le fue a asir del estribo derecho, y con devoto corazón y casi lágrimas le besó los pies una y muchas veces.
En esto, llegó don Quijote, alzada la visera, y, dando muestras de apearse, acudió Sancho a tenerle el estribo, pero fue tan desgraciado que, al apearse del rucio, se le asió un pie en una soga del albarda, de tal modo que no fue posible desenredarle, antes quedó colgado dél, con la boca y los pechos en el suelo.
Don Quijote, que no tenía en costumbre apearse sin que le tuviesen el estribo, pensando que ya Sancho había llegado a tenérsele, descargó de golpe el cuerpo, y llevóse tras sí la silla de Rocinante, que debía de estar mal cinchado, y la silla y él vinieron al suelo, no sin vergüenza suya y de muchas maldiciones que entre dientes echó al desdichado de Sancho, que aún todavía tenía el pie en la corma.

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