Ejemplos con estiman

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Los historiadores estiman que Bazhenov cayó en desgracia debido a su amistad con los francmasones que rodeaban a Pablo, heredero de la corona.
Algunos analistas estiman que se trata de una fuerza que se ha nutrido de los boers que sitiaban Ladysmith y de otros puntos, pero cuyo objetivo es agruparse para luego retirarse a consolidar posiciones.
Sin embargo, los expertos estiman que se originaron en Palestina, debido al marcado sustrato del arameo occidental, a pesar de la orientalización posterior de los textos.
Aunque no se tienen datos precisos sobre las fechas y hechos de su vida, los expertos estiman que vivió entre finales del siglo I y finales del siglo II.
, fechas que se estiman basándose en que el censor Publio Sempronio Tuditano eligió por esa época a Quinto Fabio Máximo como Princeps Senatus.
Los científicos de la ESA estiman que la sonda podría haber descendido sobre la región oscura.
El gobierno saudí censura todas las formas de comunicación que ellos estiman, son una ofensa para la familia real o para el Islam.
La señorita Theobald, la directora del colegio a quien las niñas estiman mucho, la señorita Roberts, profesora del primer grado, la señorita Jenks, profesora del segundo, la señorita Ellis, profesora del cuarto grado y la señorita Cornwallis, profesora del quinto.
Al propio tiempo se desbordaba en el alma del desdichado joven un sentimiento quijotesco de la justicia, no tal como la estiman las leyes y los hombres, sino como se ofrece a nuestro espíritu, directamente emanada de la esencia divina.
Allí las madres de las criadas que sirven en el casco de la Ciudad, colocan delante de su respectivo tugurio todas las sillas que poseen, a fin de que las ocupen los amos de sus hijas, convidados préviamente a aquella fiesta, donde las señoras estiman mucho un buen puesto en que reunir tertulia al aire libre, lucir sus atavíos, ver la Rifa y el Baile, y hasta arrostrar las más encopetadas el deseado compromiso de bailar un poco, cual si fuesen humildes mozuelas de la clase baja.
Otras veces acabadas de untar, a nuestro parecer mudamos forma, y convertidas en gallos, lechuzas o cuervos, vamos al lugar donde nuestro dueño nos espera, y allí cobramos nuestra primera forma, y gozamos de los deleites, que te dejo de decir por ser tales, que la memoria se escandaliza en acordarse dellos, y así la lengua huye de contarlos, y con todo esto soy bruja, y cubro con la capa de la hipocresía todas mis muchas faltas: verdad es que si algunos me estiman y honran por buena, no faltan muchos que me dicen no dos dedos del oido el nombre de las fiestas, que es el que nos imprimió la furia de un juez colérico, que en los tiempos pasados tuvo que ver conmigo y con tu madre, depositando su ira en las manos de un verdugo, que por no estar sobornado usó de toda su plena potestad y rigor con nuestras espaldas, pero esto ya pasó, y todas las cosas se pasan, las memorias se acaban, las vidas no vuelven, las lenguas se cansan, los sucesos nuevos hacen olvidar los pasados: hospitalera soy, buenas muestras doy de mi proceder, buenos ratos me dan mis unturas, no soy tan vieja que no pueda vivir un año, puesto que tengo setenta y cinco: y ya que no puedo ayunar por la edad, ni rezar por los vaguidos, andar romerías por la flaqueza de mis piernas, ni dar limosna porque soy pobre, ni pensar en bien porque soy amiga de murmurar, y para haberlo de hacer es forzoso pensarlo primero, así que siempre mis pensamientos han de ser malos: con todo esto, sé que Dios es bueno y misericordioso, y que él sabe lo que ha de ser de mí, y basta, y quédese aquí esta plática, que verdaderamente me entristece: ven, hijo, y verásme untar, que todos los duelos con pan son ménos: el buen dia meterle en casa, pues miéntras se rie, no se llora: quiero decir, que aunque los gustos que nos da el demonio son aparentes y falsos, todavía nos parecen gustos, y el deleite mucho mayor es imaginado, que gozado, aunque en los verdaderos gustos debe de ser al contrario.
Si el poeta fuere casto en sus costumbres, lo será también en sus versos, la pluma es lengua del alma: cuales fueren los conceptos que en ella se engendraren, tales serán sus escritos, y cuando los reyes y príncipes veen la milagrosa ciencia de la poesía en sujetos prudentes, virtuosos y graves, los honran, los estiman y los enriquecen, y aun los coronan con las hojas del árbol a quien no ofende el rayo, como en señal que no han de ser ofendidos de nadie los que con tales coronas veen honrados y adornadas sus sienes.
Esta señal nos confirmó en que alguna cristiana debía de estar cautiva en aquella casa, y era la que el bien nos hacía, pero la blancura de la mano, y las ajorcas que en ella vimos, nos deshizo este pensamiento, puesto que imaginamos que debía de ser cristiana renegada, a quien de ordinario suelen tomar por legítimas mujeres sus mesmos amos, y aun lo tienen a ventura, porque las estiman en más que las de su nación.

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