Ejemplos con estertor

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La sibilancia, también llamado estertor sibilante, es el sonido que hace el aire al pasar por las vías respiratorias congestionadas, se trata de un sonido agudo y silbante.
Moría sin fatiga ni dolor, como en un dulce descanso de aquella enfermedad misteriosa y horrible que había sido toda ella un estertor violento y una fatal agonía.
Pero al desaparecer el último pantalón rojo, muchas manos se agarraron convulsas a los hierros de la verja, muchos pañuelos fueron mordidos con rechinamiento de dientes, muchas cabezas se ocultaron bajo el brazo con estertor angustioso.
Después rompió a llorar con un estertor nervioso.
¡Dorotea!alcanzó a lanzar en un estertor.
Sonaban penosos ronquidos, respiraciones jadeantes, cortando con su estertor animal el augusto silencio de la tarde.
Respondiole con fervientes aclamaciones la turbamulta que llenaba el salón, voces que fueron ¡ay!, el estertor de las Constituyentes, pues con aquel hálito expiraron y se desvanecieron en la Historia, dejando tras sí un rastro glorioso.
Después sonó el ruido de su cuerpo cayendo sobre la cama, y el estertor de su llanto fue haciéndose cada vez más ahogado.
Gabriel pudo adormecerse, y así estuvo más de una hora, inmóvil en el sofá, cortándose varias veces su desigual respiración con el estertor de la tos cavernosa, que no llegaba a desvanecer su sueño.
Los grillos que cantaban en el vecino ribazo callaron, espantados por un extraño hipo que rasgó el silencio y sonó en la obscuridad gran parte de la noche, como el estertor de una bestia herida.
Diógenes ya no la oía: comenzaba entonces el estertor, y su angustioso resuello interrumpíase a veces por más de un minuto.
El pobre apenas si se movía: únicamente su pecho continuaba agitándose con penoso estertor.
El padre se durmió, por último, pero con un sueño que asustó bastante a su fiel criado, sueño fatigoso, acompañado de un ronquido o silbo a manera de estertor.
Las niñas se habían retirado a descansar, fatigadas por el estertor incesante y penoso que las crispaba los nervios.
Pero la intensa risa que esto la producía desvanecióse al oír un cacareo angustioso, un estertor de muerte que salía de la cocina.
El cochero celebraba sus picardías de animal viejo y brioso, tenía orgullo en decir que era muy bravo y sólo por él se dejaba manejar, y ahora estaba allí tendido de costado sobre el estiércol, inmóvil como carne muerta, agitando alguna vez con ronco estertor el redondo pecho y levantando un poco la cabeza para lanzar en torno suyo la mortecina y lacrimosa mirada.
Y el pobre caballo, como si quisiera afirmar las palabras de su amigo o reconociese a sus amas, levantaba la pesada cabeza, lanzando su estertor angustioso.
Cesó el estertor, como si se cerraran los escapes de aquella locomotora que sonaba a lo lejos, y al quedar la alcoba envuelta en un silencio fúnebre estallaron sollozos y lamentos en toda la casa.
El estertor fatigoso, la inmovilidad del enfermo, las sombras cadavéricas que se extendían sobre el rostro, marcando sus huecos con triste negrura y haciendo destacar fúnebremente el perfil de la nariz, acabaron con la serenidad del pobre viejo, arrancándole un grito que parecía salirle del alma:.
El viejo continuaba hablando junto al lecho del enfermo, excitado por la indignación, con voz sorda unas veces y gritando otras, de modo que cubría aquel estertor angustioso.
Y tan grande era su turbación, que hasta le pareció más ruidoso aquel estertor de agonía, como si el moribundo contestase afirmativamente con su fatigoso ronquido.
Transcurrió más de una hora sin que el silencio de la alcoba se interrumpiera con otro ruido que el estertor angustioso y continuo del enfermo.
¡Aquí, no conocemos al que hace ruido sobre nuestro techo, ni al que se muere detrás del tabique de nuestra alcoba, y cuyo estertor nos quita el sueño!.
Paz oía misa con recogimiento, volviendo tranquilamente las hojas del devocionario, que a veces dejaba sobre la falda, pero sin alardes de unción religiosa: su rostro no se entristecía con compunción exagerada, ni tenía ese lento parpadear que es a los ojos lo que el estertor a la respiración.
De la oprimida garganta del desdichado joven salía un gemido, estertor de asfixia.
La cabeza dio contra el canto como una piedra que cae, y la torcida postura en que quedaba el cuerpo al caer doblándose con violencia, fue causa de que el resuello se le dificultara, produciéndose en los conductos de la respiración silbidos agudísimos, a los que siguió un estertor como de líquidos que hierven.
El Conde, que antes había recibido los Sacramentos, se agitó de nuevo con su presencia, tuvo cerrados los ojos más de media hora, marcando su respiración con un bronco estertor, y después los abrió para fijarlos en ella con expresión de ira.
Habremos visto a una persona moribunda: y durante algunos dias permanece estampada en nuestra imaginacion con su semblante pálido y sudoriento, sus ojos desencajados, sus manos convulsivas, las contorsiones de su boca, su penoso estertor interrumpido por algunos ayes lastimeros, no somos dueños del todo de que no se nos presente repetidas veces la ingrata imágen, pero es bien seguro que si para distraernos nos proponemos un cálculo muy complicado, o resolver un problema muy difícil, conseguiremos que la imágen desaparezca.
Por las dos chimeneas del paquebote se escaparon torrentes mugidores de humo negro, al mismo tiempo que debajo de la cubierta empezaba un jadeo ruidoso, igual al estertor de un gigante moribundo.
No humano, el vengador miró esos ojos sin vida y gruñó con voz que era estertor:.

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