Ejemplos con espoleando

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Espoleando a su caballo volvió al camino real.
José de haber sentido miedo o cuando menos un poco de respeto a los ladrones y exclamó, espoleando la jaca:
Pero juzgad, ¡oh señores míos! ¡cuál sería mi sorpresa cuando a poco de haber salido espoleando mi cabalgadura, que en el andar allá se iba con Rocinante, sentí detrás un chirrido de ásperas ruedas y un galope de rocín y un crujir de látigo y unas voces extrañas de las que en todos los idiomas se emplean para animar a un bruto perezoso! ¡Juzgad de mi sorpresa cuando me volví y vi a la misma miss Fly dentro de un cochecillo indescriptible, no menos destartalado y viejo que aquel de la célebre catástrofe, guiando ella misma y acompañada de un rapazuelo de Santi Spíritus!.
Los caballeros volvieron igualmente sus ojos y, en medio del desamparo a que se veían reducidos, repitieron en voz baja las palabras de su maestre, después de lo cual, espoleando sus corceles, salieron con gran prisa de aquella fortaleza a donde no debían volver.
Eran, en efecto, tres jinetes, de los cuales el más delantero, un poco mejor ataviado, indicaba ser el principal, y los tres, habiendo visto la falúa, venían corriendo hacia ella por debajo de aquellos árboles venerables, dando gritos de contento y espoleando los corceles con ambos acicates.
Y espoleando a su caballo, lo puso al galope y tomó el camino de Paris.
Y espoleando su fogoso corcel, se dirigió hacia el ala que ocupaban los peruanos.
Y espoleando al animal con los talones, llegó al sitio donde el verdugo debía dar cumplimiento a la sentencia.
Y éste, espoleando el redomón, tratando, con una vuelta, de enderezar el avestruz al viento, desataba, galopando, las avestruceras, y llegado a tiro, las empezaba a revolear, hasta que, a cien varas, las soltaba, y, chiflando, iban las dos bolas de metal, a enredar irremisiblemente su trenza fina en las patas largas del pobre animal.
querés, pa vos también hay! Espoleando el potro, me tiró a la cara los.

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