Ejemplos con espigado

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Cuando cumplí quince años, era ya un mozancón muy espigado y muy dado a hombrearme con mozos mayores que yo y todo aquel raquitismo, que mi tía explicaba con el feo y antipático calificativo de sietemesino, había desaparecido casi del todo, y aunque conservaba mi constitución delicada y nerviosa, sentía ya los primeros de la edad viril que rápidamente se manifestaba en mí.
La cúpula mayor, ya desaparecida, tenía unas bandas radicales con pinturas geométricas, cuyas formas romboidales de color rojizo se combinan con el blanco de fondo haciendo una especie de espigado que convergía en el centro de dicha cúpula.
Delta, tiene un ciclo corto de espigado, comparado con la media de las restantes variedades, pero mantiene un alto grado de humedad en la fase de maduradfión, alargando el momento de su recolección.
Los altos contenidos en potasio evitan el espigado de la cabeza del turión.
Con pelo rubio espigado y ojos azules, Finn parezca perpetuamente en una prisa de azúcar, sin embargo él siempre prueba ser fresco.
Mello es un joven espigado de altura media y cabellos rubios cortados en media melena y con el flequillo caído sobre la frente hasta la altura de los ojos, a la manera de un paje medieval.
Madera color amarillenta, al cortar agradable y delicado aroma, textura fina, homogénea, grano derecho, veteado espigado, duramen pardo rosáceo denso.
Castellano: encendecandiles, erisimo de los griegos, erisimo oficinal, erísimo, erísimo oficinal, floridos, hierba de los cantores, hierba de los chantres, hierba de los predicadores, hierba del predicador, hierba de san alberto, hierba de San Alberto, hierba meona, irion, irion de los latinos, jamargo, jaramago, jaramago amarillo, jaramago amarillo medicinal, jaramago espigado, morondo, negrilla, pajizo, rabanillo, rábano, rinchos, sisimbrio, xaramago, xaramago común de las paredes y linderos, xaramago de Fragoso, yerba de los cantores, yerba de los chantres, yerba de San Alberto.
Candidatos: Miguel Narros, Juan Carlos Pérez de la Fuente, Francisco Nieva, Ignacio del Moral, Verónica Forqué, Raúl Sénder, Luis Merlo, Silvia Espigado, Nati Mistral, Amparo Larrañaga y José Luis Gómez.
La niña había espigado mucho, su belleza, ya potente, se acentuaba con una encantadora delicadeza de líneas.
A los catorce años era Gonzalo un muchacho espigado y robusto, que estudiaba en el colegio privado de Sarrió la segunda enseñanza y se examinaba todos los años en la capital, obteniendo ordinariamente la calificación de y una que otra vez, muy rara, la de.
El terreno, de tal modo, está espigado por completo, y yo he de recomendarme a la benevolencia de ustedes para que con esa benevolencia se me perdone todo lo que en mi discurso no puede menos de ser una repetición.
Luego vinieron los regalitos, a los pequeñuelos descalzos, con los pies llenos de mataduras, les puso Floriana por su mano alpargatitas nuevas, a una niña muy aplicada que en pocos días había aprendido a deletrear, obsequió la Maestra con una muy lozana, con camisa, y chapas de bermellón en los mofletes, a un rapaz espigado y listo, que ya trazaba y con rara perfección, le regaló una cajita de colores, pincel y lapicero.
No bien cumplidos los veintitrés años, era Fernanda una moza de opulenta hermosura, flor de la ibérica raza, traslado y reproducción femenina de su padre, de quien tenía los ojos negros y la mirada quemadora, la riqueza sanguínea, el cuerpo espigado, el andar resuelto, la terquedad aragonesa batida en el yunque riojano.
Era el amigo un hombrachón espigado, fuerte, como de treinta años largos, con trazas de marino, por su traje azul y lo curtido del rostro.
Y deteniendo a un joven espigado, pulcro, bien afeitadito, vestido con esmero y elegancia, que de un cercano grupo se desprendía, le dijo: Querido Juan, ven acá.
Bien se le traslucía el cansancio en la palidez del rostro, y también en la inclinación de su cuerpo, ya no tan espigado como cuando nos vino de Inglaterra radiante de esperanzas.
De tres personas no más constaba la caravana que hemos venido persiguiendo, y era jefe o capitán de ella un sujeto espigado y enjuto, en quien podría verse la reproducción exacta de D.
Él mismo, cuando no ocultaba su calvicie con seis pelos llenos de pomada, cuando no se teñía el bigote, cuande andaba derechito y espigado por la poca pesadumbre de los años, había sido un Tenorio formidable.
Fadrique trece años, pero estaba muy espigado.
Él mismo, cuando no ocultaba su calvicie con seis pelos llenos de pomada, cuando no se teñía el bigote, cuando andaba derechito y espigado por la poca pesadumbre de los años, había sido un Tenorio formidable.
No se hizo repetir la invitación la Pelirroja, y empujando briosamente la puerta, penetró en la sala ondulando su cuerpo gentil y espigado, y penetrado que hubo, exclamó con acento de zumba, dirigiéndose a su prima:.
Cañuela, a pesar de sus débiles fuerzas -tiene nueve años, y su cuerpo es espigado y delgaducho-, ha terminado felizmente la empresa de apoderarse del arma, y sentado en el borde del lecho, con el cañón entre las piernas, teniendo apoyada la culata en el suelo, examina el terrible instrumento con grave atención y prolijidad.
No las prendas humildes que vestía, sino aquel cuerpo suyo espigado, flexible, ondulante, aquel talle prodigioso, su cuello grácil y tornátil que distanciaba armónicamente el rostro del seno, sus piernas cuyo robusto dibujo delataba lo dúctil de la urdimbre, sus brazos largos y bien modelados, su pie arqueado y breve, el perfume a limpieza y a juventud que manaba de todo su ser y la expresión dulce y picaresca de su rostro a la sazón pálido, hicieron que todos los hombres dejaran escapar, en honor suyo, unos, resonantes suspiros, otros, una exclamación, otros, algún que otro ardiente piropo.
Media hora después, cuando nuestro héroe volvió a montar en su caballo, llevaba aprendido de labios del tío Antón todo cuanto deseaba conocer de la vida de Dolores: cómo la liviana pasión de ésta con el hijo del amo del lagar de Pizarrozo había tenido por resultante un rapaz, a la sazón un chavalete alto y espigado como un pino, cómo a la muerte de sus tíos -su único amparo en su desventura- había tenido que trabajar para ella y para su hijo en el lagar de los Puchetas, cómo envejecida, además de por el tiempo, por la lucha había perdido todos sus encantos, y cómo ya aquella imagen que aún de vez en cuando surgía de entre sus recuerdos gallarda y tentadora no era más que una hembra de cuerpo duro y filamentoso, de semblante renegrido y aviejado, incapaz de despertar un solo pensamiento de amor, y sí sólo una compasión infinita.
Luego vinieron los regalitos, a los pequeñuelos descalzos, con los pies llenos de mataduras, les puso Floriana por su mano alpargatitas nuevas, a una niña muy aplicada que en pocos días había aprendido a deletrear, obsequió la Maestra con una pepona muy lozana, con camisa, y chapas de bermellón en los mofletes, a un rapaz espigado y listo, que ya trazaba úes y emes con rara perfección, le regaló una cajita de colores, pincel y lapicero.
Era el amigo un hombrachón espigado, fuerte, como de treinta años largos, con trazas de marino, por su traje azul y lo curtido del rostro.
Pronunció unas palabras cabalísticas y el espigado animal quedó transmutado en una fiera de belleza singular.
Al convalecer el especiero, Pedrete era un semihombrecito, espigado, flaco, en la crisis del crecimiento, que les consume.
No era ningún ayudante de dorada cordonadura, ningún húsar de arqueado pecho, éstos se chuparían quizá los dedos tras la generala, más no sabían consagrarle la silenciosa devoción que le consagraba Rodriguito Osorio, hijo mayor de la marquesa de Veniales, mozo espigado ya.

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