Ejemplos con espadachines

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

A Shinyukan se lo conocía por haber matado muchos espadachines con esta arma, hasta que se enfrento a Araki Mataemon quien lo hizo entrar en un bosque de bambú, donde, por el entorno, no pudo hacer girar la cadena para atrapar la espada de Maraemon, y por lo tanto murió en combate.
Ahí es testigo de una pelea entre dos maestros espadachines, siendo el premio la posesión de una Kandachime, una espada que puede tomar forma humana.
Esta combinación de armas se usaba de a menudo contra las formaciones de piqueros y alabarderos, ya que los espadachines podían esquivar las mortíferas picas e infiltrarse en las formaciones para diezmarles desde adentro.
Los estalianos producen un buen acero y sus habilidosos espadachines son conocidos en todo el Viejo Mundo.
Sin embargo, Zoro ha tenido otras derrotas, contra oponentes que no son espadachines.
Los espadachines le enseñarán ataques ascendentes y descentes con la espada, vitales para derrotar ciertos enemigos.
Su adversario, el francés Jean Maurice Perronet, era uno de los mejores espadachines del mundo.
Tribalmente aliados con los Pashtunes, los Tanoli participaron en las guerras fronterizas con los británicos y, en el análisis de Charles Allen de esas guerras, los Tanoli son describidos como extremadamente hostiles y bravos y duros y contados como los mejores espadachines en Hazara.
Janess, hija de Murbella y Duncan Idaho, asume el liderato de las Valquirias y recupera las técnicas de los Maestros Espadachines de Ginaz en honor a su padre.
Bajo el mando de una de sus hijas, Janess Idaho, las fuerzas especiales de la Madre Comandante, las Valquirias, han añadido a su entrenamiento las artes de los Maestros Espadachines de Ginaz, en honor a su padre Duncan Idaho.
Jool Noret, hijo de Zon, su exhaustivo entrenamiento con Chirox le convierte en una leyenda que propicia el nacimiento de la escuela de los Maestros Espadachines de Ginaz.
Su hijo Jool Noret, mercenario guerrero del planeta Ginaz, empieza a sentar las bases de lo que será la escuela de Maestros Espadachines de Ginaz.
A pesar de que es Un espadachín sobre todos los espadachines del mundo, Mihawk tiene los pies en la tierra.
Las tropas castellanas del Gran Capitán combatían también a los piqueros con una tropa de espadachines provistos con rodelas.
Se incorporó un casco que les tapaba los ojos casi por completo, teniendo tan solo una pequeña ranura, con el fin de que los uruks parecieran más aterradores, además, para que el ejército tuviera una organización mayor que la de los orcos y para que todos los uruks no fueran iguales, los diseñadores establecieron distintas especialidades, diferenciadas principalmente por el casco: el de los fanáticos o berserkers lleva una cresta de capitán en la parte superior, el de los espadachines tiene pinchos en la parte delantera para atacar a su contrincante, la ranura del de los lanceros les obliga a mirar hacia arriba y agacharse para luchar, y el de los zapadores tiene un escudo que cubre la nuca para protegerles de las rocas que cayeran tras la explosión del muro de Cuernavilla.
Es también uno de los dos espadachines a bordo de la tripulación, aparte de Zoro.
Estos espadachines infernales son unos enemigos con un nivel muy superior al habitual en el punto del juego en el que aparecen.
En torno de los arcabuceros y piqueros españoles de amarillo coleto, marchaban los espadachines italianos de capa negra y los lansquenetes alemanes con acuchilladas calzas y pesadas alabardas.
Por una verdadera irrisión social, estos señoritos calaveras son espadachines y tiradores muy temibles.
Entre la muchedumbre de hombres hechos, bullían mozos en formación para personajes, estudiantones ávidos de aprender, que se ejercitaban en la intelectual esgrima, tirando a perorar y a discutir con los espadachines mayores, los había también tímidos, que laboraban en la muda gimnasia de la observación y la lectura.
Aún se recrea en su sala de armas tirando un rato con los amigos, y aún vienen en busca de sus lecciones espadachines muy afamados.
Eran todos ellos montañeses tostados por el sol y curtidos por la inclemencia en medio de su vida aventurera y nómada, espadachines a sueldo y devoción de quien mejor pagase, y materia dispuesta para cualquier servicio especial que se les cometiese, y cuyo buen desempeño solía responder ordinariamente a la confianza que se les exigiera, bien que en armonía siempre con el premio que se estipulara, como prenda y galardón del mismo, instrumentos templados a son de oro, preparados siempre a una batida en cualquier encrucijada con las rondas volantes de S.
El señor don Felipe II no es el señor don Carlos: nuestro Rey actual hace de la Iglesia y de la Inquisición su principal columna, y no hay cosa que no se les acuerde ¡tempora mutantur! y estos espadachines de la antigua escuela se han olvidado de que hoy no tienen ya a su impío Patrón.
Fama es que los diestros matones y espadachines de su tiempo no alcanzaban a parar una estocada que él había inventado y a la que llamaba, aludiendo a su siniestro éxito, el golpe sin misericordia.
Yo ruego a Vuestra Alteza que, por si acaso, no salga solo nunca y, sobre todo, que evite a los espadachines de la casta de ese Prunkay, que andan siempre buscando quimera.
Entre la muchedumbre de hombres hechos, bullían mozos en formación para personajes, estudiantones ávidos de aprender, que se ejercitaban en la intelectual esgrima, tirando a perorar y a discutir con los espadachines mayores, los había también tímidos, que laboraban en la muda gimnasia de la observación y la lectura.
farsantes, espadachines y rameras, jamás tienen un real, ni para en su poder.
Nada pescaron tampoco aquellos linces de pluma, del ingenioso y breve diálogo sostenido entre Pepe Guzmán y su predilecta amiga, formando la más gallarda y distinguida pareja que podía imaginarse, en el cual diálogo se parafraseó, con toda la discreción y gracia posibles, y no sacado a plaza por la interlocutora, sino por el sagaz interlocutor, el tema aquel que Sagrario confió al oído de su amiga, y se insinuaron, quizá en virtud del calor y motivo de la fiesta, las primeras estocadas del consabido duelo pendiente entre estos dos expertos espadachines de la intriga galante.
Por aquí, dos pugilistas se hacen saltar los ojos a puñetazos, por allí un par de espadachines se atraviesan el cuerpo con una doble estocada, y cayendo sin vida, dejan sus armas a los testigos que continúan la pelea, despachando dos o tres al otro mundo, y van a acabar aquel negocio bebiendo sendos tragos en honor de los difuntos.
»El general d'Epinay pasaba por uno de los mejores espadachines del Ejército.

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