Ejemplos con esbeltas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Tiene patas esbeltas y membranas delgadas en los dedos de sus patas posteriores.
Trata de un templo de fachadas historicistas que combinan elementos neorománicos con un enorme ventanal neogótico y dos esbeltas torres gemelas en donde se encuentra el campanario.
Todas las razas ibéricas suelen tener formas redondeadas y no esbeltas, con la cola insertada baja.
Sobre los ángulos se levantan cuatro esbeltas torres miradores.
Figueroa, en dos cuerpos de altura: el bajo, con rico arco mixtilíneo ribeteado por baquetones y molduras barrocas, a ambos lados presenta dos esbeltas columnas sobre zócalo, con fustes decorados con fajas y estrías y capiteles toscanos, sobre las que sitúa un dinámico entablamento con friso dórico adornado con triglifos y metopas.
Debe presentar una apariencia maciza aunque de líneas esbeltas y deportivas.
Las fachadas interiores están moduladas por una serie de esbeltas columnas de fundición que marcan la separación entre las naves.
De hecho, la Puerta de Serranos está inspirada en la Puerta Real del Monasterio de Poblet, aunque son más esbeltas y ornamentadas y presentan una más eficaz capacidad defensiva.
Está compuesta de una nave central larga y anchurosa a la que cruza en su penúltimo quinto otra nave más corta y de análoga anchura, acompañándola en sus tres primeros quintos otras dos naves laterales de media anchura separadas de ellas por esbeltas columnas exentas, en las que, así como en las encajadas en los muros y sus ángulos, apoya una serie de arcos apuntados sobre los que descansan las cuatro bóvedas de crucería que cubren la porción más antigua y los nueve casquetes esféricos que cubren la porción menos antigua.
Las bóvedas son ojivales, muy esbeltas.
El interior es de esbeltas proporciones y conserva algunos retablos muy estimables, de la misma época.
Al exterior, el ábside se levanta sobre un pequeño podium y muestra una articulación de tres paños, producida por dos esbeltas columnas que enlazan directamente con la cornisa.
En el primer cuerpo, en marcan la entrada principal, con arco de forma polígonal, seis esbeltas columnas exentas sobre pedestal sesgado, terminando en capiteles corintios.
Tiene planta de salón, típica de las iglesias de Castilla del siglo XVII con esbeltas naves que dan sensación de grandiosidad.
Éste alberga unas esbeltas columnas de gran belleza que son prueba de la unión del arte nazarí y renacentista.
El templo tiene una gran fachada de piedra labrada que sirve de marco a una monumental portalada barroca de dos cuerpos flanqueados por esbeltas columnas salomónicas exentas, el cuerpo superior está formado por una hornacina con la imagen de San Bartolomé.
Zócalo de azulejos, bóveda de cañón, y una pareja de esbeltas columnitas exentas, con capiteles corintios y dorados sostiene el cornisamiento, y sobre él, el arco fajón con el intradós decorado.
Arquitectos navales construyeron veloces y esbeltas goletas y balandras.
La joya del monasterio es el claustro de arcos tímidamente apuntados sobre esbeltas columnas pareadas y capiteles finamente trabajados con motivos vegetales en tres de las cuatro crujías, albergando a veces cogollos o bolas.
El segundo cuerpo se dispone con tres hornacinas, la central de mayores dimensiones, se remata con pirámides esbeltas y bolas.
Baudelaire aludió a este grabado en Les Phares, en Les fleurs du mal y en su árticulo sobre Goya, reflexionando sobre lo que llamó el sabat de la civilización: las blancas y esbeltas españolas que se lavan y se arreglan con viejas sempiternas para el sabat y para la prostitución de la noche.
Las flores se producen en espigas que aparecen en mayo-julio y son esbeltas con los sépalos alados.
Las marmosas esbeltas pueblan la región neotropical desde Panamá hasta el norte y este de Sudamérica.
Marmosops es un género de marsupiales de la familia Didelphidae, conocidos vulgarmente como marmosas esbeltas.
Gozábase en abrumar con su superioridad de forastera a las señoras de la isla que no sabían francés, escuchaba a la escritora sus líricos elogios de la originalidad de este paisaje africano, con sus blancas casitas, espinosos cactos, esbeltas palmeras y seculares olivos, que tan rudamente contrastaba con el armónico orden de las campiñas de Francia.
Eran esbeltas mujeres morenas, llevando sobre la trenza y el blanco rebocillo un ancho sombrero de paja con cintas colgantes y ramos de flores silvestres, hombres vestidos de dril rayadola llamada tela mallorquína, con fieltros echados atrás que parecían una aureola negra o gris en torno de sus rostros afeitados.
Banderas de todas las nacionalidades ondeaban en las popas de los buques, los nombres más exóticos é impronunciables lucían en sus costados, y entre las chimeneas apagadas y negruzcas, erguían los veleros las esbeltas cruces de sus arboladuras, en el espacio azul.
Y continuó la conversación entre el ama y la sirvienta, mientras ésta, con delantal blanco y haciendo crujir los bajos almidonados y tiesos de su saya, iba del aparador a la mesa, colocando el centro de plata Meneses con sus grupos de flores, las pilas de platos de charolada blancura, las botellas talladas del agua y el vino, y las copas esbeltas, casi aéreas, con su pie azul, y tan frágiles, que sobre el mantel no trazaban sombra alguna.
En la ciudad, los vidrios de los altos balcones y de las esbeltas torrecillas destacábanse sobre la masa obscura de los edificios como placas de fuego.
Por algunos huecos del caserío se ven horizontes esteparios y luminosos, tapias de cementerios coronadas de cipreses, esbeltas chimeneas de fábricas como palmeras sin ramas, grandes extensiones de terreno mal sembrado para pasto de las burras de leche y de las cabras.

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