Ejemplos con enérgico

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La isla, sedienta y empolvada durante gran parte del año, parecía repeler por todos sus poros esta exuberancia de lluvia invernal, como un enfermo repele el medicamento enérgico y tardío de difícil asimilación.
Las anchas bocas de los pantalones cimbreábanse a un lado y a otro con el rápido movimiento de los saltos o el enérgico pateo que hería la tierra levantando nubecillas de polvo.
Por lo tanto, era menester apelar a un procedimiento rápido y enérgico, nos escaparíamos, pediríamos luego, por carta, perdón y consentimiento a nuestros padres, y a la postre, para evitar el escándalo, todo se arreglaría a pedir de boca.
El canónigo fumaba un cigarro largo y fino, yo, un cazador, ese tabaco oscuro, velloso y de sangre, tan enérgico, sutil y esencial provocador de ideas e imágenes que, a veces, sustituye con ventaja los beneficios del trato humano, sin sus inconvenientes y molestias.
Temíamos que, renunciando el pintor a casi todas sus ventajas indiscutibles, al paisaje, al diálogo, al provincialismo, a lo más enérgico y característico de su manera, renunciase por el mismo hecho a sus mayores triunfos.
Adivinó lo que iba a decir Ferragut, sus protestas de eterna pasión, sus ofrecimientos de unir su vida a la de ella para siempre, y cortó sus palabras con un gesto enérgico.
Dudó, se llevó una mano a los ojos, como si quisiera aclarar su visión con enérgico restriego.
Ensayaremos un revulsivo enérgico, veremos de desviarlo.
Brotó entonces del grupo de inglesas ese enérgico silbido que en todos los idiomas significa: ¡Silencio!: cállense ustedes, y oigan, o dejen oír siquiera.
Cual si a aquella voz vibrante se despertase la memoria del desdichado hijo, volvió pies atrás, fue derecho a Lucía, y sin pronunciar palabra cogiole las dos manos, y las prensó entre las suyas, con enérgico y mudo apretón.
La obstinación de Pablo, cuyo origen comprendía yo, me causó pena, porque me reveló un carácter apasionado y enérgico, en el que la contrariedad, lejos de estimularle, le causaba desaliento, y en el que el desaliento producía la desesperación.
Año tras año, cada diez de octubre, aniversario glorioso de aquel día sublime, Martí dejaba oír su pintoresco, brillante y enérgico lenguaje, flores tristes y lanzas enlutadas que él depositaba a los pies de los héroes muertos.
La mecedora de Lucía, más echada hacia adelante que hacia atrás, cambiaba de súbito de posición, como obediente a un gesto enérgico y contenido de su dueña.
Aun en medio de su angustia, encontró el gesto enérgico y sus antiguos votos de soldado para rechazar a los enemigos.
Tía Tomasa, la jardinera, con su carácter enérgico y emprendedor, trajo una mujer de fuera de la catedral para que diese su pecho al enfermo.
Entre las cortinas de árboles enanos que ensombrecían los caminos vibraban cencerros y campanillas, y cortando este alegre cascabeleo sonaba el enérgico animando a las bestias reacias.
Volvió a ser el hijo de la huerta, altivo, enérgico é intratable cuando cree que le asiste la razón.
Era un varón enérgico, emprendedor, avezado a la lucha para conquistar el pan.
Consiguiólo al punto, al oír la dama el nombre de masones, apagóse en el acto su ira y llenóse en cambio de un espanto casi pueril, extraño en un carácter de tan enérgico temple.
Fogosísimo brinco de Leopoldina Pastor, que esperaba la plaza, y enérgico ¡Indecente! que revolotea anónimo en el aire sin saber dónde posarse Carmen Tagle se desternilla de risa La agraciada guarda majestuoso silencio, compónese las gafas de oro y proyecta reparar en la retórica de Marco Tulio la parte preceptiva de los documentos oficiales La duquesa de Astorga la felicita sin pizca alguna de malicia Tras el telón, Butrón espera, Pulido teme, el tío Frasquito medita Diógenes ha encontrado junto a la pared un cordelito que parece bajar del techo y lo examina detenidamente La marquesa de Butrón concluye:.
El aspecto, la voz, el enérgico desprecio de aquel reto sobrecogieron a Jacobo por un momento, recobrando, sin embargo, bien pronto su audacia, replicó lleno de rabia:.
En vano le hizo presente Velarde el ridículo inmenso que atraería aquel duelo sobre Villamelón, sobre ella, sobre él mismo, había ya Currita tirado su programa, y su espíritu inquieto, arrastrado siempre por mil objetos que le atraían sin satisfacerle, habíase fijado en aquel duelo que ansiaba ver realizado con esa fuerza expansiva del vapor comprimido que caracteriza los deseos en las almas de temple enérgico.
El carácter enérgico de Manolita se sublevó al convencerse de la nueva infidelidad de Rafael.
El enérgico gesto de su madre le dio a entender que no consentía auxilios que lastimasen su amor propio.
La torre del reloj, cuadrada, desnuda, monótona, partiendo el edificio en dos cuerpos, y éstos exhibiendo los ventanales con sus bordados pétreos, las portadas que rasgan el robusto paredón, con sus entradas de embudo, compuestas de atrevidos arcos ojivales, entre los que corretean en interminable procesión grotescas figurillas de hombres y animales en todas las posiciones estrambóticas que pudo discurrir la extraviada imaginación de los artistas medievales, en las esquinas, ángeles de pesada y luenga vestidura, diadema bizantina y alas de menudo plumaje, sustentando con visible esfuerzo los escudos de las barras de Aragón y las enroscadas cintas con apretados caracteres góticos de borrosas inscripciones, arriba, en el friso, bajo las gárgolas de espantosa fealdad que se tienden audazmente en el espacio con la muda risa del aquelarre, todos los reyes aragoneses en laureados medallones, con el casco de aletas sobre el perfil enérgico, feroz y barbudo, y rematando la robusta fábrica, en la que alternan los bloques ásperos con los escarolados y encajes del cincel, la apretada rúa de almenas cubiertas con la antigua corona real.
Y diciendo , hizo con el brazo derecho un raudo y enérgico movimiento, y le descargó tan de lleno la mano sobre la cara, que la otra no pudo resistir el impulso, y dando un grito, se cayó al suelo.
A los quince días de este enérgico tratamiento, mejoró visiblemente, y su hermano y médico estaba muy satisfecho.
No sólo parecía recobrado de su debilidad, sino que estaba inquieto, ágil y como si acabara de tomar un excitante muy enérgico.
Apartola él lejos de sí con enérgico ademán, y siguió dando aquellos pasos tragicómicos sin orden ni concierto.
Más enérgico, más intencionado, más claro que los restantes, brotó este grito:.

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