Ejemplos con envilecimiento

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Ningún romano fue capaz de comprender que la decadencia del Imperio era consecuencia de la injerencia estatal en los precios y del envilecimiento de la moneda.
¡Cuántos sofismas! ¡Previendo la caída, me decía a mí misma que él no podía querer ni envilecimiento, pensaba confiarme a él para no practicar un acto de soberbia atribuyéndome exclusivamente la capacidad de regular nuestro amor!.
Y a más de esto, la amenaza material: el terror de la hoguera inspirando la cobardía y el envilecimiento a los hombres ilustrados.
Escuché aquello con verdadero asombro, le hice mil preguntas, le hablé de quien era mi padre, de mi familia dudé, volví a preguntarle, y sacamos en limpio que Pepe García, el vizconde de Manjirón, mi amante, era el hijo de mi tutor, de don Ulpiano, el hijo del hombre que había causado mi desgracia y mi envilecimiento.
De entre aquel envilecimiento general únicamente solía alzarse de cuando en cuando la protesta de algún espíritu valiente, magistrado, predicador o literato que condenaba tanta vergüenza: por ejemplo, la voz honrada y atrevida del obispo de Granada, don Garcerán Albanel, que osó denunciar a Felipe IV los abusos del Conde-Duque y la pluma del gran Quevedo.
¿Qué hacía allí, cerca del huerto del judío? ¿Cómo había llegado tan lejos? Su honradez primitiva le hizo avergonzarse de este envilecimiento, é intentó ponerse en pie para huir.
Por no separarse de su mujer, a cambio de las migajas de su amor, sufría aparentando desconocer su vilipendio, se burlaba de otros maridos infortunados, pretendiendo garantizar con la osadía la falta de vergüenza, hizo papel de engañado, y así, insensiblemente, fue pasando de la debilidad a la costumbre y de la costumbre al envilecimiento, hasta ser un ejemplar extraordinario, un caso de ceguera moral inverosímil y absurdo.
He aceptado la desdicha por no doblegarme al envilecimiento, y, huyendo de reconocerme perjuro, he parado en ser apóstata.
Reconocime y me encontré estúpido, pero la vergüenza, motivada por el recuerdo de mi envilecimiento, vino más tarde.
A menos de querer la esclavitud y el envilecimiento de los hombres, como lo.
Descúbrense a sus plantas los dos reos inclinados bajo el peso de su crimen: hállanse ambos en la primavera de sus días, ambos parecen también la gala del mundo entero, y son, sin embargo, su envilecimiento y su oprobio.
Cuando el hombre digno empieza a despertar recelos, el envilecimiento colectivo es grave, cuando la dignidad parece absurda y es cubierta de ridículo, la domesticación de los mediocres ha llegado a sus extremos.
Ésa es la vía del envilecimiento.
El trabajo, creando el hábito del esfuerzo, sería la mejor escuela del carácter, pero la sociedad enseña a odiarlo, imponiéndole precozmente, como una ignominia desagradable o un envilecimiento infame, bajo la esclavitud de yugos y de horarios, ejecutado por hambre o por avaricia, hasta que el hombre huye de él como de un castigo: sólo podrá amarlo cuando sea una gimnasia espontánea de sus gustos y de sus aptitudes.
Algunos excesos de bondad no podrían distinguirse del envilecimiento, hay falta de justicia en la moral del perdón sistemático.
No puede doblar la realidad a sus ideales, pero los defiende de ella, procurando salvarlos de toda mengua o envilecimiento.
pudiesen sumergir en una atmósfera semejante de asqueroso envilecimiento.
Precisamente en la época de que vamos hablando, era un mezquino hacinamiento de chozas pobres y miserables, guarida de pecheros empobrecidos por los tributos, embrutecidos por la ignorancia y enervados por la inacción y el envilecimiento más abyecto.
-No es así como deben estar los héroes en presencia de sus príncipes, dijo al cuadrillero Alfonso, con cierta severidad no exenta de conmoción al propio tiempo: nada de envilecimiento que aniquile la dignidad del hombre, el cual comete en ello una falta grave, abaratando un tesoro que se le ha confiado, para que no abuse ni disminuya el tipo de sus quilates.
Es el envilecimiento y la.
El cacique de ''Huansa'' y ''Carampoma'' se negó tenazmente a cumplir una orden que humillaba la dignidad de los suyos, y en la imposibilidad de oponer resistencia al despótico mandato, prefirió a ser testigo del envilecimiento de sus súbditos, enterrarse en una cueva, cuya boca hizo cubrir con una gran piedra labrada.
un hombre de raza maldita por Dios y que expía el crimen de deicidio con su dispersión y envilecimiento.
Ha llegado el tiempo del envilecimiento o del retroceso, y tú me das el ejemplo.
Si hemos de creer a testigos presenciales cuya veracidad no debe ponerse en duda, Gloria mutatis mutandi dijo también que al penetrar con ánimo valeroso en el laberinto de desvergüenzas, engaños, groserías y envilecimiento que con tanta gracia pinta la literatura picaresca, no podía menos de considerar a la sociedad del siglo XVII como una sociedad artista en la imaginación, pero caduca en la conciencia, y que comprendía el decaimiento de la raza española, que a la sazón no conservaba más virtud que un heroísmo ciego, virtud no suficiente a suplir la falta de un sentido moral puro y de una religiosidad sencilla y desnuda de superstición.
A pesar de la cobardía, a pesar de la abyección y del envilecimiento que deprimen el carácter de las masas, no se dio entero crédito a la calumnia de los amigos del pueblo.
Iban llegando los sargentos por la tarde, antes de la retreta, en grupos de dos o de tres, y Chaves los presentaba a Moriones, el cual poseía como nadie el don orgánico, les hacía ver el principio de reivindicación a que obedecía el acto de indisciplina, les explicaba la imposibilidad de remediar por otros medios el envilecimiento a que había llegado la Patria.
Con la discreción más sutil traté de sonsacarle quién era ella y el por qué y el cómo de tal envilecimiento, pero no quiso clarearse, demostrando en ello más marrullería que demencia, y una grande habilidad para eludir las contestaciones concretas.
«que él no daba aquel paso por vengar agravios personales, sino por sacar a la Patria de su envilecimiento.
En todas las cuestiones de sentimiento, de honra, de delicadeza y de conciencia, la mujer ha mostrado que llega a donde puede llegarse apenas se la ha sacado del envilecimiento en que yacía.
grande envilecimiento, y doy gracias a Dios de que me librara pronto.

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