Ejemplos con entinté

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

-Sea por amor de Dios -dijo don Diego de Noche- que esto me faltaba por oír. Mas en pago de mi paciencia os ruego que os lastiméis de mí, pues en vida siempre andaba cerniendo las carnes el invierno por las picaduras del verano, sin poder hartar estas asentaderas de griguescos, el jubón en pelo sobre las carnes, el más tiempo en ayunas de camisa, siempre dándome por entendido de las mesas ajenas, esforzando con pistos de cerote y ramplones desmayos de calzado, animando a las medias a puras sustancias de hilo y aguja, y llegué a estado en que viéndome calzado de geomancia, porque todas las calzas eran puntos, cansado de andar restañando el ventanaje, me entinté la pierna y dejé correr. No se vio jamás socorrido de pañizuelos mi catarro, que afilando el brazo por las narices, me pavonaba de romadizo, y si acaso alcanzaba algún pañizuelo, poque no le viesen, al sonarme me rebozaba, y haciendo el coco con la capa, tapando el rostro, me sonaba a escuras. En el vestir he parecido árbol, que en el verano me he abrigado y vestido y en el invierno he andado desnudo. No me han prestado cosa que haya vuelto, hasta espadas, que dicen que no hay ninguna sin vuelta: si todos me las prestasen, todas serían sin vuelta. Y con no haber dicho verdad en toda mi vida, y aborrecídola, decían todos que mi persona era buena para verdad, desnuda y amarga. En abriendo yo la boca, lo mejor que se podía esperar era un bostezo o un parasismo, porque todos esperaban el , y así estaban armados de respuestas, y en despegando los labios, de tropel se oía: , «Dios_le_provea», , «Yo_me_holgara», . Y fui tan desdichado que a tres cosas siempre llegué tarde: a pedir prestado llegué siempre dos horas después, y siempre me pagaban con decir: llegara v. m. dos horas antes, se le prestara ese dinero. A ver los lugares llegué dos años después, y en alabando cualquier lugar me decían: . A conocer y alabar las mujeres hermosas llegué siempre tres años después, y me decían: . Según esto fuera harto mejor que me llamaran don Diego Después que no don Diego de

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