Ejemplos con enredo

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

A menudo, sinonomizado con Calamospondylus como parte de un enredo taxonómico largo y confuso, aunque no hay material comparable entre ambos géneros.
La colisión causa que a Arthur se le caiga una bolsa llena de pociones mágicas, y entre todo el enredo de latas dispersas, accidentalmente una de ellas se cambia con la lata de soda de Masaharu.
Este no logra sostener la tensión dramática ni por otra parte evitar los lugares comunes, y cae en estereotipos: padre y marido rígidos, nieta enamorada de un muchacho del bando opuesto, hermano tarambana pero de buen corazón, mujer rebelde frente a un marido conservador, las disputas y las reconciliaciones familiares, y la incapacidad de las Naciones Unidas para solucionar un enredo político y burocrático que somete a una familia.
En cuanto a los episodios de este gran poema épico se hallan perfectamente unidos al asunto, es decir, a la principal acción y el enredo o nudo de esta epopeya es de una sorprendente habilidad, con arreglo al recurso de introducir lo maravilloso en los mismos.
El enredo concluye cuando Nini marshall y Susana Campos se enteran las travesuras que realizaba Mabel Manzotti con su novio ella despechada contó todo lo que hacían sus maridos y los pescaron infraganti bailando y tomando wisky con la bella y ehotica bailarina Ana María Montero.
Worldwide Word: Este enredo de letras se basa en descubrir ciertas palabras ocultas en una frase destinada, es mas para jugadores expertos ya que no es facil de completar.
Como tienen un gran parecido físico, esto produce que durante un enredo se intercambien, todo sumado al secuestro de uno de los embajadores, producirá una crisis política mundial.
El piano quedó cautivo en la Aduana, mientras se resolvía el enredo de ciertos escrúpulos administrativos, y los viajeros fueron a alojarse en una posada, alquilando después la finca de , inmediata a Palma.
¿Verdad, Fabriciano, que sólo venimos a deshacer ese enredo?.
El juez Ferpierre, no, obstante los nuevos procesos y los nuevos misterios sometidos a su averiguación, fue entre todos el que más conservó el recuerdo: demasiado graves habían sido sus preocupaciones, demasiado penoso su despecho de no haber sabido ver claro en aquel enredo.
No era un enredo vulgar para satisfacción del sexo: era una pasión que endulzaba el ocaso de su madurez y le hacía soñar y sentir a los cincuenta años, con una intensidad que le retrogradaba a la juventud.
La repentina marcha de Jacobo habíale alarmado, temiendo que ocultase tras de ella algún enredo que perjudicase a sus trabajos políticos, y fingiéndose enterado de lo que deseaba saber, proponíase arrancar con maña a la dama el hilo del ovillo.
Los olfatos más diestros en aquello de seguir la pista a un enredo pusiéronse al punto en movimiento, y a poco quedó averiguado que Jacobo había tenido la desfachatez de convidar al viejo duque, y el noble anciano el decoro de negarle la demanda.
Aquella misma noche, sin despedirse de nadie, sin dar a persona alguna razón de su marcha, ni dejar sospechar siquiera el fin de su viaje, saldría para Italia, avistaríase en Caprera con Garibaldi, que le había iniciado en otro tiempo en las logias de Milán, y ante él trataría de justificar el secuestro de aquellos documentos, inventando un embuste, una historia, un enredo cualquiera, que viniese a sacarle de una vez de aquella situación falsa y angustiosa.
Cuando años más tarde, dice a su amigo don Francisco Sosa que en el plan de sus relatos no entra por mucho el enredo, y que para él la novela es historia , adivinamos que ha adoptado una idea de los Goncourt presentida ya en América por don Ricardo Palma.
El orden de sus juicios era el siguiente: ¿Cuánto tiempo duró el enredo de mi marido con esa mujer?, no lo sé.
La mente más segura no es capaz de seguir en su laberíntico enredo las direcciones de los vástagos de este colosal árbol de linajes matritenses.
Por pronto que se descubrió el enredo, no se pudo evitar que tu tío le estafase seis mil reales.
Esto que te cuento no es un enredo, es verdad.
Y este hombre, africano de nacimiento, lo mismo que el otro, mulato de La Habana, en vez de acudir cada cual a su vehículo respectivo, a fin de deshacer el enredo y facilitar el pasaje, con atroces maldiciones y denuestos se embistieron mutuamente, ciegos de furor salvaje.
Apartóse Sancho y dejóla ir, contentísimo de haber salido bien de su enredo.

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