Ejemplos con encumbrada

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Ella se mueve dentro de la clase social mas encumbrada, pero tiene una vecina, Julia, en cuya casa se celebran escandalosas reuniones en las que abundan las sesiones de sexo y las drogas.
Pertenecía por su cuna a la más encumbrada nobleza española, y a una familia que se había distinguido siempre por su valor, caballerosidad y pericia militar.
El altar mayor igualmente gótico en pequeñas torres y pedestales de armonía exquisita, todo en color dorado, nos muestra a los lados dos ángeles, cabello largo y rizado vestidos en tules blancos y azules que sostienen ciriales con lámparas: al centro está el sagrario en el que se guardan las sagrada reserva y copones con hostia consagrada, cubierto con unos mantos acordes al la liturgia del momento, por la misma dirección hacia arriba el santuario presenta cuatro nichos con las imágenes de: San Nicolás de Tolentino, la efigie soberna del Sagrado Corazón de Jesús en la parte más encumbrada, lado izquierdo la imagen de María en la advocación de nuestra señora de las nieves, sobrepuesto un crucifijo de regular tamaño en el espacio central entre el sagrario y el nicho del patrono del pueblo representa la imagen de Nuestro Señor de los Milagros decorado a la espalda con un sol brillante y unos ángeles ubicados paralelamente a cada lado con antorchas iluminan el ambiente sagrado.
Utilizada por Benedicto XIII y Clemente VIII como Basílica Pontificia, a las características constructivas del resto de estancias une el presbiterio formando ábside semicircular cubierto con una media cúpula de cascarón encumbrada sobre un arco toral y un pequeño ventanal situado en el centro del ábside que ilumina tensionalmente el espacio.
Pero ¿qué se le había de hacer? En cambio, se declaró aquella casa, desde entonces, el centro de la buena sociedad del pueblo, y a doña Juana se le caía la baba de placer con las atenciones de que era objeto: sinceras unas, es verdad, por tratarse de gentes no mucho más avisadas que ella, e hijas otras de la diabólica intención de dar pábulo a las majaderías de la encumbrada lugareña, pero interesadas todas, porque, al cabo, en aquella casa se bailaba mucho y se cenaba bien, lo cual en ninguna parte se desdeña en estos tiempos.
¿No cree usted, que a una muchacha que va a ser mayorazga y que ocupará posición muy encumbrada en la corte, se le debe dar cierta libertad?.
La circunstancia de ser elevado Pablillo a la encumbrada categoría de paje, cargo de que nunca fueron considerados dignos los rústicos engendros de la tía Nicolasa, acabó de exasperarla, pero no le fue posible manifestar su enojo, sino por medio de alguna reticencia en las barbas de Segarra.
Este tal Caballero de los Leones, que no ha mucho que se llamaba el de la Triste Figura, envía por mí a decir a vuestra grandeza sea servida de darle licencia para que, con su propósito y beneplácito y consentimiento, él venga a poner en obra su deseo, que no es otro, según él dice y yo pienso, que de servir a vuestra encumbrada altanería y fermosura, que en dársela vuestra señoría hará cosa que redunde en su pro, y él recibirá señaladísima merced y contento.
La fuerza de esa admonición es poderosa tratándose del flaco de espíritu, que no nació para sentir el peso de otra autoridad que la que se le impone de afuera y se contiene en una fórmula encumbrada sobre el tímido vuelo de su razón.
Al revés de la otra casa, el alcázar de la otra dinastía de Villavieja: la mansión de los Carreños, la menos vieja de todas las de la villa, con su poco de color en la fachada, vidrieras de a cuatro cristales, un jardinillo en la trasera, suelos firmes y a nivel y techos de cielorraso, la chimenea ahumando casi siempre, mucho ruido de sartén y mucho tufo de cocina, mucho barullo en todo, y para todo poco aseo, los muebles casi amontonados en la sala, los colores crudos y chillones, mucha jaula con pájaros de mucha voz y grande y sucio comedero, como el mirlo y el malvís entre otros, palomar en la buhardilla y mastín suelto en el portal, en fin, dinastía sin abolengo, plebeya, encumbrada por la fuerza del dinero y de la intriga en tiempos no lejanos.
¿Qué te diré yo ahora si de esa encumbrada región descendemos al mísero polvo de la tierra, a la masa vulgar de los mortales? Mira en tu casa, mira en tu calle, mira en la plaza, en la tertulia, en el paseo, y verás que cada hombre es una manía, cuando no un vivero de ellas.
Así conoció a Leticia Espinosa y a Sagrario Miralta, vástagos ambas de la más encumbrada aristocracia española, las cuales habían entrado en el colegio un año antes que ella.
Pero ¿qué se le había de hacer? En cambio, se declaró aquella casa, desde entonces, el centro de la buena sociedad del pueblo, y a doña Juana se le caía la baba de placer con las atenciones de que era objeto: sinceras unas, es verdad, por tratarse de gentes no mucho más avisadas que ella, e hijas otras de la diabólica intención de dar pábulo a las majaderías de la encumbrada lugareña, pero refinadas todas, porque, al cabo, en aquella casa se bailaba mucho y se cenaba bien, lo cual en ninguna parte se desdeña en estos tiempos.
cierto que esa palmera, encumbrada en aquel destierro como un índice hacia.
Además, recientes informes obtenidos por esta Comisión de la Jefatura de Policía, dan cuenta de que los supuestos «expertos» que cumplieron el rol de «asesores» de la familia, nunca revistaron oficialmente en las filas de la Policía, pese a que exhibían credenciales y que fueron destinados para la tarea por funcionarios de encumbrada graduación que la familia denunciante nombra en sus exposiciones.
Capricho de ricos nuevos, nostálgicos de su prosapia servil que al fin se encontraba encumbrada en la propiedad que sus tatarabuelos nunca hubieran podido poseer en los antiguos regímenes.
El poder educa, y Quiroga tenía todas las altas dotes de espíritu que permiten a un hombre corresponder siempre a su nueva posición, por encumbrada que sea.
Por último, viéndose ya doña Etelvina tan encumbrada y adiestrada en los trotes del fashion y del dandynismo, tuvo una idea que le dio sumo tormento.
se preparaban a nuevas victorias, el valor de los castellanos en el siglo XVI era la admiración de la Europa, el Nuevo Mundo la cuna de héroes y el trono de los Godos una encumbrada montaña que desdeñando la tierra se ocultaba entre el cielo.
Sí: a estas horas, en este lúgubre momento en que las sombras de la noche principian a caer sobre los templos católicos, como cayendo van sobre esta encumbrada sierra en que nosotros peregrinamos con tan religioso terror.
Tolomeo, después de admirar la obra del artista, observó que faltaba al monumento un último toque, y consistía en que su nombre de rey fuera esculpido, como sello que apropiase el honor de la idea,,en encumbrada y bien visible lápida.
-Alzad, le interrumpió Alfonso, rechazándole con visible enojo, ya os dije en otra ocasión que no es así en esa actitud servil como quiero yo ver a mis súbditos, cualquiera que sea la categoría que ocupen en la escala social: respetad al rey en su encumbrada esfera, pero reservad el culto para Dios, a quien únicamente corresponde, el hombre envanecido que admite ciega e ignorante idolatría de sus semejantes, cuando se arrastran como inmundos reptiles, comete una profanación o una herejía culpable.
La circunstancia de ser elevado Pablillo a la encumbrada categoría de paje, cargo de que nunca fueron considerados dignos los rústicos engendros de la tía Nicolasa, acabó de exasperarla, pero no le fue posible manifestar su enojo, sino por medio de alguna reticencia en las barbas de Segarra.
Como estás tan encumbrada, ya no te acuerdas de estos pobres.
Mujer que es tan heroyca y encumbrada.
Carmen lo siguió con singular valor y abnegación, y allí colaboró en el complicado plan de una intriga que había de elevar a su amante a la más encumbrada grandeza.
Luego me dijo: «Bien se le conoce el nacimiento, la estirpe que es, como tú dices, la más encumbrada del mundo».
Dicho esto por Catón, en algunos había hecho su discurso el efecto de inspirarles confianza, pero en los más, olvidados, puede decirse, al ver su impavidez, su grandeza de alma y su humanidad, de los peligros de aquella situación, teniéndole a él solo por su caudillo, invicto y superior a todos los casos de la fortuna, le rogaban que dispusiera de sus personas, de sus intereses, de sus armas, como le pareciese, porque más querían morir puestos en sus manos que salvarse haciendo traición a tan encumbrada virtud.
Además de esto, sobre aquel, que nada habría podido remediar aunque lo hubiera previsto, prevaleció Pisístrato, de manera que él quedó arrinconado, y la tiranía encumbrada, y éste, por el contrario, logró desechar y disolver una autoridad fuerte y dominante con el mucho tiempo que había durado, oponiendo quizá una virtud igual y una decisión semejante, pero teniendo mejor suerte y habiendo sido más eficaces sus esfuerzos.
Ignoro cómo llegó este oráculo dado a Eecion a oídos de los príncipes Baquíadas, a quienes antes se había dado acerca de las costas de Corinto otro oráculo oscuro, pero dirigido al mismo punto que el de Eecion, en estos términos: «Águila grávida sobre altos peñascos dará a luz un valiente león que corte las rodillas: atiende a ello, corintio, vecino de la linda Pirene, que moras en torno de la encumbrada Corinto.

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