Ejemplos con encono

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Pugnó siempre a contracorriente por la mejora e incremento de los planteles educativos en toda la gama de niveles y especialidades, lo que exacerbó el encono entre dos grupos regionales de políticos: los del Altiplano Potosino -desértico- con cabecera en Matehuala y los de la Huasteca Potosina donde radicaba el Cacique Gonzalo N.
No los llamaba para convidarlos a la deserción, no, les advertía el noble propósito de la lucha, y antes de comenzarla, él, el más débil, el que solo contaba con su esfuerzo, el que bien se daba cuenta de lo áspera y difícil que iba a resultar, en el momento en que el encono es más natural en el espíritu del hombre, proclamaba un ideal de fraternidad para con el adversario y de antemano quería asegurar para un mañana más o menos incierto, pero en el cual él tenía mucha fe, un programa de perdón, de ausencia total de rencores, de olvido de la lucha misma.
Al principio, por no parecer envidiosos, hacen como que la acatan: y, como que es de fuertes no temer, ponen un empeño desmedido en alabar al mismo a quien envidian, pero poco a poco, y sin decirse nada, reunidos por el encono común, van agrupándose, cuchicheando, haciéndose revelaciones.
Pero no era un hombre, no, el que con más insistencia, y un cierto encono mezclado ya de amor, miraba a Sol del Valle, y con dificultad contenía el llanto que se le venía a mares a los ojos, abiertos, en los que se movían los párpados apenas.
Peleáronse como dos rabaneras, lanzáronse a la cara verdades y calumnias, puñados de fango amasado con agua de Colonia, con el desparpajo y el encono de dos Marfisas o Bradamantes de cabo de barrio, dispuestas a agarrarse por el moño y rodar por la mullida alfombra, lo mismo que ruedan las otras por en medio del arroyo.
El furor y el encono de ambos crecieron de tal suerte, que ya no les bastaban para desahogarse los encuentros casuales, y solían buscarse para mover disputa y reñir y tratarse muy mal.
Y la buena Teresa, a pesar de su encono, sentíase dominada por la admiración que profesaba a su marido, aquel modelo, aunque le estuviera mal el decirlo.
Pepe, dominando cuantos resentimientos abrigaba contra su hermano y dando tregua al encono, como si aún fuera posible devolver a la casa la tranquilidad perdida, no hizo caso de aquellas palabras ásperamente pronunciadas.
Quedaba el recurso de dar libertad a su comprimido encono por medio de la palabra manifestada decorosamente y sin faltarse a sí mismo, pero aún le pareció prematuro este postrer recurso, que no debía emplear, según su juicio, hasta el instante de salir definitivamente de aquella casa y de Orbajosa.
Su encono contra Doña Blanca y contra Clarita no se mitigaba, a pesar de todo.
-Querida tía -dijo Rey, sintiendo que se disipaba su encono-.
Y usted, Asunción, a quien sin duda debo haber ofendido, según el encono con que me mira, adiós también.
Hombres, mujeres, niños, todos animados del mismo encono contra desfilaban con algazara, llevando en sus manos armas, trofeos, banderas, palancas, asadores, garrotes, andrajos enarbolados a manera de estandarte, todo lo que cada uno encontró más a mano y podía llevar con más desembarazo.
-Sí, me voy -contestó Martín, con la imponente serenidad del verdadero encono-.
A los arrebatos del encono sucedía el abatimiento del desengaño, ignorando al mismo tiempo si amaba aún a aquella infeliz o si la despreciaba.
El heroísmo cívico, la abnegación y esa tenacidad catoniana que brillan en algunos personajes de todas las revoluciones, la venalidad solapada, la traición, la sanguinaria crueldad y el encono vengativo que se han visto en otros, provienen de la pasión política.

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