Ejemplos con encierra

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Era una cadena infinita de evoluciones, de formas abortadas y de organismos triunfantes por la selección, hasta llegar al hombre, que, por un esfuerzo supremo de la materia que encierra su cráneo, sale de la bestialidad, se despoja de la envoltura animal de sus antecesores, a los que hace sus esclavos, y reina sobre el planeta.
, es decir, esperanzas convertidas en realidades, reflejos de aquella época que fué la juventud del autor, la mía, la de todos los que hoy van encaneciendo, sueños que, gracias al milagro de la imprenta y a la fantasía del narrador, jamás perderán su magia, muertos que vivirán siempre, artistas que conquistarán inextinguibles aplausos, sucesos idos que no pasarán nunca, retratos que no se borrarán jamás, frases, suspiros, notas, lineas, paises, aventuras, galanteos, puerilidades, llantos, risas, profecías, historias, toda un alma rica de ilusiones y de observación, de gloria y de sentimientos, toda una colección de años encerrados en un libro, siempre frescos y coloreados con su vigor primitivo, a la manera que el trasparente y bruñido cristal encierra en corto espacio olorosas y puras las mil flores cuyos gérmenes, esparcidos por el extenso llano, nacieron al beso del ardiente sol de un día de primavera.
¡Vaya unos santos más mal hechos y unas santas más flacuchas y sin forma humana!, ¡unas columnas más toscamente esculpidas! Sería de ver a alguno de estos sabios que escudriñan el de un monumento religioso, consagrándose a la tarea de demostrar a don Pedro que el pórtico de la Gloria encierra alta poesía y profundo simbolismo.
¡Oh pícaros de cocina, sucios, gordos y lucios: pobres fingidos, tullidos falsos, cicateruelos de Zocodover y de la plaza de Madrid, vistosos oracioneros, esportilleros de Sevilla, mandilejos de la hampa, con toda la caterva innumerable que se encierra debajo deste nombre pícaro! Bajad el toldo, amainad el brio, no os llameis pícaros si no habeis cursado dos cursos en la academia de la pesca de los atunes: allí, allí está en su centro el trabajo junto con la poltronería: allí está la suciedad limpia, la gordura rolliza, la hambre pronta, la hartura abundante, sin disfraz el vicio, el juego siempre, las pendencias por momentos, las muertes por puntos, las pullas a cada paso, los bailes como en bodas, las seguidillas como en estampa, los romances con estribos, la poesía sin acciones: aquí se canta, allí se reniega, acullá se riñe, acá se juega, y por todo se hurta: allí campea la libertad y luce el trabajo: allí van o envían muchos padres principales a buscar a sus hijos, y los hallan, y tanto sienten sacarlos de aquella vida, como si los llevaran a dar la muerte.
—Por cierto, señoras hermanas y compañeras mias, que nunca mi intento fué, es, ni será otro que daros gusto y contento en cuanto mis fuerzas alcanzaren, y así no se me hará cuesta arriba este juramento que me piden, pero quisiera yo que se fiara algo de mi palabra, porque dada de tal persona como yo soy, era lo mismo que hacer una obligacion guarentigia, y quiero hacer saber a vuesa merced que debajo del sayal hay al, y que debajo de mala capa suele estar un buen bebedor, mas para que todas estén seguras de mi buen deseo, determino de jurar como católico y buen varon: y así juro por la intemerata eficacia donde mas santa y largamente se contiene, y por las entradas y salidas del santo Líbano monte, y por todo aquello que en su proemio encierra la verdadera historia de Carlomagno, con la muerte del gigante Fierabras, de no salir ni pasar del juramento hecho, y del mandamiento de la mas mínima y desechada destas señoras, so pena que si otra cosa hiciere o quisiere hacer, desde ahora para entónces, y desde entónces para ahora lo doy por nulo, y no hecho ni valedero.
—Sabrá vuesa merced, señor mio, que en Dios y en mi conciencia todas las que estamos dentro de las puertas desta casa somos doncellas como las madres que nos parieron, escepto mi señora, y aunque yo debo de parecer de cuarenta años, no teniendo treinta cumplidos, porque les faltan dos meses y medio, tambien lo soy, mal pecado, y si acaso parezco vieja, corrimientos, trabajos y desabrimientos echan un cero a los años, y a veces dos, segun se les antoja: y siendo esto ansí, como lo es, no seria razon que a trueco de oir dos, o tres, o cuatro cantares, nos pusiésemos a perder tanta virginidad como aquí se encierra, porque hasta esta negra, que se llama Guiomar, es doncella.
Y, si es que mi buen intento merece ser agradecido con algún género de cortesía, yo os suplico, señor, por la mucha que veo que en vos se encierra, y juntamente os conjuro por la cosa que en esta vida más habéis amado o amáis, que me digáis quién sois y la causa que os ha traído a vivir y a morir entre estas soledades como bruto animal, pues moráis entre ellos tan ajeno de vos mismo cual lo muestra vuestro traje y persona.
Cuando las mujeres principales y las recatadas doncellas atropellan por la honra, y dan licencia a la lengua que rompa por todo inconveniente, dando noticia en público de los secretos que su corazón encierra, en estrecho término se hallan.
Este día señalaré yo con piedra blanca, por ser uno de los mejores que pienso llevar en mi vida, habiendo visto al señor don Quijote de la Mancha: tiempo y señal que nos muestra que en él se encierra y cifra todo el valor del andante caballería.
Dime, cabeza, por la virtud que en ti se encierra: ¿qué pensamientos tengo yo agora?.
La segunda, haber sabido lo que se encierra en esta cueva de Montesinos, con las mutaciones de Guadiana y de las lagunas de Ruidera, que me servirán para el Ovidio español que traigo entre manos.
-Yo soy el dios poderoso en el aire y en la tierra y en el ancho mar undoso, y en cuanto el abismo encierra en su báratro espantoso.
Otra vez me mandó que me precipitase y sumiese en la sima de Cabra, peligro inaudito y temeroso, y que le trujese particular relación de lo que en aquella escura profundidad se encierra.
De mí sé decir que, después que soy caballero andante, soy valiente, comedido, liberal, bien criado, generoso, cortés, atrevido, blando, paciente, sufridor de trabajos, de prisiones, de encantos, y, aunque ha tan poco que me vi encerrado en una jaula, como loco, pienso, por el valor de mi brazo, favoreciéndome el cielo y no me siendo contraria la fortuna, en pocos días verme rey de algún reino, adonde pueda mostrar el agradecimiento y liberalidad que mi pecho encierra.
Venid acá, gente soez y malnacida: ¿saltear de caminos llamáis al dar libertad a los encadenados, soltar los presos, acorrer a los miserables, alzar los caídos, remediar los menesterosos? ¡Ah gente infame, digna por vuestro bajo y vil entendimiento que el cielo no os comunique el valor que se encierra en la caballería andante, ni os dé a entender el pecado e ignorancia en que estáis en no reverenciar la sombra, cuanto más la asistencia, de cualquier caballero andante! Venid acá, ladrones en cuadrilla, que no cuadrilleros, salteadores de caminos con licencia de la Santa Hermandad, decidme: ¿quién fue el ignorante que firmó mandamiento de prisión contra un tal caballero como yo soy? ¿Quién el que ignoró que son esentos de todo judicial fuero los caballeros andantes, y que su ley es su espada, sus fueros, sus bríos, sus premáticas, su voluntad? ¿Quién fue el mentecato, vuelvo a decir, que no sabe que no hay secutoria de hidalgo con tantas preeminencias, ni esenciones, como la que adquiere un caballero andante el día que se arma caballero y se entrega al duro ejercicio de la caballería? ¿Qué caballero andante pagó pecho, alcabala, chapín de la reina, moneda forera, portazgo ni barca? ¿Qué sastre le llevó hechura de vestido que le hiciese? ¿Qué castellano le acogió en su castillo que le hiciese pagar el escote? ¿Qué rey no le asentó a su mesa? ¿Qué doncella no se le aficionó y se le entregó rendida, a todo su talante y voluntad? Y, finalmente, ¿qué caballero andante ha habido, hay ni habrá en el mundo, que no tenga bríos para dar él solo cuatrocientos palos a cuatrocientos cuadrilleros que se le pongan delante?.

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