Ejemplos con encareciendo

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La madera, todavía madera auténtica, era ya un mero aplique sobre una carrocería metálica, encareciendo la fabricación y complicando el mantenimiento del vehículo.
Normalmente, Canal Nostalgia sólo emitía programas de producción propia de TVE, ya que para emitir programas como series extranjeras o películas, necesitaba adquirir los derechos de emisión, encareciendo el coste de emisión.
Pues si usted tuviera que hacer esodijo entonces el Ministro, encareciendo mucho sus palabras, ¿qué importancia tendría la consideración que quiere guardar a usted el Ministerio?.
Un amigo de Celestino tomó la defensa del diablo Suñer, encareciendo así sus virtudes privadas, las únicas que tal nombre merecen: Es un hombre honradísimo, excelente padre de familia, cumplidor exacto de sus deberes en todos los terrenos.
Merelo, Sánchez Mira, Bolaños y Guerra recorrían los acantonamientos, encareciendo a los paisanos la quietud hasta que llegase el momento preciso.
Condenaron enérgicamente los dos próceres la forma anticonstitucional y pedestre de cambiar de Gobierno, no sin que Beramendi hiciera gala de su erudición encareciendo la seriedad y rectitud de la Corona de Inglaterra en los procederes constitucionales.
Hablamos rápidamente, encareciendo él la rabia que sentía de verse obligado a hacer fuego contra el pueblo, preguntándole yo dónde estaba Gracián, y qué papel hacía en la diabólica función de aquella noche.
Dio respuesta la protectora, como siempre, reiterando las seguridades de gracia, y encareciendo la prudencia mientras aquella no fuese un hecho.
Con esta habló de Domiciana, encareciendo su don de simpatía, su gran saber de cosas prácticas, y la de las llagas declaró con sinceridad que nunca la tuvo por loca , y que le había facilitado la salida creyendo que mejor podría servir a Dios dentro que fuera.
A las razones que le di encareciendo el desprecio y olvido, me respondió con otras que, expresadas por él, eran de una elocuencia y fuerza incontestables, por supuesto, echando siempre por delante el honor, y cuando los hombres sacan este Cristo, nos quedamos las pobres mujeres muy desguarnecidas de razones.
Condolíase Demetria de que su caballero salvador tuviese que echarse a pechos, a pie, los empinados y ásperos vericuetos por donde iban, sin tomarse ningún descanso ni dormir siquiera un par de horas, pero Fernando le aseguró estar muy acostumbrado a pasar malos días y peores noches, encareciendo la urgencia de ganar tiempo y zafarse pronto de la peligrosa divisoria entre la España de D.
Nucha reanudó el diálogo preguntando a su marido pormenores relativos a los Pazos, conversación a que él se prestaba gustoso, ponderando hiperbólicamente la hermosura y salubridad del país, encareciendo la antigüedad del caserón y alabando la vida cómoda e independiente que allí se hacía.
Pero a lo mejor tomaba la palabra el Venerable, que era por lo común un hombre, si no digno de veneración, muy convencido de la importancia de aquellas comedias, y le espetaba un discursazo, llamado entre ellos , encareciendo la sublimidad de la masonería y revelándole algo de lo concerniente al grado primero o de aprendiz.
Hablaban sin cesar, pasando de un asunto a otro, sin agotar ninguno, experimentando emociones diversas, siempre sorprendidas, siempre conmovidas, quitándose una a otra la palabra, refiriendo, ponderando, encareciendo, comentando, afirmando y negando.
Certifico con verdad que en veinte y cinco de febrero deste año de seiscientos y quince, habiendo ido el ilustrísimo señor don Bernardo de Sandoval y Rojas, cardenal arzobispo de Toledo, mi señor, a pagar la visita que a Su Ilustrísima hizo el embajador de Francia, que vino a tratar cosas tocantes a los casamientos de sus príncipes y los de España, muchos caballeros franceses, de los que vinieron acompañando al embajador, tan corteses como entendidos y amigos de buenas letras, se llegaron a mí y a otros capellanes del cardenal mi señor, deseosos de saber qué libros de ingenio andaban más validos, y, tocando acaso en éste que yo estaba censurando, apenas oyeron el nombre de Miguel de Cervantes, cuando se comenzaron a hacer lenguas, encareciendo la estimación en que, así en Francia como en los reinos sus confinantes, se tenían sus obras: la Galatea, que alguno dellos tiene casi de memoria la primera parte désta, y las Novelas.
Como no sería, cuando el brigadier de la Real Armada, Bustamante y Guerra, encareciendo al Cabildo la necesidad de traer el agua del Buceo por cañerías a esta ciudad, decía en sus razonamientos al comienzo de este siglo: Por estas poderosas razones y por otra que reclama la humanidad contra el bárbaro modo con que las marinerias de las estaciones hacen la aguada, aun ''en la cruda estación del invierno, cuando los vientos del Polo y del pampero, de una frialdad aguada y penetrante capaz de helar a los hombres, o cuando menos de causarles las enfermedades que ''de esto se les originen, por meterse en el agua para arrastrar las pipas a las lanchas, debe pensarse algún día eficazmente en la conducción de las aguas del Buceo a este pueblo, haciendo en el Cordón un espacioso lavadero, y formando desde aquel sitio otro conducto o ramal por donde se dirigiese el agua al cubo del norte, para que hiciesen la aguada en aquel paraje los comandantes de las embarcaciones.
-Pues quiero -continuó Valenzuela, encareciendo mucho sus palabras con el tono y los ademanes- darle a usted algo que no sólo valga la pena desde luego, sino que le sirva como de ingreso a más lucida y provechosa carrera.
Al cabo persuadiose don Alonso, que no era ningún niño de la media almendra, de que no rendiría la fortaleza si no ponía de su parte ejército auxiliar, y acertó a propiciarse la tercería de una amiga de doña Elvira, «Dádivas quebrantan peñas» o lo que es lo mismo, «no hay cerradura donde es de oro la ganzúa», y el de Leyva, que tenía empeñada su vanidad en el logro de la conquista, supo portarse con tanto rumbo, que la amiga empezó por sondear el terreno, encareciendo ante doña Elvira las cualidades, gentileza y demás condiciones del mancebo.
Francisco y su señora acompañaban las visitas por toda la casa, mostrando pieza por pieza sin omitir ninguna, y encareciendo la holgura, la capacidad y adecuada aplicación de cada una.
Luego repartí aquellas frutas a mis invitados, y pregunté al capitán marino: ¿De dónde proceden estas frutas, ¡oh capitán!? Me respondió: ¡De Bassra y de Bagdad! Y al oír estas palabras, todos mis invitados empezaron a hacerse lenguas acerca de la tierra maravillosa de Bassra y de Bagdad, encantándome la vida que se hacía allí, la bondad de su clima y la urbanidad de sus habitantes, y no cesaban en sus elogios a este respecto, encareciendo unos las palabras de otro.
hombres agotando el vino blanco y encareciendo las perdices.
-¡Vaya! -respondió Petrilla encareciendo mucho las palabras,- ¡y con poca zalamería, que digamos! Pues, mira, me alegré de ello.
-Pues si usted tuviera que hacer eso -dijo entonces el Ministro, encareciendo mucho sus palabras-, ¿qué importancia tendría la consideración que quiere guardar a usted el Ministerio?.
Adiós amores con don Álvaro, amores cada vez más escasos, más escatimados por el libertino gracioso, que iba menudeando las propinas y encareciendo las caricias, pero al fin amores señoritos, que la tenían orgullosa.

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