Ejemplos con empinados

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Más allá de los empinados escarpes del norte, se extiende Blackmore Vale, un valle de arcilla y piedra caliza.
El camino por el que se accede a estos lagos es muy angosto y con tramos empinados, por ello no es visitado masivamente, lo que contribuye a la protección del ambiente.
Los cerros y montañas a su alrededor son muy empinados e irregulares.
Los bordes empinados y elevados de la costa de Kintyre lo convierten en un peligro para la aviación, en especial para aeroplanos pequeños.
Casas típicas de Ochagavía Son piedra, con tejados muy empinados a dos o cuatro aguas,de teja plana con amplios portalones, ventana geminada y escudos.
Contagiado yo de estas públicas alegrías, y sintiendo los horrores del hambre, trepé por los empinados escalones de una calleja angosta, en busca de un alma caritativa que me diera un pedazo de pan.
Condolíase Demetria de que su caballero salvador tuviese que echarse a pechos, a pie, los empinados y ásperos vericuetos por donde iban, sin tomarse ningún descanso ni dormir siquiera un par de horas, pero Fernando le aseguró estar muy acostumbrado a pasar malos días y peores noches, encareciendo la urgencia de ganar tiempo y zafarse pronto de la peligrosa divisoria entre la España de D.
Ardían en el tocador de la estancia dos velas puestas en candeleros no menos empinados y majestuosos que los candelabros del refresco, y como no la iluminaba otra luz, ni se había soñado siquiera en el clásico globo de porcelana que es de rigor en todo voluptuoso camarín de novela, impregnaba la alcoba más misterio religioso que nupcial, completando su analogía con una capilla u oratorio la forma del tálamo, cuyas cortinas de damasco rojo franjeadas de oro se parecían exactamente a colgaduras de iglesia, y cuyas sábanas blanquísimas, tersas y almidonadas, con randas y encajes, tenían la casta lisura de los manteles de altar.
A su aparición se observó un movimiento general seguido de un murmullo entre los esclavos espectadores, quienes prorrumpieron a una en el clamor o canto monótono de la víspera: , repetido en coro solemne a la luz matinal del nuevo día, que apenas alumbraba la cúspide de los más empinados árboles.
paradero, a los empinados su caída, y a los caídos su merecido.
con los más empinados edificios, y aun se honran mucho los majestuosos alcázares de estar.

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