Ejemplos con elevados
Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.
Estos pequeños marsupiales habitan bosques húmedos tropicales y subtropicales, preferentemente en terrenos poco elevados.
Las de mayor envergadura se debían a fuego y agua, siendo en unas ocasiones los habitantes de las montañas y lugares elevados los más afectados a causa de la desviación de la órbita de los cuerpos celestes.
En el centro del escudo se encuentra un heptágono, que en el centro tiene una rosa de maíz de siete mazorcas que representa un símbolo de amor y los más elevados sentimientos culturales de sus siete cantones y su actividad agrícola.
Los estudios de laboratorio no son obligatorios, pero revelarían un incremento en los eosinófilos en sangre y, ocasionalmente marcadores cardíacos elevados.
Este rascacielos quedará en un segundo lugar en Dubai, debido a la multitud de nuevos proyectos residenciales muy elevados que se están proponiendo en el emirato.
Además, como Dratini, Larvitar y Gible, la primera evolución de Bagon, Shelgon, es también bastante buena, y mejor que muchos de los Pokemon completamente desarrollados, esto sucede así porqué todos estos Pokemon evolucionan en niveles muy elevados.
El fuerte era de forma cuadrangular, con dos torreones elevados a cierta altura desde donde se divisaban fácilmente las tolderías de los guaraníes.
Otros ejes son la falta de vivienda protegida, los precios elevados y el número insuficiente de pisos de alquiler.
Cara al oeste y cara el sur se encuentran los puntos más elevados del municipio, en la sierra de Cova da Serpe y montes do Corno do Boi, al oeste, y los montes do Bocelo al sur.
Puesto que en esas edades críticas el cuerpo, con infatigable tenacidad, impone su hegemonía sobre el alma, es natural que en los seres de fina textura espiritual, el espíritu intente divorciarse desesperadamente de la materia y oponer a las precarias y fugitivas apetencias de la carne un objeto absoluto e incorruptible, adonde se concentren los anhelos elevados, y de él extraigan los más puros e inefables deleites.
Al evocar la grandeza romana, todos veían con la imaginación el enorme Coliseo, redondel de matanzas, o los arcos elevados a la gloria de Césares ineptos.
Era Miranda de origen y familia burocrática, en la cual se transmitían y como vinculaban los elevados puestos administrativos, merced a especial maña y don de gentes perpetuado de padres a hijos, a no sé qué felina destreza en caer siempre de pie y a cierta delicada sobriedad en esto de pensar y opinar.
Los países muy elevados sobre el nivel del mar, se ha demostrado que son los menos inteligentesapuntó don Rufo, respirando por su manía fisiológica.
El doctor se exaltaba, elevando su voz, al comparar la moral de las religiones y aquella moral de los pensamientos elevados y nobles que se desarrollaba al tranquilo amparo de la ciencia.
Eran estos a modo de baluartes que, arrancando de la montaña, llegaban hasta la ría, elevados algunos metros sobre el nivel de los campos.
¿A quién había de amar ella en estos lugares? Si hasta los veintiocho años había vivido sin prendarse de hombre alguno ¿no era probable, casi evidente, que viviría ya de la misma manera el resto de su vida? Todo aquel brío de voluntad, todo aquel tesoro de amor que yo descubría en su pecho, todos aquellos pensamientos elevados y generosos que agitaban su mente, todas aquellas aspiraciones sin nombre, infinitas, divinas, que germinaban en su espíritu, en perenne primavera ideal, todas aquellas flores celestiales, nacidas en el huerto sellado de su fantasía y cultivadas con esmero por su recto juicio, propenso por naturaleza, educación y gracia, a lo santo y puro ¿a quién había ella de dedicarlos y consagrarlos? A Dios, y nada más que a Dios, pensé yo.
Enrique, y las narraciones amenas, los discursos elevados, los bellos pensamientos y nobles sentimientos brotaban de sus afluentes labios y penetraban en los corazones y en la mente del poco numeroso auditorio, aunque mejor sería decir de sus pocos interlocutores, porque el Padre evitaba, cuanto podía, monopolizar la palabra y prefería el diálogo en que todos hablasen.
Miraban al trasluz el aguardiente, y con los vasitos en alto y los ojos elevados, como si les hipnotizase el blanco líquido, hacíanse mutuas confidencias, arrastrando las sílabas trabajosamente.
Herrera, y don Carlos dijo que era muy digno de ocupar los puestos más elevados en la diócesis, que merecía ser obispo, y que su extremada modestia le tenía relegado en la Sierra, en un pueblo remoto que era como una Tebaida.
