Ejemplos con echadas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Y a fines de enero, de la mirada encendida, las orejas firmes sobre los ojos, y el rabo alto y provocador del fox-terrier, no quedaba sino un esqueletillo sarnoso, de orejas echadas atrás y rabo hundido y traicionero, que trotaba furtivamente por los caminos.
Estaban abiertas las hojas y las cortinas echadas.
¡Cuántos libros devorados sin sacarles pizca de sustancia! ¡cuántos chamuscones en la cocina! ¡cuánta indigestión de bazofia! ¡cuántos paseos en corto! ¡cuántas rendijas del suelo contadas maquinalmente con los ojos! ¡cuántas rúbricas echadas con el dedo en los empañados cristalejos de mi cuarto!.
De pronto, en una bifurcación de la carretera, donde había un paso a nivel, con las cadenas echadas, acercóse la guardesa.
Le contaban a las flores lo que habían visto en Africa, sus dos viajes por el mar, echadas en el agua, con el ala por vela, o en las jarcias de los barcos, de otros ocasos, de otras auroras, de otras noches con estrellas.
La majada se había retirado mucho de las casas y bien se veía por el tamaño de las panzas y la cantidad de ovejas echadas, que habían quedado comiendo toda la noche, las vacas estaban casi en la orilla del campo, sin que nadie recorriese la línea para repuntarlas, y hasta la misma tropilla favorita de don Aristóbulo andaba como perdida por el cañadón, lejos de la estancia.
Alcibíades, teniendo ya deseo de volver a ver a Atenas, y más todavía de ser visto de los ciudadanos, después de haber vencido tantas veces a los enemigos, dio la vela con esta dirección, yendo las galeras áticas adornadas en derredor con muchos escudos y despojos, llevando a remolque muchas naves tomadas y ostentando en mayor número todavía las banderas de las que habían sido vencidas y echadas a pique, que entre unas y otras no bajaban de doscientas.
De aquí provino, sin duda, que representándose en el teatro estos yambos de Esquilo, relativos a Anfiarao, Quiere no parecer, sino ser justo: En su alma el saber echadas tiene hondas raíces, y copioso fruto de excelentes y útiles consejos, todos se volvieron a mirar a Aristides, como que de él era propia aquella virtud.
Una puerta de alcoba en el fondo, con las cortinas echadas.
Cuando hubo reposado de su baño, dijo a sus compañeras, echadas junto a ella en el estrado: ¡Dadme mis ropas interiores! Y las jóvenes se acercaron, y por todo vestido le pusieron a los hombros un chal de oro, una gasa verde en los cabellos y un cinturón de brocado en torno del talle.
Por fin, a las cinco de la mañana, las campanas echadas a vuelo anunciaron a los buenos vecinos de la ciudad de los reyes el triunfo del padre fray Francisco Loyola Lagunilla.

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