Ejemplos con dormían

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Navegó en barcos sucios, viejos y alegres, donde los tripulantes soltaban todas las velas al temporal y luego de embriagarse se dormían confiados en el diablo, amigo de los bravos, que los despertaría a la mañana siguiente.
Además, podía poseer igualmente el estudio notarial, oficina polvorienta, de muebles vetustos y grandes armarios con puertas alambradas y cortinillas verdes, tras de las cuales dormían los volúmenes del protocolo envueltos en becerro amarillento, con iniciales y números en los lomos.
Unos enviaban sus hijos a Francia, otros a Suiza, el vecino de más allá, guiado por el deseo de excitar la envidia del compañero, empaquetaba su descendiente para Inglaterra: alguno llegaba hasta Alemania, y todos volvían de allá revolucionando las minas con sus cuellos y corbatas, haciéndose admirar por los trajes, y asombrando a sus madres con la costumbre del , del baño diario, del duchazo a cada momento, lo que escandalizaba a unas gentes que en su juventud dormían vestidas.
Mientras los demás dormían, él había visto claro, cuando la gente comenzaba a despertar, ya era él millonario.
Se había imaginado encontrar algo semejante a las antiguas expediciones de las Cruzadas: soldados que peleaban por el ideal, que hincaban la rodilla antes de entrar en combate para que Dios estuviera con ellos, y por la noche, después de ardientes plegarias, dormían con el puro sueño del asceta, y se encontraba con rebaños armados indóciles al pastor, incapaces del fanatismo que corre ciego a la muerte, ganosos de que la guerra se prolongase todo lo posible para mantener la existencia de holganza errante a costa del país, que ellos creían la más perfecta, gentes que a la vista del vino, de las hembras o de la riqueza se desbandaban, hambrientas, atrepellando a sus jefes.
Los pequeños, faltos de sueño por las agitaciones de la noche anterior, en que les había visitado la muerte, dormían sobre las sillas.
Mal ahogados suspiros brotaban de su pecho, en el cual sentía opresión dolorosa, tenía vértigos, la vista se le nublaba, se le dormían los dedos o notaba en ellos calambres e insólito frío, las imágenes y especies que guardaba su memoria se revolvían en confusión, le dolía la cabeza y hasta se le trababa la lengua y tartamudeaba cuando hablaba con Ramón, su criado.
¡Quién estuviera allí! ¡Quién bogara como ellos hacia esos valles perdidos en los repliegues de la cordillera! ¡Quién pudiera seguirlos en sus giros misteriosos! A esa hora dormían las aves, callaban los vientos, y sólo se oirían en las vertientes, en los barrancos, en los desfiladeros, el aliento de las selvas, el pavoroso respirar de los bosques.
¡Ah, maldito avaro! Necesario era todo su mal corazón para dejar a una hermana en el sufrimiento, pudiendo remediar sus penas con algunos de los papelotes mugrientos que a fajos dormían en el viejo de su alcoba.
Los gatos dormían en el centro del círculo, con la rabadilla vuelta a la lumbre.
Pasado un ratito, dormía como un ángel dormían los dos.
A la media hora le entró, como el día anterior, la embriaguez aquella, el desvanecimiento de las ideas, que se emborrachaban con tragos de dolor y se dormían.
Media pulgada de roña le cubría la piel, y en cuanto al cabello, dormían en él capas geológicas, estratificaciones en que entraba tierra, guijarros menudos, toda suerte de cuerpos extraños.
Formaban círculo los cazadores, y a sus pies dormían enroscados los perros, con un ojo cerrado y otro entreabierto y de párpado convulso, a veces, cuando se aplacaban las risotadas y las frases chistosas, se oía a los canes , espulgarse a toda orquesta, ladrar por sueños, sacudir las orejas y suspirar con resignación.
Los dos ángeles refugiados en el hórreo dormían en paz.

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