Ejemplos con distinguido

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Que habló largamente de la boda de la hermosa Julieta de los Peñascales con nuestro compañero el distinguido escritor y diplomático don Arturo Marañas , no hay para qué decirlo, porque se supone fácilmente, pero, ¡ay!, a don Simón no le pasó de las narices aquel incienso: conservaba mucho más adentro el recuerdo martirizador de la palabra , con que le había calificado el mismo que quizá redactaba aquellos lisonjeros párrafos, y sabía de memoria los que había dedicado la misma pluma a su desastre parlamentario.
Su tenaz y perseverante perseguidor, hombre un tanto machucho, como cuadraba con la dama, pasaba en Pilares por arbitro de las elegancias y ocupaba el lugar más distinguido en la política local.
¡Muérete, muérete, miserable! Dígase, en honor de la verdad, que en aquellos mismos instantes, Belarmino, el reptil, practicaba peregrinos arpegios con su silbo, pero era en el lecho, durmiendo y roncando a pierna suelta, a par de Xuantipa, y soñando que sostenía un coloquio exquisito, sentados entrambos sobre las nubes, con Meo de Clerode, el distinguido filósofo de Kenisberga.
Pero mi hijo prefiere que yo esté aquí, al cuidado de encantadoras vírgenes, como huésped distinguido, sin que me falte nada.
Era un joven distinguido , pertenecía a una familia rica, y todos ellos poseían en su país tiendas y otros negocios.
Le tenía por el hombre más distinguido de a bordo porque tomaba champañ en todas las comidas.
Es una atención algo muy distinguido.
Las matronas le encontraban muy distinguido.
Tomando a Lucía y a Artegui por recién casados, se puso lisonjera, insinuante, pesadísima, y se empeñó en enseñarles un equipo completo, barato, de lo más distinguido, echó sobre el mostrador brazadas de prendas, una marea de randas, de bordados, de cintas y de batista.
Eran días tétricos para los colombianos residentes en New York, días en que un desdichado compatriota, al frente de un puesto distinguido, había llevado a sus gavetas joyas que no eran suyas.
En tal concepto, al que no pueda referir algún aspecto de la vida personal de aquel gran cubano, a un auditorio distinguido como este, se le coloca en una situación verdaderamente difícil cuando se le hace hablar de Martí.
La noche anterior había cenado Aresti con unos cuantos contratistas de las minas, lo más distinguido de Gallarta, antiguos jornaleros que iban camino de ser millonarios y, no pudiendo coexistir con sus antiguos camaradas de trabajo, ni tratarse con los burgueses de Bilbao, se pegaban al médico acosándolo con toda clase de agasajos.
Lo distinguido, lo intelectual, lo moderno, es creer a ojos cerrados en cualquier patán astuto que, vistiendo la sotana, pronuncia sermones vulgares, y pasa las horas en el confesionario enterándose de vidas ajenas y adorando al Corazón de Jesús, que coloca por encima de Dios.
También les echaban en cara el que sólo buscasen el trato con los ricos y los poderosos, educando únicamente a los jóvenes de nacimiento distinguido.
Y para cobrar nuevas fuerzas se bebió poquito a poco, y con aire muy distinguido, una tercera copita del whisky, bastante fuerte, que juntamente con el té, los brioches y , habían servido en rico frasco de cristal de Bohemia.
Y todos convinieron en poner pantalones al tranvía, incluso Fernando Gallarta y Gorito Sardona, gomosos del Veloz, y el grave marqués de Butrón, ministro plenipotenciario antes de la gloriosa, y gastrónomo distinguido únicamente después de ella.
Su compañera, que podía muy bien ser su madre, era una mujer muy flaca, de aspecto distinguido, con el pelo gris peinado a la inglesa, un traje de terciopelo negro cerrado hasta arriba y un vistoso aderezo de brillantes falsos.
No tuerzas el gesto, que no intento defender a ese muchacho, aunque me extraña mucho que un joven distinguido y bien educado haya podido decir tales infamias.
Por ahora, era un muchacho distinguido, con buenas relaciones, y en cuanto a saber, algo sabía, pues apenas se iniciaba una discusión sobre toreros o pelotaris, dejaba a todo el mundo con la boca abierta.
Y como el muchacho, por su parte, le tenía gran afecto a don Eugenio y cierta querencia a , que era donde habían transcurrido los primeros años de su vida, de aquí que Juanito, a los trece años, entrase en la tienda como aprendiz distinguido, con la ventaja de comer y dormir en su casa.
Su rostro era de lo más distinguido.

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