Ejemplos con dijeran

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La abundancia de esta fibra en ese sector provocó para que la gente dijeran indistintamente: vamos a busca cabuya , allá donde está el monte de cabuya.
Nombró albacea a su yerno el gobernador Diego Velázquez de Cuéllar, en el testamento mandó le dijeran varias misas en los conventos de San Francisco y de Santa Clara de Cuéllar, y que se construyera una capilla en la iglesia del primero.
Durante la cirugía ella declaró que no quería que le dijeran nazi nunca más.
Pero se fue tranquilo porque pudo dejarle una nota con Rodolfo, el zángano hermano de Lucía, en la que le pedía que no creyera nada de lo que oyera o le dijeran sobre él, pero Rodolfo nunca se la entregó.
Esto causó que expertos de los estados dijeran que este año, no fue un Super Martes muy Super.
El hombre decidió no contarle nada a su mujer que estaba fuera de casa cuando ocurrió todo, y se sentía tan mal que estuvo aportando dinero a la pareja de ancianos para que pudieran mantener a Sarah lo mejor que pudieran, pero les pidió que no le dijeran nada a ésta, y así lo hicieron.
Se sentó a su lado, y en balde la madre esperó a que se dijeran algo: no hacían sino mirarse y reir.
Aresti veía los ojos de los tres, fijos en él, como si le dijeran: ¿Qué haces aquí? Vete: tú no eres de los nuestros.
Sólo sabían decirse tonterías, poniendo en sus voces tanta solemnidad, como si la existencia del mundo dependiese de lo que se dijeran.
Si hoy, al educar a un príncipe, dijeran sus maestros: Queremos hacer de él un Carlos III , se escandalizarían hasta las piedras de palacio.
Si le dijeran que en el coro iban a dar un baile, se irritaría menos que cuando sabe que llevan en lenguas a doña Visita.
También encargué a los comisionados dijeran a Nozaleda, que abusaba mucho en el ejercicio de su elevado cargo, conducía contraria a los preceptos del Sumo Pontífice, que si no la enmendaba me vería, el día menos pensado, precisado a sacar a luz cosas que le llenarían de vergüenza, y que sabía que unido a Augustín habían comisionado a cuatro alemanes y cinco franceses que disfrazados me asesinarían bajo la equivocada esperanza, sin duda, de que muerto yo, el pueblo filipino se sometería tranquilamente a la Soberanía de España, error crasísimo, porque si hubiera sido asesinado, el pueblo filipino hubiera seguido con mayor calor la revolución, surjirían otros hombres como yo que vengaran mi muerte.
Irguióse la otra como una Juno a quien dijeran que la ninfilla más patimondada del Olimpo iba a sentarse en su carro tirado por pavos reales, y contestó desdeñosamente:.
Quisiera yo verles para que me dijeran a mí por qué engañan de este modo al público.
Después se puso mucho mejor, lo cual dio motivo a que le dijeran, como es uso y costumbre, que la religión es medicina del cuerpo y del alma.
Aventurábase ella a contarle cuanto le pasaba, y muchas cosas que a la luz del día no osara decir, decíalas en la intimidad y soledad conyugales, porque allí venían como de molde, porque allí se decían sin esfuerzo cual si se dijeran por sí solas, porque, en fin, los comentarios sobre la sucesión tenían como una base en la renovación de las probabilidades de ella.
Súpose luego el casamiento del estudiante, y aunque algunos escribieron a su padre la verdad del caso y la calidad de la nuera, ella se habia dado con su astucia y discrecion tan buena maña en contentar y servir al viejo suegro, que aunque mayores males le dijeran della, no quisiera haber dejado de alcanzarla por hija: tal fuerza tienen la discrecion y la hermosura.
Estaba tan ciego el mísero y anciano cadí, que si otros mil disparates le dijeran, como fueran encaminados a cumplir sus esperanzas, todos los creyera, cuanto mas que le pareció que todo lo que decian llevaba buen camino y prometia próspero suceso: y así era la verdad, si la intencion de los dos consejeros no fuera levantarse con el bajel y darle a él la muerte en pago de sus locos pensamientos.
Y ¿es posible que mi señora la duquesa tenga tales desaguaderos? No lo creyera si me lo dijeran frailes descalzos, pero, pues la señora doña Rodríguez lo dice, debe de ser así.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba