Ejemplos con dije

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Luego le dije al Tonto que se lo llevara a casa.
¡Platero amigo!le dije yo a la tierra,si, como pienso, estás ahora en un prado del cielo y llevas sobre tu lomo peludo a los ángeles adolescentes, ¿me habrás quizá olvidado? Platero, dime: ¿te acuerdas aún de mí?.
Les dije que aquella carrera la había ganado Platero y que era justo premiarlo de algún modo.
De la que yo entendí a un señor tan principal como éste alabarme tanto las bestias, dije para mí: ¿por qué será? ¡Mil demonios si me acordaba de la eliciones!.
Pues yo dije: Duerme en paz, hermana, has resucitado con el Señor.
Mi primera misa la dije en la casa de campo de la Somavia.
Yo, naturalmente, juzgué espontánea, sincera, y, por lo tanto, lícita en la ocasión, la pequeña expansión retórica de don Guillén, y apenas concluyó y dejó caer con abatimiento la cabeza, dije, sin vacilar un segundo:.
Ya le dije que es mi hermana y que no existey subrayó la palabra hermana y el verbo existir.
¿Recuerda usted que un día le dije: ya daré, ya daré en el blanco? Pues ya he dado, ya he dado.
Ya te dije que si alcanzo un curato, me llevo a las dos.
El otro día se lo dije a Pepa: ¡para Rodolfo, solamente Gabrielita! No temas, no temas, yo sé lo que te digo.
Antes de conocerte él era mi único amor, y me decía yo: mientras mi papá viva yo viviré, después ¿para qué? Ahora pienso en eso, y quiero vivir, quiero vivir para tí, ¡para amarte, para ser amada! Te dije que me olvidarías, que me olvidarás.
Me acerqué de puntillas, y apoyado en el respaldar del sillón, me incliné, y en voz baja le dije al oído:.
Porque, dime, ¿qué necesidad tenías tú de convertirte en enfermera para cuidar de esta vieja achacosa? No, ya se lo dije al señor Cura, que cuando vuelvan a Villaverde vengan a esta casa, a esta pobre casa que es suya.
Al día siguiente, después del desayuno, dije a mis tías lo que pasaba.
Se lo dije a éste y a don Procopio.
¡Qué cielo! ¡Qué nubes! ¡Qué celajes! ¡Qué colores tan hermosos los del horizonte al ponerse el sol! Papá me dijo: Muñeca: ¿quieres venir conmigo? Lo dije que sí.
Yo les dije que no lo hicieran, pero fué preciso.
Me olvidé de mi edad, me imaginé que tenía siete años, me persuadí de ello, y me dije:.
Es usted por extremo modesto¡Aquí!me dije.
Y en cuanto a lo del novio, ¡eso es cosa que a nadie le interesa! Así lo dije yo.
Yo les dije: “Despacio, hijos míos, que todo se andará.

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