Ejemplos con diatriba

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Cuarta maketa de Daniel F, una de las más artesanales junto a El método de la anti-kritika estructuralista dual contra los espejos de la fundamentalidad cuántica y Tanke diatriba.
Sin embargo, antes de su apertura el Millenium Dome fue condenado en una diatriba de Iain Sinclair, que predijo con exactitud el exagerado bombo, la afectada pose política y la desilusión final.
José Carlos Plaza: Diatriba de amor contra un hombre sentado , Crimen y castigo El avaro.
Ha sido y es blanco de la diatriba de sectores de derechas e izquierdas que en algún momento fueron objeto de sus minuciosas investigaciones.
Sin embargo, los gremlins ponen fin a su diatriba saltando sobre él.
Cuando Bunau Varilla regresó a París lanzó una fuerte diatriba contra el entonces presidente de la compañía, Maurice Hutin y la junta, causando un escándalo que concluyó en su destitución, siendo reemplazado por un amigo mutuo de Cromwelll y Bunau-Varilla, Maurice Bo, presidente del banco Crédit Lyonnaise.
Si sutilmente la política social implementada en una nación la pone en la diatriba de escoger entre la comida y la salud, y la educación y la conciencia social, se le hace un daño irreparable a su autonomía y medular forma de pensar, ya que estas son obligaciones del Estado, independientemente del tipo de política que se aplique.
La Pasionaria refrenda lo dicho por el Presidente del Consejo de ministros con una diatriba típica para amotinar a la plebe.
Actualmente trabaja en música incidental de diversas obras de teatro y films producidos en Argentina como Diatriba para un Hombre Sentado de Garcia Márquez y Quinta a Fondo dirigida por Nestor Moltanbano.
Sumaba a sus condiciones de compositor e intérprete las dotes naturales del narrador oral, sobresaliendo por sus certeras opiniones, su implacable diatriba para los negadores de las grandes verdades de la música paraguaya vinculadas a la llamada generación de oro , que conocía como pocos, y por su simpatía personal francamente arrolladora.
Sin embargo, su diatriba continúa.
Jimmy entra, y la diatriba continúa.
La diatriba acaba con algo de juego violento físico, que da como resultado que la tabla de planchar se gira y Alison resulta quemada en el brazo.
En el programa de la radio BBC The Critics, Ivor Brown comenzó su diatriba describiendo la ambientación de la obra - un piso de una sola habitación en las Midlands - como incalificablemente sucio y sórdido.
Embriagad al repetidor de las irreverencias de la medianía que veis pasar por vuestro lado, tentadle a hacer de héroe, convertid su apacibilidad burocrática en vocación de redentor, y tendréis entonces la hostilidad rencorosa e implacable contra todo lo hermoso, contra todo lo digno, contra todo lo delicado del espíritu humano, que repugna todavía más que el bárbaro derramamiento de la sangre en la tiranía jacobina, que ante su tribunal convierte en culpas la sabiduría de Lavoisier, el genio de Chénier, la dignidad de Malesherbes, que, entre los gritos habituales en la Convención, hace oir las palabras:y que refiriendo el ideal de la sencillez democrática al primitivo de Rousseau, podría elegir el símbolo de la discordia que establece entre la democracia y la cultura en la viñeta con que aquel sofista genial hizo acompañar la primera edición de su famosa diatriba contra las artes y las ciencias en nombre de la moralidad de las costumbres, un sátiro imprudente que, pretendiendo abrazar, ávido de luz, la antorcha que lleva en su mano Prometeo, oye al titán-filántropo que su fuego es mortal a quien le toca.
Así terminaba la rencorosa diatriba del de Borbón contra el de Orleans.
Abriólas una a una, y una a una las fue arrojando con furia sobre la gran piel de oso blanco, colocada al lado del lecho Nada, nada: una invitación para un baile, una carta de Ángel Castropardo preguntando si le acompañaría a cenar aquella noche con las bufas de Arderíus después del teatro, una diatriba de un acreedor exasperado que le amenazaba con el embargo.
Clara se aterró al oir en boca de su madre aquella diatriba.
Abrí la boca para responder a su diatriba, pero en aquel momento, tras dar unos golpecitos en la puerta, entró nuestra casera, que traía una tarjeta en una bandeja de latón.
Pero en dos circunstancias se ilumina o se desencadena: en la hora de la inspiración y en la hora de la diatriba.
Repugnaba la diatriba al carácter noble y seriamente cristiano de Pacheco, y no trajo á su galería sino personalidades respetables por sus talentos ó sus virtudes.
El folleto insulso, con aires de diatriba venenosa contra el ministro del ramo o del partido político que cometieron la injusticia de desoír y desatender al autor, el tomito de versos, en variedad de tonos y para todos los gustos, la lujosa Memoria repleta de guarismos, en la cual la gerencia manifiesta a los señores socios que en el ejercicio próximo aquello será un platal, si dejan que los recursos naturales y legítimos de la sociedad se desenvuelvan dentro de la esfera del crédito, a faltas de moneda de mejor ley, el drama tremebundo, impreso en justo desagravio de la silba con que le recibió un público alevoso, la obra del erudito, fárrago interminable enderezado a fijar la naturaleza de la argamasa invertida en la construcción de la Cloaca Máxima, llamada por Catón Cloacale flumen, el Ramillete oloroso de advertencias morales, «que una madre piadosa dedica a la educación de la tierna infancia», Las pesquisiciones históricas a través de los siglos más remotos, opúsculo de un dómine rural, que entretiene así sus largos ocios.
De todas las dificultades de mi vida, aquélla era la más nimia, porque de El Chispero nadie hacía el menor caso, pero ninguna me molestó ni me irritó más, haciéndome llegar a creer que de aquellas indiscreciones, de aquella diatriba, dependía todo mi porvenir.
Me interesaba el artículo por dos razones: porque era una violenta diatriba contra mí, para denigrarme como ministro diplomático ante una corte europea, y porque estaba firmado con un nombre.
En efecto, con el contagio de la redacción, había garabateado uno que otro sueltecito, una que otra diatriba más o menos calumniosa o epigramática contra nuestros adversarios.
La diatriba, pues tal era, del crítico francés, me hizo sentir ese especial disgusto que causa en el alma de quien seriamente ama el arte, la injusticia de un censor que se ceba en la fama de un poeta a quien se deben momentos de solaz, o alguna visión nueva de lo bello, o sugestiones para ideas o sentimientos o cambios fecundos del ánimo.
¿Era reto, diatriba?.
La diatriba y la apoteosis han encontrado igualmente en este asunto campo en qué plantear sus respectivas tiendas, pero el amor ha sido el ángel salvador de la mujer, y los hombres al erigirla altares, llamándola madre, esposa, amada, amiga, han hecho afortunadamente que la apoteosis triunfe siempre y en lo general de la diatriba.
Escribí no sé qué diatriba, púsele mi nombre al pie, y llevéla a la imprenta de El Progreso , poniéndola directamente en manos de los compositores, hecho lo cual me retiré a casa en silencio, cargué las pistolas y aguardé que estallase la mina que debía volarme a mí mismo, pero que me dejaba vengado y satisfecho de haber hecho un grande acto de justicia.

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