Ejemplos con detestable

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Sin embargo, la hermana del rey tenía una reputación detestable, ya que había conspirado contra su marido el rey Eduardo II y había hecho abdicar con la colaboración de su amante Lord Mortimer, y por otro lado, existía rechazo en otorgar la corona a un rey extranjero.
Durante muchos años, este proceso sería mal visto por la sociedad Vulcana e incluso considerado como parte de una conducta detestable y no aprobada, aunque acabaría siendo aceptada en la cultura Vulcana al cabo de los años.
La petición original no se ha conservado, pero sí la respuesta del Papa que se refiere a la detestable costumbre en esa tierra por la que el hijo de una sierva es igual al hijo de una mujer libre y los hijos ilegítimos heredan como si fueran legítimos.
Garantice a un tendero el derecho exclusivo del suministro de un barrio, prevenga a los habitantes de este barrio de la compra de cualquier bien de otras tiendas de comestibles en los alrededores, o incluso de su propio suministro de comestibles, y verá la detestable basura que el tendero privilegiado acabará vendiendo, ¡y a qué precios!.
El personaje se muestra detestable, los gags son más bien groseros y la maldad excesiva.
Pero sea lo que quiera del resultado ético de tales novelas, y aunque se diga, quizá con razón, que, más que a malos pensamientos, provocan a asco, siempre será verdad que el género es detestable, no ya por inmoral, sino por feo, repugnante, tabernario y extraño a toda cultura, así mundana como estética.
Luis Vives, que era un buen sujeto, que, como él mismo dice, se paseaba canturreando por los paseos de Brujas, aunque tenía una voz detestable, como él también añade, Luis Vives escribe que los jóvenes deben, ante todo, procurar cautela y recelo en resolver y juzgar las cosas, por pequeñas que sean.
Bruno y sus hijos en compañía del bonísimo Vicente comiendo silenciosos, sin exhalar una queja contra la detestable cena que la Maritornes les ponía, cuando vieron aparecer en la puerta del comedor a Doña Leandra en aterradora facha y actitudes de espectro.
El amante de María la comedianta y Margarita la monja, sin ser hombre de mala índole, fue detestable rey: nacido acaso para que en él se mostrase de qué modo ciertas instituciones tuercen y bastardean la condición humana, porque así como las alturas de la Naturaleza causan el vértigo, en las cumbres sociales la tentación triunfa de la voluntad y la lisonja sofoca la virtud.
Gozaba en toda la huerta una fama detestable, pues rara era la partida de ella donde no tuviese tierras.
Y se puso a cantar con malísima voz y detestable oído el.
Gregorio Salinas aceptó la invitación, juzgándose muy honrado, y trasladó a un cuarto, que le prepararon en el caserón de doña Luz, la maleta que había dejado en la detestable posada del lugar.
¡Y cómo se reía don Eugenio de la manía novelesca de su Melchorico, como cariñosamente le llamaba! Él, que no había consultado otro libro en su vida que un cuadernillo donde estaban comparados los pesos y medidas de Cataluña, Aragón y Castilla, miraba al principio con cierto respeto el afán de lectura del muchacho, pero después, al notar las extravagancias de su torcida imaginación, le acribilló con burlas y le colgó el apodo de Don Quijote, no porque el viejo comerciante hubiese leído la inmortal obra de Cervantes, sino por tener arriba en su comedor una litografía detestable, en la cual el hidalgo manchego, dormido y en camisa, daba de cuchilladas a pellejos de vino.
Rafaelito fumaba, costumbre detestable que irritó al tío, pues no podía comprender tales interrupciones en la digestión.
El paño era superior, pero el zurcido detestable.
A don Quintín se le atragantó un sorbo de Burdeos, que para él tenía sabor de chacolí detestable.
¿Sabéis lo que es pecaminoso y detestable sobre todo encarecimiento? La venta de las caricias, el robo del placer ajeno, el rompimiento de la fe jurada, el ultraje al nombre de esposo, el repugnante comercio del amor, que convierte el lecho en posada y la memoria en índice de liviandades.
¿Qué les importa el mundo que les rodea? ¡Allí está ella, la deidad cuyo coche sigue penosamente en el Prado, cuya mano puede apenas coger en los corredores del teatro Real, y con la que no se ve a solas más que alguna vez en detestable coche simón! ¡Y allí está el incauto joven que la aristócrata aburrida distinguió entre la muchedumbre y elevó a un cielo que nunca soñara!—¡Al fín son libres, al fín andan del brazo por en medio de la multitud! ¡Todo el mundo es testigo de su dicha, y sin embargo, nadie los ve!.
Son las siete de la más detestable mañana del más riguroso invierno.
Lo cual no dejó de dar en qué pensar al marqués de Ulloa, el cual, tal vez por contarse en el número de los hombres fácilmente atraídos por las mujeres vivarachas, tenía de ellas opinión detestable y para sus adentros la expresaba en términos muy crudos.
—¡Sobre todo, Manuel, lo que es muy , lo que es detestable, es bajar los ojos, como tú los bajas, huyendo avergonzado de tu propia conciencia, que se asoma a ellos a darme la razon!.
—Vestía con detestable gusto, aunque con limpieza y señorío.
Recientemente han construído en lo alto de ella una especie de templete ú observatorio de pésimo gusto, y, pues me honro con la amistad de dicho señor Marqués, atrévome a suplicarle que mande derribar aquel detestable apéndice, por muy asombrosas que sean las vistas que desde él se disfruten.
Lázaro notaba que todo esto no eran mortificaciones ni martirios, pero también se decía que aquello no era vivir en el mundo y sus luchas, y que siendo buenas cuantas gentes le rodeaban, no podía ser detestable la vida.
Allí todo era lobreguez, horror, vapores infectos, un detestable olor a almíbar.
No tomamos el camino real desde Bailén a Córdoba por no tropezar con la retaguardia del general Dupont o con los muchos destacamentos que había dejado en todos los pueblos, y en vez de las diez y ocho leguas y media de que consta aquella vía, tuvimos que andar unas veinticuatro, pues en nuestro rodeo fuimos a Mengíbar, desde allí por Torre Jimeno, siguiendo un detestable camino de herradura, pasamos a Martos, y de Martos, por Alcaudete y Baena, fuimos a buscar en Castro del Río la margen derecha del Guadajoz, que nos condujo a las inmediaciones de Córdoba.
¿Y cómo? Todos murmuran de mí, y si mañana se ofrece hablar de mi discurso, dirán todos que fue detestable, malísimo.
-Mire usted -dijo Pinilla al Doctrino, continuando la conversación interrumpida-, ese Bozmediano es además un hombre inmoral, de detestable conducta, un libertino, como lo fue su padre, escándalo en la Corte de Carlos III.
Y así, considerando esto, estoy por decir que en el alma me pesa de haber tomado este ejercicio de caballero andante en edad tan detestable como es esta en que ahora vivimos, porque, aunque a mí ningún peligro me pone miedo, todavía me pone recelo pensar si la pólvora y el estaño me han de quitar la ocasión de hacerme famoso y conocido por el valor de mi brazo y filos de mi espada, por todo lo descubierto de la tierra.
Pues dime tú ahora, Anselmo: ¿cuál destas dos cosas tienes en peligro para que yo me aventure a complacerte y a hacer una cosa tan detestable como me pides? Ninguna, por cierto, antes, me pides, según yo entiendo, que procure y solicite quitarte la honra y la vida, y quitármela a mí juntamente.

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