Ejemplos con destrucción

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

El Barón Harkonnen, luego de aceptar servir de fachada para los planes del Emperador Shaddam IV en la destrucción de los Atreides, planeaba sellar su alianza con el matrimonio de Feyd Rautha con la Princesa Irulan Corrino, su hija mayor.
El XVIII es un siglo de crecimiento, posterior a su quema y práctica destrucción durante la Guerra de Sucesión.
Custer, siguiendo su propia decisión, no le cree y lleva a su regimiento directamente a su destrucción.
Mario despierta en un pueblo, llamado pueblo Goomba, mientras estaba dormido había recibido una llamda de las estrellas para que fuera a la Cima de la Estrella Fugaz allí conoce a gente que pretende ayudarle a llegar al castillo, pero en un momento dado Kammy Koopa sorprendida de que siga con vida, le corta el camino para llegar al castillo, pero al final logra pasar junto con Goombario, su nuevo compañero y encontrarse con el Rey Goomba, un malvado Goomba al que Bowser ofreció poderes para acabar con Mario, pero Mario lo derrota y llega a ciudad Toad, y se encuentra con toda la destrucción que ha causado Bowser.
A lo largo del transcurso del juego, los protagonistas descubren la existencia de este ser y se proponen detenerlo para evitar la destrucción del mundo.
Éste reía de la petulancia del muchacho, tomando a broma sus ansias de pelea y destrucción.
El fulgor sideral iluminó débilmente la contracción de su rostro, un rictus frío, desesperado, cruel, que le daba gran semejanza con el comendador don Príamo y otros navegantes de guerra y destrucción, cuyos retratos se empolvaban en el palacio de Mallorca.
No veían el fuego y la destrucción, todo carecía, de valor ante sus ojos: era el espectáculo ordinario.
Los oficiales se habían instalado en estos antros, utilizando todos los residuos de la destrucción.
Y sonreía con patriótico orgullo ante la destrucción, repitiendo:.
Para Tchernoff, la derrota final no significaba la destrucción de Alemania ni el aniquilamiento del pueblo alemán.
Recordaba sin pena la destrucción del castillo.
Una caperuza de planchas de cinc sustituía ahora a la antigua techumbre para evitar que las lluvias rematasen la destrucción interna.
El haberse alojado en ellos el día antes el general con todo su séquito les había librado de una destrucción caprichosa.
Y sobre estas inmensas fuerzas de destrucción aparecía un hombre que valía por sí solo un ejército, que lo sabía todo y lo podía todo, hermoso, inteligente é infalible como un dios: el emperador.
Su faz de calavera se contraía con la risa sardónica de la destrucción.
No estaba seguro de la destrucción del enemigo, pero si se había salvado podía llevar la noticia a los otros de que el era capaz de defenderse.
De mil doscientos pasajeros que venían de Nueva York, estaban ahogados más de ochocientos Mujeres y niños habían entrado en la destrucción general.
Era la caza tal como se desarrolla en el feroz misterio del mar, la carrera de la muerte, la destrucción precedida de angustias y azares emocionantes.
Hombres y peces carnívoros caían sobre ellos abriendo anchos surcos de destrucción.
A los postres se brindó con entusiasmo por su prosperidad y por la destrucción de sus viles enemigos.
Sin duda al restaurarla después de la destrucción causada por un rayo, se habían acortado sus dimensiones.
Poco a poco, a impulso de la lucha mortal en que estaba comprometido, aquellos sentimientos románticos de progreso, aquel amor a los adelantos morales y materiales de su villa natal, que hemos tenido el placer de admirar en los primeros capítulos de esta historia, habían cedido el sitio a un triste deseo de destrucción.
Las ruedas locas rompían las masas de pantalones rojos o azules que en vano intentaban avanzar, aplastaban los hombres bajo su férreo volteo, hacían crujir los huesos, deshilachaban los músculos, y, manchadas de sangre, seguían rodando hasta encallarse en el llano, ahitas de destrucción.
La ferocidad de los hombres, la triste gloria de la guerra y la destrucción, habían popularizado los nombres de dos humildes aldeas de Vizcaya.
El seminarista contemplaba satisfecho esta destrucción.
Continuaba rugiendo en su cabeza el ansia de destrucción, y para satisfacerla se metió con la hoz en la mano en aquellos campos que habían sido sus verdugos.
Le despertaron los primeros rayos del sol hiriendo sus ojos y el alegre parloteo de los pájaros que saltaban cerca de su cabeza, aprovechando para su almuerzo los restos de la destrucción nocturna.
Primero el disparo aislado del preferido que paga mejor, después tiroteo graneado, y al fin descargas cerradas, mientras el se agitaba como un energúmeno, con la fiebre de la destrucción, y rugía ¡, ! como si su voz fuese el ladrido de toda una jauría.
, como quien no dice nada, y no había local, ni juguetes, ni paciencia, ni oidos que bastasen a resistir nuestros juegos, reyertas y espíritu de destrucción.

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