Ejemplos con despreciables

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Sostener que en un grupo sostiene una opinión y que los individuos indeseables, subversivos, reprobables y despreciables la sostienen también.
Estos errores son normalmente despreciables, por ejemplo, el que se comete al obviar los efectos relativistas en la solución de un problema de mecánica clásica.
A pesar que la escaramuza fue dura y el fuego de artillería usado por ambos lados, las bajas polacas fueron despreciables: un soldado y varios caballos muertos y varios conductores de carros fueron heridos.
Los que dan principio a su enriquecimiento con lucros despreciables, grangerías ruines, no son, no pueden ser nobles.
Las clases bajas de la sociedad mexicana solían mantener el modelo mediterráneo, por el que los homosexuales se dividen en activos y pasivos, siendo los activos masculinos y los pasivos afeminados y despreciables : yo soy un hombre, si te chingo, tu no eres un hombre.
En él se considera que la fuerza generada por el gradiente de presión genera toda la aceleración centrípeta necesaria, mientras que la fuerza de Coriolis y la fuerza de rozamiento son, en comparación, mucho más pequeñas y, por lo tanto, despreciables.
Cuando las curvaturas son pequeñas, los términos de órdenes superiores son despreciables, por tanto el coste de energía llega a ser:.
Otros planetas no tan conocidos, pero no por ello despreciables, son Antallos, Astrokaszy, Herotitus, Glengarry, Arc Royal y Noisiel.
En aquellos casos en que estos errores no son realmente despreciables, nuestra solución será poco precisa independientemente de la precisión empleada para encontrar las soluciones numéricas.
En las postrimerías de las negociaciones, Roosevelt, siendo un hombre rudo, se refería a Marroquín como el pitecántropo e incluso llegó a ultrajar a los colombianos tratándolos de criaturillas despreciables, entre otras injurias.
Los problemas de dependencia no pueden ser una escusa ya que son absolutamente despreciables en procesos terminales de media y corta duración y secundarios en procesos más largos o transitorios comparados con los beneficios que la eliminación del dolor producen al paciente.
Los niveles plasmáticos encontrados son despreciables.
Su expresión corresponde a las ecuaciones de Navier-Stokes cuando las componentes disipativas son despreciables frente a las convectivas, esto nos lleva a las siguientes condiciones que se pueden deducir a través del análisis de magnitudes de las Navier-Stokes:.
El imperio del terror siempre estaba maquinando nuevas formas de matanza para satisfacer sus más despreciables obsesiones.
Comprendo, don Luis, que usted se halle bien ufano de las suyas, pero ¿por qué no quiere usted dejar a los demás la ilusión de que no escriben cosas despreciables?.
Pero ¿cómo ni por qué contrarrestar los impulsos vitales con que la naturaleza nos advierte que por encima de nuestros mezquinos intereses están los suyos, que esas convenciones que llamamos sagradas son cosas para ella absolutamente despreciables? Toda mujer percibe instintivamente que la promiscuidad no es un crimen natural como el robo o el asesinato, sino artificial inventado por el egoísmo de los hombres.
Elena volvió transfigurada, hablando con orgullo de sus parientes: del barón, coronel de húsares, del comandante de la Guardia, del consejero de la corte, declarando que todos los pueblos resultaban despreciables al lado de la patria de su esposo.
Le irritaba la marcha en fila, como un soldado, teniendo que amoldarse a las velocidades de buques despreciables.
Jugaban ya en todas las gacetillas las frases de reptil venenoso , entes despreciables , cerebros obtusos , revolcándose en el fango , seres innobles y degradados y otras no menos afectuosas para los del bando contrario.
En cuanto una joven se arrodillaba a sus pies para confesarse, se creía en el caso de insinuarle que el mundo estaba corrompido, que no había por dónde cogerle, el condenarse facilísimo, el amor terrenal una inmundicia, los mismos afectos de hija y de hermana despreciables, el tiempo para merecer la salvación muy limitado.
La España mísera quedaba para los curas montaraces y famélicos, para los merodeadores despreciables del ejército de la Fe.
Difícilmente se hallara en la historia tan elocuente prueba de que el arte dignifica lo que toca, y hasta con la fealdad rayana en lo repugnante, causa impresiones gratas, como esta serie de mamarrachos despreciables eternizados por el genio de un hombre.
Así me ha sucedido a mí: mientras más alto me han elevado los eventos de mi vida, más despreciables me han parecido mis triunfos.
¡Cuán tristes las que, comerciando con el amor, han de ofrecer la mercancía! ¡Cuán despreciables las que lo dan a cambio de joyas y de galas! Mas las apasionadas que se rinden, ¡cuán dignas de indulgencia! San Pedro no dejará paso a las que ostenten en torno de los ojos el livor que deja el cansancio sensual soportado para comprar brillantes, pero dará entrada en la gloria a las que vea con el rostro demacrado, mitad por el hambre y mitad por el placer, será cariñoso con las que hayan desfallecido de amor, y los Arcángeles, las Dominaciones y los Tronos que gozan perdurablemente la presencia de Dios, cantarán diciendo: ¡Bienaventuradas las que supieron amar, porque de ellas es el reino de los cielos!.
Una especie de animales viles y despreciables que viven en la sociedad a costa de los sudores del vecino en una especie de café-fonda, donde se entregan a todo género de placeres y deleites, sin más que hacer que rascarse la barriga.
Si viera usted cuántas horas de aburrimiento y de tristeza he pasado viendo desfilar por delante de mí la turba de galanes ridículos, de abates despreciables, de clérigos vanos y soberbios, de señorones ignorantes, y me he preguntado: ¿Pero no hay más hombres que éstos en el mundo?.
¡Qué procacidad! Es que hay hombres tan despreciables que no sé cómo se les tolera en contacto con personas y delicadeza.
Lino!, creo que los que se contentan con maldecir a estos tiempos son despreciables y cobardes.
Al volver del destierro, pagó los esfuerzos de los que él llamaba sus vasallos, con la más fría ingratitud, con la más necia arrogancia, con la anulación de todos los derechos proclamados por los constituyentes de Cádiz, con el destierro o la muerte de los españoles más esclarecidos, encendió de nuevo las hogueras de la Inquisición, se rodeó de hombres soeces, despreciables e ignorantes, que influían en los destinos públicos, como hubiera podido influir Aranda en las decisiones de Carlos III, persiguió la virtud, el saber, el valor, dio abrigo a la necedad, a la doblez, a la cobardía, las tres fases de su carácter.
Ademas hay otras dos lagunas, una a cada lado de la última, muy pequeñas y despreciables.

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