Ejemplos con desocupada

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Gran parte de la Población Económicamente Activa está desocupada.
Hizo un intento más: atacó Caucete, muy cerca de la ciudad de San Juan, que acababa de ser desocupada por el coronel Pablo Irrazábal.
Prefieren anidar en cavidades de árboles cerca del agua, incluso en nidos de pato de madera si está disponible y desocupada.
Al caerse el proyecto del traslado de la capital el Gobierno Nacional se desligó de estos temas, debiéndose las municipalidades de Viedma, Carmen de Patagones y Guardia Mitre hacerse cargo de toda esta población que estaba desocupada y sin vivienda.
Las fracasadas expediciones colonizadoras de Diego Hernández de Serpa y de Pedro Maraver habían llenado de gente desocupada el territorio de la provincia de Venezuela y el gobernador interino Hernández de Chaves buscó acomodo para aquellos valiosos soldados, que no teniendo nada que hacer vagaban de ciudad en ciudad buscando el sustento diario.
Casa de Locos: las piezas capturadas cambian de color y pueden ser puestas en cualquier ubicación desocupada.
Abayubá: Novio de Consuelo, representante típico de la juventud obrera y desocupada.
Pero la ciudad fue desocupada otra vez por sus habitantes, y quedó despoblada hasta la guerra de la Restauración, en que comenzó a fundarse nuevamente con familias que provenían de otros pueblos fronterizos.
La más grande de las habitaciones se hallaba desocupada durante el día.
En un mismo día charlaba de mujeres, juego y caballos con la juventud desocupada y elegante de los clubs aristocráticos, luego pasaba la tarde en el pobre estudio de algún artista independiente y desconocido , tuteándose con melenudos de botas destrozadas que tal vez no habían almorzado, asistía después a un té, donde flirteaba con damas de fama contradictoria, y comía en un palacio o en una taberna de bohemios, puesto de frac, para ir luego al Teatro Real.
¡A almorzar! Abajo, en el comedor, Fernando sintió crecer su inquietud al ver que se llenaban todas las mesas y la de Maud seguía desocupada.
Toda la gente desocupada del distrito acudió a presenciar el espectáculo.
La multitud, espoleada por Pujitos, partió a los alrededores de palacio a pedir que saliese el nuevo Rey para victorearle, y la taberna quedó desocupada en dos minutos.
Los privilegiados organismos, en cuya imaginación tienen su origen las caprichosas modas que tan por lo serio toma la desocupada Humanidad, suelen arrojar a los talleres mil formas extravagantes, ya en sombreros, ya en trajes, que no por ser adoptadas dejan de parecer perfectamente absurdas.
¿Pues no va desocupada la zaga? le decía él.
Durante la novena o circular se mantenía de manifiesto el Santísimo Sacramento, y con tal motivo la iglesia nunca se veía desocupada de los fieles que acudían de todas partes del barrio a ganar indulgencia plenaria.
Con esta licencia los genízaros dejaron desocupada la puerta de la tienda, y dieron lugar a que entrasen los que quisiesen.
Con esta licencia, los jenízaros dejaron desocupada la puerta de la tienda y dieron lugar a que entrasen los que quisiesen.
-Y ¿qué tal de apetito? -preguntó aquí de golpe y muy risueño el escuchante, después de echar una rápida ojeada al pedazo de pastel que tenía Casallena entre manos, y a la cacharrería desocupada que quedaba a su lado sobre la mesa.
Excuso decir a ustedes que, como toda la casa, esta sala, tan espaciosa y desocupada, está a su disposición.
Después de desocupada la alacena, me mandó mi tío que sacara la balda tirando hacia mí.
-Hágame usted el obsequio de abrirle -la dijo-, porque yo no tengo más que una mano desocupada.
-fue diciendo, por entrar, a medida que pasaba la más desocupada de las manos, la del bastón, de uno a otro personaje:- sean mil veces bien llegados a esta pobre, pero hermosa tierra, en que tanto se les quiere, y se les desea, y se les aguarda.
Nino y otro joven, que debía de ser, y lo era en efecto, el vizconde de la Hondonada, estaban de pie, tapando toda la portezuela, como dos fardos de bacalao, pues no a otra cosa más elegante se parecían con los guardapolvos, o fundas de lienzo crudo, que los envolvía de pies a cabeza, asomaba la suya, tocada con un sombrerete inverosímil, con muchos colgajos de gasas y buen acopio de flores y de hortalizas contrahechas, la «espiritual» y «donairosa» María, por la ventanilla de la izquierda, y por la de la derecha, que estaba desocupada, se veía en el fondo al resto de la familia como buceando en un mar de cestos, de maletas, de líos, de cartones, de sombrillas y cabás, que, ora se despeñaban en cascada desde las redes de la cornisa, ora rodaban en oleajes por el suelo.
Las amigas de Luz y el novio de la mayor, desde la noche del baile se bebían los vientos olfateando noticias del aparecido en el salón, por supuesto que con la mejor de las intenciones, pero nada averiguaban de fundamento, aunque por la playa corrían ya las versiones más estupendas y contradictorias acerca de la procedencia y vicisitudes del novio de Luz, que por esto solo, es decir, por ser el novio de la bañista más hermosa y más visible de cuantas por allí se exhibían, tenía el triste privilegio de atraer sobre sí todos los rigores de la curiosidad desocupada.
No hay para qué advertir que este detalle sonó en la colonia elegante y desocupada mucho más recio que la estocada y los motivos de ella.
Y como lo dijo se hizo: durante la comida, y a la derecha de don Frutos, hubo un cubierto de respeto y una silla desocupada.
y desocupada.
-Aquí a la vuelta hay una desocupada -contestó al punto Dorotea, cogiéndole la palabra, inundada de un súbito júbilo.
Villavieja es un poblachón negro y antiguo, sucio y desmantelado, con mucha gente desocupada, unos señores muy raros, unas señoritas muy cursis y otras muy estrafalarias.

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