Ejemplos con desgarradas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Él y Dondochakka fueron una vez la fracción de Nelliel, pero sus máscaras fueron desgarradas a la fuerza por Nnoitra Jiruga en complicidad con Szayel Aporro Granz, para hacerle sebo y matar a Nelliel, pero solo pudieron rasgarle su mascara y esta se volvió una niña inofensiva perdiendo así su memoria.
Influidos por el d-beat de Discharge, que es una forma de hardcore algo menos rápido que el original, aparecieron también estéticas sonoras, aunque más rápidas e intensas, como el crust punk y de este el grindcore, caracterizadas por una sobrecarga de los elementos definitorios de hardcore: velocidad, distorisón y voces fuertes, a menudo con expresiones guturales, desgarradas o terroríficas.
Lorenzo Tomasella talló en algarrobo una estatua de la Virgen y el Niño, pintó un curioso cuadro en el cual estaba representada una niña resucitada tras ser aplastada por las ruedas de un carro cargado de tierra, sin embargo lo que ha dado el nombre popular a esta capilla ha sido el extraño retablo con escenas del Purgatorio que realizó inspirado en La Divina Comedia de Dante Alighieri, en tal esfuerzo de talla aparecen seres humanos con expresiones desgarradas mientras son devorados por serpientes y llamas.
Al estar bien aseguradas, las presas son desgarradas por el ave con el pico, pues sus patas no son adecuadas para desgarrar.
Hasta ese momento, el papel protagonista masculino era interpretado en una forma elegante y caballerosa, es aquí donde por vez primera se ve al protagonista sin camisa o con las ropas desgarradas, lo cual al mismo tiempo da la oportunidad de mostrar sus músculos y poderío físico.
Su carrera en la gran pantalla se desarrolla sobre todo en los años setenta y ochenta, y se caracteriza por una destacada reiteración de papeles dramáticos, mujeres desgarradas y apasionadas.
Perdido el tino del sendero, cansada v doliente, la muchacha se agarraba ahora a su pedazo de vida negra, con instinto de juventud y de esperanza, como si no tuviera las manos desgarradas de los zarzales del camino, ¡y era que en la hermosura pródiga de su tierra hasta las zarzas echaban flores!.
El sol poniente, antes de ocultarse, se asomó a un agujero del cielo tempestuoso, entre nubes desgarradas.
Iban con las ropas desgarradas.
Se volvía a otras mujeres que iban detrás de ella, para invocar su testimonio, tristes hembras, igualmente sucias, con el rostro ennegrecido y las ropas desgarradas, oliendo a incendio, a miseria, a cadáver.
Las faldas de los montes aparecían desgarradas: lo que en otros tiempos era suave declive, asustaba ahora con el pavoroso corte del despeñadero.
Salieron todas corriendo en diversas direcciones, con los cántaros en la cabeza, y al poco rato no se veía en las cercanías de la fuente de la Reina mas que a la pobre Roseta, con el pelo suelto, las faldas desgarradas, la cara sucia de polvo y sangre, caminando llorosa hacia su casa.
Lienzos en que el genio imitó la Naturaleza, mármoles en que palpitó la vida, páginas preñadas de ciencia y poesía, prodigios del arte y maravillas de la industria todo fue destruido, y sobre un montón de escombros humeantes quedó Luz aún viva, pero desgarradas las carnes, bañada en su propia sangre, espantosa, mutilada y deforme.
Las correrías de Manuel iban haciéndose interminables, y de ellas regresaba cada vez más taciturno y melancólico, siendo cosa que ya daba espanto verlo llegar, despues de meses enteros de ausencia, curtido por el sol o por la lluvia, deshechos piés y manos de trepar por inaccesibles riscos, desgarradas a veces sus carnes por los dientes y las uñas del lobo, del jabalí y de otros animales feroces, y siempre vestido con pieles de sus adversarios,—única gala del pequeño Nemrod despues de tan desiguales luchas.
Hubo momentos angustiosos en que la turba se arremolinaba estrechándose, y parecía próxima a devorar al prisionero y a los jinetes que le custodiaban, pero estos sabían abrirse paso, y aclarándose el grupo volvía a aparecer la cara del mártir, asido con convulsas manos a los arzones, cerrados sus ojos, la frente herida y cubierta de sangre, las piernas flojas y trémulas, llevado casi en volandas y casi arrastrando, con la respiración jadeante, la boca espumosa, las ropas desgarradas.
Quijote, contemplaba el cielo, en cuyo sombrío fondo las pardas y desgarradas nubes, tan pronto negras como radiantes de luz, dibujaban mil figuras de colosal tamaño y con esa expresión que sin dejar de ser cercana a la caricatura, tiene no sé qué sello de solemne y pavorosa grandeza.
Decidme, sin embargo, ¿no hay millares de dolores con los que pueden ser desgarradas las entrañas de un hombre, sin que la sociedad se ocupe de ello, sin que le ofrezca el medio insuficiente de venganza de que hablamos hace poco? ¿No hay crímenes para los cuales el palo de los turcos, las gamellas de los persas, los nervios retorcidos de los iroqueses, serían suplicios demasiado dulces, y que, con todo, la sociedad indiferente deja sin castigo.
Don Álvaro ni se movió ni dio respuesta alguna, y Millán, de veras asustado, acudió a abrir una ventana, pero cual no debió de ser su asombro y consternación cuando vio el cuerpo de su señor inanimado y frío, apartados los vendajes, desgarradas las heridas y toda la cama inundada en sangre.
Otros llevaban las ropas desgarradas encima de los torsos medio desnudos.
Las notas del organillo brincaban alegres y retozonas, frívolas y sentimentales, desgarradas y chulescas.
Las ropas desgarradas, manchadas, deshechas, no eran más que un girón de trapos entre los que aparecía semidesnudo, abierto en una inmensa herida, el cuerpo macerado del pobre muchacho.
En la pequeña sala, pintada de verde claro y alumbrada por algunos brazos de bronce dorado, con tulipas de luz eléctrica, el director de orquesta, un anciano de plateada trova, luenga barba nevada y enorme nariz roja de alcoholizado, que evocaba en su apostura los retratos de los grandes genios musicales fotografiados en las fototipias de las cajas de cerillas, llevaba con la venerable cabeza el compás de la canallesca musiquilla, mientras sus torpes dedos corrían el teclado del destemplado piano, de los violines, el uno, adolescente, pálido, de rostro alargado, raído traje, corbata a la diabla y largas guedejas rojizas -hacía pensar en esas figuras semidolorosas, semigrotescas, que entrevemos al recorrer las páginas de un álbum de Gavarny -tocaba con aire ora arrobado, ora ensoñador, y el otro, un vulgar padre de familia, exornada la cara de dorados lentes y espesa pelambrera peinada en cepillo, arrancaba de mala gana desgarradas notas a su violín, ansioso de que llegase la hora de marchar, y maldiciendo de aquel público que hacía repetir una y otra, vez los mismos aires.
Por la ventana entreabierta penetraba el bochorno de la tarde primaveral, y con él, apagados por la distancia, subían el chapotear de las herraduras sobre el asfalto, los agudos de las bocinas automovilistas, los pregones de los vendedores, el rumor de conversaciones de la multitud que desfilaba del paseo por la concurrida calle, y sobre aquella horrísona algarabía alzábanse las notas, que querían ser trágicas y eran sólo desgarradas, del cantar:.
Estas comunidades tempranas, desgarradas de su herencia y familias, perdieron inevitablemente su identidad islámica con el paso del tiempo.
Recién cuando quise desensillar, me di cuenta de que por haberme excedido en los tirones tenía desgarradas las manos, de las cuales la izquierda me sangraba abundantemente.
Fatigados con tanto movimiento y alardes de fuerza, choques y excitaciones vanas, Paco y Joaquín, antes que Edelmira, Obdulia y Visita, dejaron de correr y enredar, y muy serios, con la melancolía del cansancio, se pusieron a contemplar la luna que apareció en el horizonte como una linterna en el campo de batalla de las nubes, que yacían desgarradas por el cielo.
¡Qué noche, gran Dios! Jurara en su febril desasosiego, que los muebles bailan, que las figuras de adorno disputan y pelean, que la mortecina luz, reverberando en opaca porcelana, refleja en puertas y paredes danzas de demonios y de brujas, y que oye hasta el ruido crepitante de sus miembros descarnados, y las carcajadas de sus bocas desgarradas y burlonas.
El amor está en las carnes desgarradas por la sed,.
ayudando a los marineros a recoger las velas desgarradas.
Desgarradas luego sus entrañas, se sintió muy mal y se dijo:.

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