Ejemplos con desencajada

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Eso lo decía con la cara desencajada , además, el jamás decía garabatos y esa vez estaba tan enojado que gritaba.
Sólo después de la muerte de su esposo se la retrata desencajada como un pálido fantasma.
Katara va a ayudarlo, pero Azula comienza a tratar de atacar a Katara con una cara desencajada y una risa malvada.
Al finalizar la misa, los cantores y demás gente menuda del coro, que eran los únicos que osaban mirarle, se alarmaron viéndole palidecer, levantarse con la faz desencajada, llevándose las manos al pecho.
Al mismo tiempo retrocedió con malicia por el pasillo, dejando avanzar a la exasperada Frasquita, que al fin penetró en el gabinete, desencajada y colérica.
Su temeroso aspecto, su fisonomía desencajada y contraída, sus ojos espantados y rojos, sus cabellos en desorden, su vestido desgarrado le infundieron tanto terror, que no pudo articular palabra.
Salía de su aposento, sí, pero salía con la faz desencajada horriblemente, pálida, como si acabara de cometer un delito.
Nada anunciaba el drama de la noche que pasaba, a no ser la cara desencajada de su propietario que todavía estaba en la puerta.
Detrás de ella, Pilita con la faz desencajada, cárdena y roja a trechos, porque el sudor de su angustia le había barrido parte del colorete, revueltos los postizos y asomando el crepé por las rendijas del moño y de las cocas.
Su temeroso aspecto, su fisonomía desencajada y contraída, sus ojos espantados y rojos, sus cabellos en desorden, su vestido desgarrado le infundieron tanto terror, que no pudo articular palabra.
La agitación de la despedida la había debilitado en gran manera, así es que llegó a Arganza más desencajada que de ordinario y llena de fatiga.
¡Encenagado en ellas! -repetía don Juan con voz cavernosa, los pelos de punta y la faz desencajada- ¡Y, sin embargo, yo soy el díscolo, y el procaz, y el quisquilloso, y el descomedido!.
Dantés tomó la lámpara, la colocó en la cabecera de la cama, sobre una piedra que sobresalía de la pared, de modo que su trémula luz alumbraba con reflejos extraños y fantásticos aquella fisonomía desencajada, aquel cuerpo inerte y aniquilado.
De pronto observé que los gritos crecían, que los dispersos se agrupaban, y que del grupo salía uno como disparado hacia mí, con la hermosa faz desencajada y los ojos anhelantes, perseguido por un camarada, que, según apretaba los dientes y la carrera, debía tener gran empeño en alcanzarle.
En esto entra Regla en el gabinete, desencajada y compungida.
Rayana la hora de comer, don Alejandro Bermúdez hizo un montón con las cartas que había escrito en toda la mañana sin levantar cabeza, se restregó las manos muy satisfecho, como aquél que alivia la conciencia de un gran peso, dio unas pataditas para desentumecerse mientras guardaba las gafas de oro en el estuche, y salió del gabinete a la sala, precisamente en el mismo instante en que entraba Nieves en ella para ir al suyo, en traje de campo, algo agitada de respiración, y hubiera jurado don Alejandro que un tantico desencajada de semblante y despeinada, a lo que podía verse por debajo del ala del sombrero, muy caída sobre los ojos.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba